Fundado en 1910
La casa de Puigdemont, en un barrio residencial de Waterloo

La casa de Puigdemont, en un barrio residencial de WaterlooEl Debate

El Debate en Bruselas

La casa de Puigdemont en Waterloo, el lugar por donde pasa la gobernabilidad de España

A 20 kilómetros de Bruselas vive desde hace seis años el líder del 1-O, donde se debatirá el posible «sí» de Junts a una investidura de Pedro Sánchez

Seis años después de aquel referéndum ilegal en el que tanto tuvo que ver, Carles Puigdemont vuelve a tener voz –y voto– sobre el futuro de España. Ese país que, según él, le oprime y le persigue, que le quiere meter en prisión por sus ideas políticas, depende ahora de que él y su partido digan «sí» a la investidura de Pedro Sánchez. Si el expresidente catalán niega con la cabeza y apunta con el pulgar hacia abajo, se repetirán las elecciones, así que la gobernabilidad del país pasa muy mucho por su mansión de Waterloo.

A unos 20 kilómetros al sur de Bruselas –una hora en coche en función de los habituales atascos de la capital belga–, un pequeño municipio era conocido por las andanzas de un antiguo general. Allí fue donde Napoleón perdió su corona y donde Puigdemont fue a parar después de fugarse de la Justicia en España. De un emperador en el siglo XIX a otro, autoerigido, en el XXI.

Puigdemont eligió para situar su llamada «Casa de la República Catalana» un barrio residencial, de ricos, a escasos 400 metros de la estación de tren. La mansión del expresidente se reconoce al instante, a lo lejos, por los dos mástiles que presiden el jardín. Uno con el estandarte de la Unión Europea y otro con la bandera catalana –la legal, no la estelada–, como si de una embajada se tratara o como si allí viviera un embajador en lugar de un fugado.

Los cerca de 500 metros cuadrados de casa y los cuatro pisos que tiene –dos plantas, una buhardilla y un sótano con garaje– la convierten en una de las más grandes de la zona. Y sus vecinos no viven en residencias pequeñas precisamente. Ellos saben perfectamente quién vive en la casa de al lado y reconocen seguir por las noticias sus andanzas y fechorías. Saben que tiene en sus manos ahora mismo la gobernabilidad de un país aunque prefieren no hablar mucho del tema. Están cansados de ello y creen que su opinión «no es importante».

Al menos dos cámaras de seguridad vigilan los alrededores de la mansión y tres cadenas impiden que nadie que no haya sido invitado acceda al recinto. Con todas las cortinas echadas, aparentemente desde fuera parece vacía, si no fuera por lo cuidados que están los setos y el césped y porque algunas de las ventanas están abiertas de manera oscilobatiente. Por ese hueco se escapa una música que procede del interior y que confirma que hay gente dentro. Con su inmunidad suspendida y sin poder salir de Bélgica por miedo a ser detenido, pocos planes mejores que quedarse en casa resguardándose del mal tiempo de este fin de semana en Bruselas.

Allí, además, permanecería atento del voto exterior que aún le ha dado más poder. Ahora Sánchez no necesita la abstención sino que requiere el voto afirmativo en una teórica investidura. Algunos medios ya publicaron que unos enviados de Sumar ya han visitado la mansión de Puigdemont en Waterloo para conocer su precio de primera mano, por lo que antes incluso del resultado del voto CERA ya habían empezado las negociaciones.

El líder del procés reconocía este sábado que tras el último baile de escaños, Junts estaba «en el centro de las conversaciones» y cree que habrá repetición electoral porque «en circunstancias similares» –en las que hacía falta su apoyo– se había optado por volver a las urnas en vez de aceptar sus exigencias. Asegura que hay que «mantener la discreción y extremar la prudencia», por lo que da a entender que las negociaciones no han hecho más que empezar. De momento, el indulto para los que aún no lo han recibido y la celebración de un referéndum legal en Cataluña ya están sobre la mesa. Y ahí mucho tendrán que ver –y que escuchar– las paredes de esa casa perdida en un barrio rico de Waterloo.

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas