
María Jesús Montero y Yolanda Díaz, en una imagen de archivo en el Congreso
¿Quién ganará?
Estalla la guerra entre Montero y Díaz: la intrahistoria de las horas más tensas en la coalición
El fin de la exención del salario mínimo en el IRPF provoca un enfrentamiento entre ambas vicepresidentas y entre el PSOE y Sumar. A los socialistas les va a costar mantener el pulso esta vez
La tributación del salario mínimo interprofesional en el IRPF ha abierto un boquete en el barco gubernamental en el peor momento, justo cuando se supone que el PSOE y Sumar deben remar juntos para sacar adelante los Presupuestos de 2025, que serían los primeros de la legislatura.
No es habitual que la portavoz del Gobierno se salga del guion durante la rueda de prensa semanal del Consejo de Ministros. Tampoco es habitual verla replicar a otro —otra en este caso— compareciente. Este martes ocurrieron ambas cosas en la Moncloa, a la vista de todos los periodistas.
Yolanda Díaz y Pilar Alegría se enzarzaron en directo a cuenta de la noticia que, minutos antes de la comparecencia, había confirmado el Ministerio de Hacienda: por primera vez, los asalariados que cobren el SMI no estarán exentos de pagar el impuesto de la renta. «Eso no es así», llegó a recriminarle Alegría por lo bajo a su compañera, después de que ésta se quejara en público de que se había enterado por la prensa.

«Eso no es así»: Pilar Alegría corrige a Yolanda Díaz en pleno 'pique' por el SMI
La tormenta se venía venir desde hacía días, porque María Jesús Montero y Carlos Cuerpo ya habían insinuado que, esta vez, la subida del SMI no implicaría ajustar las retenciones para dejar exentos a sus perceptores, como sí hizo Hacienda en los ejercicios de 2023 y 2024. Y estalló este martes, tapando por completo el gran titular que el Gobierno quería: el de la subida del salario mínimo interprofesional a 1.184 euros mensuales en 14 pagas.
Desde el ala socialista del Ejecutivo acusan a la también ministra de Trabajo de estar buscando foco constantemente y demasiado crecida, porque Sánchez le dejó ganar la batalla de la reducción de la jornada laboral frente al ministro de Economía y hasta negociar directamente con Carles Puigdemont el apoyo de Junts. Pero Montero no es Cuerpo.
La cronología
Aparentemente era una mañana tranquila en la Moncloa. A las 8.30 horas se celebró una reunión interministerial para el seguimiento de los efectos de la DANA en la que participaron Montero y Díaz. De hecho, se sentaron al lado. Según la versión de esta última, la vicepresidenta primera no le dijo una sola palabra al respecto de la tributación del SMI. El encuentro no fue presidido por Pedro Sánchez, sino por el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres.
Media hora más tarde comenzó el Consejo de Ministros, éste sí presidido por Sánchez. Como siempre, Montero se sentó a la derecha del presidente y Díaz, a su izquierda. Ambas frente a frente. Fue una reunión corta -apenas hora y media- y de carril, puesto que el presidente tenía prisa por marcharse al Congreso a un encuentro con sus diputados y senadores, con motivo del inicio del nuevo periodo de sesiones. Desde luego, nada que ver con el Consejo de Ministros de la semana pasada, cuando hubo debate intramuros entre Díaz y Cuerpo por la jornada de 37,5 horas semanales, cuyo anteproyecto de ley fue aprobado ese día.

Pedro Sánchez, este martes en el Congreso, entre María Jesús Montero y Cristina Narbona
El Ejecutivo convocó la habitual rueda de prensa de los martes para las 12.15 horas. Por segunda semana consecutiva, la Secretaría de Estado de Comunicación accedió a que la líder de Sumar acompañara a la portavoz, lo que ya de por sí era una rareza: en los últimos cinco meses, Díaz ha comparecido cuatro veces en la Moncloa, y dos de ellas en los últimos ocho días.
Minutos antes de que empezara la rueda de prensa, el Ministerio de Hacienda confirmó que el SMI tributaría en el IRPF. Pero el departamento matizó que solo el 20 % de los perceptores, aproximadamente medio millón de asalariados, pagarán el impuesto de la renta. Por lo general, jóvenes en su primer empleo y sin familia a su cargo.
La rueda de prensa fue un pim pam pum desde la primera pregunta. Díaz se había llevado escrito el artículo 31 de la Constitución para leerlo delante de los periodistas y de Pilar Alegría: «Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio», proclamó.
«No hubo deliberación»
Ésta reveló que el asunto no se tocó en el Consejo de Ministros. «Este debate no existió, no hubo deliberación ni comunicación a ninguna de las partes. Me he enterado por ustedes», sostuvo. Alegría, a su lado, trataba de achicar agua y de hacer «pedagogía» con los impuestos. Según afirmó, lo que se lleva Hacienda no es para el Gobierno, sino para el sostenimiento de los servicios públicos. La vicepresidenta segunda se rio mientras la portavoz lo decía. Una periodista le preguntó de qué se reía y se molestó por la pregunta.
Sumar contraatacó desde el Congreso. Su portavoz en la Cámara, Verónica Barbero, anunció la presentación de una proposición de ley para que las personas que cobran el SMI sigan sin tributar en el IRPF, y su grupo parlamentario la registró a última hora de la tarde. «Sería bueno que Hacienda explicara por qué ha cambiado el criterio y por qué prefiere subvencionar el rentismo y presionar a quien recibe el salario mínimo. Aspiro a que esta batalla la ganemos, tenemos las herramientas», señaló, alentando implícitamente una rebelión entre los socios de izquierdas.
Podemos recogió el guante y los morados adelantaron que también ellos registrarán una proposición de ley. El PP vio el río revuelto y metió la caña, registrando ayer mismo sendas proposiciones de ley en el Congreso y el Senado para «evitar que el Gobierno haga caja a costa de los trabajadores». «El salario mínimo no está para que el Gobierno haga caja con los trabajadores. Deben adaptar el IRPF a la subida», señaló Alberto Núñez Feijóo.
La pregunta es si el PSOE va a mantener el pulso. Si quiere, incluso puede vetar la iniciativa de Sumar y también las de Podemos y del PP para que no lleguen a debatirse: el Gobierno debe dar su conformidad a las proposiciones de ley que registran los grupos parlamentarios en el plazo de 30 días. Y tiene capacidad de echar atrás las que suponen un aumento del gasto o una merma de los ingresos, como es el caso.
En la reciente polémica entre Díaz y Cuerpo, el propio Sánchez tuvo que intervenir y llamar a capítulo a ambos. En este caso, las próximas horas serán cruciales para saber si hay un acercamiento de posturas o la cuerda sigue tensándose.