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Ábalos y su exmujer Carolina Perles y sus valedores en Perú condenados por corrupción

Ábalos y su exmujer Carolina Perles y sus valedores en Perú condenados por corrupciónEdición: Ángel Ruiz

Investigación

Los valedores de Ábalos en Perú: una alcaldesa y un rector condenados por corrupción que están en busca y captura

José Luis Ábalos, exministro de Transportes, imputado en el Tribunal Supremo por los delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y malversación, tuvo dos valedores durante sus viajes a Perú. Por un lado, Victoria Espinoza, alcaldesa de Chimbote, la ciudad donde tiene a su nombre un inmueble que se construyó con ayudas españolas, y por otro José María Huamán, rector de la Universidad de San Pedro, ubicada en la misma ciudad. El Debate publica hoy en exclusiva varias fotografías del exministro con ambas personas, condenados por corrupción y en busca y captura por las autoridades peruanas.

Como ha publicado El Debate, el exministro aterrizó en Chimbote de la mano del empresario Segundo Valle, a quien nombró delegado de Fiadelso, la ONG del exministro, en el país andino. Un vez en Perú, Ábalos tejió una red de contactos políticos que le permitió cobrar ayudas públicas que tenían como objeto el desarrollo de proyectos benéficos para ayudar a personas desfavorecidas. Entre esos proyectos se encontraba el inmueble de 900 metros cuadrados destinado a la Asociación de Vivienda de Trabajadores Marítimos y Portuarios de Chimbote Miguel Grau. Tras conseguir la subvención, el exministro se puso a su nombre.

El primer contacto político que Ábalos hizo en Chimbote fue el de Victoria Espinoza, alcaldesa de la ciudad durante cuatro años. La valedora del exministro, del partido Movimiento Independiente Regional Río Santa Caudaloso, fue condenada en 2015 a siete años de prisión por enriquecimiento ilícito en agravio del Estado. Según la Fiscalía, incrementó su patrimonio en 1,3 millones de soles peruanos que, al cambio, son 340.000 euros. Espinoza alegó que los fondos que le descubrió la Policía provenían de las ganancias de la empresa de su marido pero los agentes demostraron que no dijo la verdad. Al conocer la sentencia siguió defendiendo su inocencia: «Soy limpia, soy honesta, no soy corrupta», dijo.

Para evitar entrar en prisión permaneció durante diez meses en la clandestinidad. Durante ese tiempo, la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema estimó su recurso y revocó la sentencia. Tres años más tarde se vio inmersa en otro escándalo por el que también fue condenada. En este caso, fue acusada de inflar un contrato público de compra de semáforos inteligentes para Chimbote por valor de dos millones de euros. «Este acto colusorio era para defraudar al Estado», dijo el magistrado. De nuevo, la valedora de Ábalos logró eludir la cárcel al darse a la fuga. A día de hoy continúa desaparecida y sigue siendo buscada por las autoridades policiales de Perú.

El segundo valedor del exministro en Perú fue José María Huamán Ruiz, rector de la Universidad de San Pedro de Chimbote. Su amistad llegó a tal punto que le llegó a premiar con un doctorado honoris causa como distinción a los proyectos benéficos que el exministro hizo en la ciudad, entre los que se encontraba el inmueble de 900 metros cuadrados que posteriormente se puso a su nombre. Huamán, al igual que la alcaldesa, también está condenado por corrupción. En 2017, un juez acreditó que había desfalcado 870.000 euros mediante la simulación de la contratación de un grupo de abogados para hacer frente a procedimientos judiciales que ya habían finalizado. Seis días después de conocer su condena, se dio a la fuga y desde entonces está en paradero desconocido.

El inmueble peruano

El exministro afeó la semana pasada al magistrado Leopoldo Puente, que le investiga en el Tribunal Supremo por los delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y malversación, que le preguntara por qué contaba con un inmueble a su nombre en Chimbote a raíz de la exclusiva de El Debate. Ábalos, por su parte, sostiene que a finales de los años noventa su ONG no contaba con personalidad jurídica en el país andino y que por ese motivo escrituró la compra a su nombre, aunque no explicó por qué ha mantenido la titularidad durante los últimos años. Tampoco ha aclarado si, como sostiene el empresario Segundo Valle, que le ha denunciado por corrupción ante la Embajada de España en Perú, intentó vender el inmueble en 2019 por 1,2 millones de dólares.

Valle, que fue delegado de Fiadelso en Perú y mantuvo una relación de amistad con Ábalos durante casi dos décadas, ha acusado al exministro en una entrevista en El Debate de haber intentando llevar a cabo una operación inmobiliaria con la casa a través del empresario Claudio Rivas, imputado en la trama de hidrocarburos que investiga la Audiencia Nacional, y Koldo García, su mano derecha. También de haber cobrado comisiones ilegales de proyectos benéficos que eran financiados con presupuestos públicos españoles. En concreto, cifra las mordidas en un 50 % del valor de las subvenciones que canalizaba a través de su ONG.

Ábalos, que afirma que el empresario peruano «es un delincuente», oculta, sin embargo, que fue su padrino de boda. Así lo demuestran varias fotografías que desveló este periódico la semana pasada donde se ve al exministro acompañado de África Martínez, su entonces mujer, en la celebración del enlace matrimonial. En una segunda entrevista que ha concedido el empresario, en este caso al programa Horizonte de Cuatro que presenta Iker Jiménez, ha dicho que desde que decidió hacer pública la denuncia contra el exministro está recibiendo amenazas de muerte. «No te tengo miedo, José Luis», dijo.

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