Santiago Abascal: «Creo que si el PSOE decide que quiere ofrecer un pacto al PP, Feijóo va a pactar con él»

Santiago Abascal responde en esta segunda entrega de su entrevista con El Debate a preguntas sobre su relación con el Partido Popular, al que acusa de ser un «balón de oxígeno» para Pedro Sánchez por sus pactos, y también sobre la situación actual de su partido, negando que exista una crisis interna ni diferentes almas en Vox.

— Muchos españoles críticos con Sánchez se preguntan por qué la oposición no es capaz de acabar con él. ¿Qué les diría?

— Es una pregunta un poco confusa porque engloba a dos partidos en una oposición cuando solo uno la ejerce. Yo creo que no somos capaces de acabar con Sánchez en primer lugar porque Sánchez no está dispuesto a entregar el poder tranquilamente, por mucho que nos empeñáramos nosotros con iniciativas judiciales, que lo hemos hecho, con movilizaciones en las calles, que lo hemos hecho, con una actividad parlamentaria insistente y durísima contra el Gobierno, que lo hemos hecho, lo estamos haciendo y lo vamos a hacer, eso no es garantía de que Sánchez vaya a tirar la toalla y vaya a convocar elecciones. No está en nuestra mano.

Ahora bien, si dentro de esos partidos que debemos hacer la oposición hay uno de ellos que a la primera de cambio y ante cualquier crisis le tiemblan las piernas y se ofrece al Gobierno; si con el apagón escuchamos al señor Feijóo decir ‘todos a una con el Gobierno’; o decir que tiene la misma posición respecto a los aranceles y atacando a Vox como si Vox estuviera defendiendo los aranceles de EE.UU. y les escuchamos con la misma posición respecto a la guerra y desvinculándose de los verdaderos problemas de la defensa de España en el norte de África… Si tenemos un partido así de «socio» de la oposición, es difícil.

Que no gobiernen juntos en Bruselas y que no se repartan las instituciones con Sánchez, y yo al día siguiente dejaré de hablar del PP

Hoy el socialismo corrupto andaluz se ha ido de rositas, porque el PP ha llegado a un acuerdo en el Tribunal Constitucional con la elección de Conde Pumpido y dando una mayoría al PSOE; han llegado a un acuerdo sobre la renovación del Consejo General del Poder Judicial, del Tribunal de Cuentas; llegaron a acuerdos en todas las comisiones parlamentarias del Congreso y el Senado…Han llegado a acuerdos en todo. Eso da alas a Sánchez. A mí me parece insoportable escuchar al PP decir que Vox es un balón de oxígeno para Sánchez. ¿Pero cómo se atreven? El balón de oxígeno son ellos, que pactan con Sánchez. Nosotros con Sánchez no pactamos nada. Para empezar, hemos presentado dos mociones de censura. El PP votó en contra de una y se abstuvo en otra.

— A un sector de votantes de centro-derecha y derecha les molesta que ustedes hagan al PP casi tantas críticas como al PSOE, que les pongan muchas veces en el mismo plano. ¿Es consciente de ello?

— Comprendo que a algunas personas les moleste, y también comprendo que estén desinformados, pero lo están. Y lo están porque la gran mayoría de los medios responden al impulso de la financiación bipartidista y por lo tanto desconocen que el PP y el PSOE gobiernan juntos en Bruselas y que un porcentaje elevadísimo de la legislación española viene de Bruselas y por lo tanto es acordada ya por el PP Europeo y por el PSOE en Europa. No estamos diciendo ninguna mentira.

Cuando les atacamos a los dos es porque están haciéndolo conjuntamente. El Pacto Verde y el pacto migratorio es de ellos, y no lo han abandonado, salvo en Valencia, donde el Gobierno ha estado dispuesto a hacer una crítica y decir que se desvincula de ellos. Pero no es verdad decir, como dicen, ‘es que atacan más al PP que a Sánchez’. No hay más que ver nuestras intervenciones parlamentarias.

Lo que pasa que el PP tiene la piel muy fina y cuando se le menciona y se le dice una cosa que es verdad, que gobiernan juntos en Bruselas y que aquí se han repartido las instituciones con Sánchez, se enfadan. Pues que no lo hagan, y yo al día siguiente dejaré de hablar del PP. Estamos diciendo la verdad y a veces es dura y hay gente que no quiere oírla porque probablemente les votan.

— Si PP y Vox suman en las próximas elecciones, ¿hará presidente a Feijóo?

