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07 de mayo de 2024

Un joven agrede a un taxista tras vomitar en el coche

Un joven agrede a un taxista tras vomitar en el coche

El vídeo de la brutal paliza a un taxista: un cliente le pega porque le recrimina que ha vomitado

Dos jóvenes se montan en taxi: la mujer vomita y cuando el conductor reclama, el novio le ordena que se vaya. Como no lo hace, le revienta la cara

La nariz y los ojos de Antonio recibieron casi todos los golpes. Ocurrió una madrugada cualquiera del pasado mes de septiembre. El taxista, de 61 años, circulaba por una calle céntrica de Zaragoza. Una pareja levantó la mano y él arrimó su coche a la acera. Enseguida, en cuanto se montaron, se dio cuenta de que el alcohol corría por sus venas. «A la plaza de Las Canteras», ordenó uno de ellos sin saludar siquiera.
Durante el trayecto, y sin previo aviso, la mujer comenzó a vomitar en el interior del coche. El conductor paró el taxi a un lado. «Pero como no me avisas», le espetó Antonio. «Si me lo hubieras dicho, me había parado a un lado para que vomitaras en la acera». La recriminación tiene todo el sentido, porque el taxi es su herramienta de trabajo y limpiarlo bien y que no huela podía dejarle dos jornadas sin ingresar un duro.
Los dos jóvenes se bajaron del taxi. El chico le tiró un billete de 10 euros por la ventanilla y ante la reclamación del trabajador, se puso chulo: «¿Pero tú qué quieres?». La joven incluso le amenaza: «Te denunciaré chato. Se denunciará y punto». Antonio no responde, pero al novio de la joven le molesta su actitud y abre la puerta del copiloto: «¿Qué pasa?». El taxista responde: «A mí no me pasa nada». Lo siguiente es el joven golpeando el asiento del copiloto y chillando: «¡¡Vete!! ¡¡Vete o te reviento las gafas!!».
El novio se cuela en la parte delantera del coche y a escasos centímetros empieza a chillarle: «¡¡Te vas!!». Antonio responde: «No jodas, ¿me vas a pegar?». El taxista agarra del cuello al joven para quedar cara con cara. El chico se libera y comienzan los puñetazos en la cara. La agresión es salvaje. Los chillidos son terroríficos. Las gafas salen volando y, al final, Antonio, se tiene que proteger tapándose con los antebrazos.
Toda la secuencia la graba la cámara del taxi. Lo que no se ve es como el joven al cerrar la puerta se cuelga de la ventana y la hace estallar en mil pedazos. Tras estos hechos, la pareja sale huyendo a pie. La suerte hizo que un coche de la Policía pasara por allí. El taxista les pidió ayuda y los agentes localizaron a la chica. Su novio corría más y la había abandonado. Lo negó todo. Días después, los investigadores detuvieron al agresor. Ha quedado libre a la espera de que salga el juicio. Mientras, Antonio tuvo que acudir al hospital Miguel Servet de la capital zaragozana para ser atendido de sus lesiones.

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