
La presidenta del Congreso, Francina Armengol, y José Bono
De vuelta
José Bono carga contra los «calumniadores» de los socialistas: «Ratas de dos patas»
El expresidente del Congreso reaparece en la presentación de un libro, se despacha a gusto y defiende a Sánchez: «Tenemos que estar todos los ciudadanos y los socialistas defendiendo a Pedro Sánchez»
Llegó, vio y repartió. El exministro de Defensa y expresidente del Congreso José Bono volvió este jueves a la Cámara Baja para presentar un libro que recopila sus discursos parlamentarios. Y lo hizo con dos teloneros y paisanos: el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el que lo fue, José María Barreda. En primera fila estaba sentado José Luis Rodríguez Zapatero y, entre el público, los que definió como los dos directores de periódicos «más importantes del país»: Pedrojota Ramírez y Juan Luis Cebrián.
Bono defendió a Pedro Sánchez y a Francina Armengol, ambos salpicados por la corrupción. «Me siento muy orgulloso de Pedro Sánchez, hombre honrado y político honesto. Tenemos que estar todos los ciudadanos y los socialistas defendiendo a Pedro Sánchez porque se lo merece, como antes a Zapatero y mucho antes nos juntamos para defender y arropar a Felipe González. Ésa es la historia de este partido». De ella señaló: «Francina es una mujer honrada, decente, que también está sufriendo a esos sicofantes que creen que tienen que ganar votos con las calumnias».
«Los calumniadores suelen elegir a los socialistas», se quejó, y recordó que a él le presentaron 13 querellas cuando era presidente del Congreso, pero que el Tribunal Supremo las archivó todas. También contó que, durante la pandemia, un periodista acusó al novio de su hijo de estar especulando con las mascarillas, «y el pobre no había visto más que la que se ponía», añadió. «¡Ratas de dos patas!», exclamó.
Con Zapatero fue con quien más se explayó. «Bambi, le decían -en alusión al mote que le pusieron cuando ganó la Secretaría General del PSOE-. No tenían ni idea de quién era bambi. Ya les gustaría a algunos odiadores hacer lo que tú hiciste. Como mejoró España en tu Gobierno. Los odiadores, por no hacer, no hacen ni daño. Esa banda de mentirosos no quiere que recordemos lo que hiciste», aseguró, dirigiéndose a Zapatero. Acto seguido enumeró la salida de las tropas de la «guerra ilegal» de Irak, el fin de ETA, la aprobación del matrimonio igualitario, la prohibición de fumar en espacios públicos, el carnet de conducir por puntos y la Unidad Militar de Emergencias.
Antes de su intervención, García-Page mandó un mensaje con destinatario indeterminado, aunque evidente: «Hoy un líder político es más prisionero del discurso interno de lo que lo ha sido en toda la democracia». Y Barreda lamentó: «La democracia está en peligro y los ciudadanos no se percatan del lento y progresivo debilitamiento de las instituciones. El populismo es la aluminosis de la democracia».
El expresidente castellano-manchego eligió el día en que el PSOE abrió la puerta del Congreso al terrorista Mohamed Houli, condenado a 43 años de prisión por su participación en los atentados de Las Ramblas y Cambrils, para que diera pábulo a las teorías de la conspiración de los independentistas sobre la intervención del CNI en aquella matanza.