— Bueno, vamos a ver quién queda primero, pero creo que esa decisión no la va a tomar Vox. Creo que la va a tomar el PSOE. Si el PSOE decide en ese momento que quiere ofrecer un pacto al PP, el señor Feijóo va a pactar con el PSOE, como ha venido diciendo en las anteriores elecciones; y pacto por el que ha mostrado preferencia permanentemente.

Nosotros lo que vamos a hacer es oposición a Sánchez hasta que lo echemos y después vamos a seguir oponiéndonos desde el Gobierno o desde la oposición a todas las políticas migratorias, de seguridad, verdes, climáticas que nos han traído hasta la ruina de la agricultura, de la ganadería, de la industria, hasta la pérdida de la soberanía energética y hasta la inseguridad en las calles. Vamos a hacer oposición a eso, desde el Gobierno o desde la oposición. ¿Quién será el presidente? Pues igual lo decide el PSOE en vez de nosotros.

Tenga en cuenta que se acaba de celebrar un evento del PP Europeo y el señor del PP alemán le ha dicho al PP que la prioridad es el pacto con el centro izquierda y combatir a los extremos. Me sorprende, porque para empezar aquí el extremo es Pedro Sánchez. Él es el extremista. Nosotros no; nosotros defendemos el sentido común.

— Hablemos ahora de la situación actual de Vox y el proyecto. Muchos se preguntan qué está pasando en Vox. Se han conocido en varias provincias desencuentros con la dirección nacional, reclamaciones de democracia interna o de vuelta a los «principios fundacionales». ¿Cómo le afecta como máximo responsable del partido y cuál es su respuesta?

— No me afecta lo más mínimo. Yo sé a qué me dedico, que es a la política, que es una actividad compleja que se hace con personas. Sé cuál es la naturaleza humana, sé lo que es la traición, la he padecido, y sé lo que es la mentira, que se padece permanentemente en política. Y sé lo que es la democracia interna; de hecho, hace un año y unos pocos meses me volví a presentar como presidente de Vox y en ese contexto de «crisis interna» no hubo ninguna candidatura alternativa. Sí hubo un manifiesto en la portada del diario El Mundo de militantes contra la dirección de Vox y contra mí, un manifiesto anónimo, pero que fue portada.

Este es un caso construido por los medios de comunicación. Es falso. De Vox hay gente que se va y gente que se enfada, como en el resto de los partidos, pero en Vox es noticia durante tiempo y en el resto desaparece. De Vox salieron un puñado de personas que se pueden contar con los dedos de la mano en las listas del Congreso. El PP cambió al 90 % de sus candidatos; no fue noticia. Ayuso se cargó a todo su Gobierno, no dejó ni un solo consejero de la anterior legislatura; no fue noticia. En Vox tomo una decisión de mover a uno de sitio y es noticia en todos los medios y se inventan almas liberales, almas nacionalcatólicas, almas fascistas y falangistas…es de risa.

El proyecto de Vox no depende de ninguna persona. Responde a ideas que siguen ahí

Yo no le hago caso, directamente. Además me da igual lo que nos llamen, que digan que si somos liberales, falangistas o fascistas...¿Defender las fronteras qué es? ¿Es fascista, es liberal, es de izquierdas, de derechas? ¿Defender la unidad nacional qué es? ¿Defender la prioridad nacional? ¿La seguridad en las calles? ¿Qué es? Da igual. Son debates que creo que no interesan. Salgo a la calle y me preguntan cómo echamos a Sánchez, 'no puedo pagar la cuota de autónomos', 'no puedo caminar por el barrio', 'me da miedo cuando mi hija vuelve a casa tarde porque no sé qué le va a pasar'...Me preguntan por eso.

Estoy realmente muy tranquilo. Es verdad que un poco harto de todo eso, pero no me voy a quejar. Lo asumo, es la política. El reino de la mentira está muy cerca de la política y, por lo tanto, asumo que tenemos que padecer eso. Pero insisto, no hemos venido a defendernos a nosotros, hemos venido a defender los españoles. Con lo cual, vamos a asumirlo con deportividad.

— Otra pregunta que se hacen votantes y no votantes de Vox: ¿Por qué se fue Iván Espinosa de los Monteros?

—Pues él lo explicó, ¿no? Que se iba por razones personales y familiares, y por lo tanto yo no voy a dar otra explicación. Es verdad que parecía que se iba a formar gobierno entre el PP y Vox. Se vio en ese momento que no se formaba gobierno porque Sánchez volvía a pactar, y se produjo esa salida. Gracias y buena suerte.

Pero es que el proyecto de Vox no es de ninguna persona, no depende de ninguna persona. Responde a ideas que siguen ahí. Me ha preguntado por la salida de los liberales, siempre están algunos con eso: el programa económico de Vox de las elecciones del 23 es el programa económico vigente de Vox y lo presentaron conjuntamente Jorge Buxadé y Espinosa de los Monteros.

— ¿Qué aspectos concretos de la acción política y del ideario de Vox se han visto reforzados en la formación de Patriots frente a la etapa anterior en ECR (el grupo de los Conservadores y Reformistas)?

— Yo creo que son los mismos, estamos defendiendo exactamente lo mismo. Y creo que podríamos hacer un grupo más grande con lo que se defiende en ECR. Es verdad que en ECR en este momento había una necesidad de formar parte del acuerdo europeo y nosotros no solo no teníamos esa necesidad, sino que creíamos que había que combatirlo.

Pero hay una gran coincidencia en la cuestión migratoria, en la cuestión de defensa de la identidad, en la cuestión del Pacto Verde… y yo estoy muy esperanzado en que en el futuro podamos trabajar conjuntamente. Incluso con una parte del PP si rectifica y si abandona los acuerdos con el PSOE en Europa.

Ya se produjo en el Parlamento Europeo con el impulso de Vox lo que fue la 'mayoría Venezuela', que fue una votación en la que por primera vez el PP no vota con los socialistas y vota con Patriots y el grupo de Conservadores y Reformistas. Nosotros seguimos manteniendo una relación estrechísima con el grupo de ECR, es una relación irrompible, y una estrecha relación con Fratelli d' Italia, con Georgia Meloni.

— Usted siempre ha puesto en valor a Vox como un movimiento que vino a abrir debates que se habían dado por cerrados en la política española, en lo que tiene que ver con la inmigración, el aborto, la ideología de género, las autonomías o una determinada visión de la historia de España…Estamos viendo cambios muy rápidos en todo el mundo. Hay una aparente amenaza a la libertad individual frente a los poderes del Estado o supranacionales, en ámbitos como la censura, la movilidad…¿Son estos nuevos debates a abrir?

— Yo creo que sí, y mucha gente nos vota por ello. Estamos abriendo debates que son nuevos, porque el mundo ha cambiado. Y otros se han quedado en la vieja política, en los debates antiguos. Y creo que gran parte de nuestro respaldo es por haber hablado de cosas de las que no se hablaba o que habían sido canceladas. Y ahora hay nuevos debates.

Creo que hay uno, por ejemplo, el del euro digital, que es extraordinariamente importante y decisivo. Se quiere terminar con el dinero en efectivo con la excusa de combatir el fraude, pero lo cierto es que eso también termina con la libertad y con la privacidad de la gente. De repente las instituciones van a poder saber absolutamente todo de una persona: lo que le gusta, lo que compra,…la capacidad de chantajear a alguien así es extraordinaria.

Estoy muy esperanzado en que en el futuro podamos trabajar conjuntamente Patriots y ECR. Incluso con una parte del PP si abandona los acuerdos con el PSOE

Pero no solo eso. ¿Qué posibilidades de control ofrece el euro digital? Por ejemplo, si les da por aplicar la locura de las ciudades de 15 minutos, en un momento dado pueden decir 'oiga, usted no puede consumir más allá de la ciudad de 15 minutos y el dinero que usted tiene solo es válido en esta área'. O decir que usted ya ha consumido demasiada carne y por lo tanto está dejando una huella excesiva en el planeta y este mes ya no puede consumir usted más carne. Las posibilidades de control totalitario de la implantación del euro digital son extraordinarias y el dinero en efectivo da libertad.

Yo creo que hay detrás de eso un ánimo de control brutal. Por eso digo que la Unión Europea tiene tintes cada vez más soviéticos. Creo que es extraordinariamente preocupante. Ese es un debate junto a otros muchos que creo que hay que abrir en relación con la tecnología, con la inteligencia artificial, con la manipulación de los alimentos…

— ¿En qué ha cambiado la visión de la política del Santiago Abascal de 2014, cuando empezó en este proyecto, a la que tiene actualmente?

— Probablemente he perdido un poco de inocencia. Las puñaladas son muchas en la política y eso reconozco que me afecta, que yo tiendo a ser confiado, a creer en las personas y, por lo tanto, cuando uno ve que a veces los cercanos cometen deslealtades y traiciones, eso es algo que realmente me impacta todavía mucho. No me hunde, no me hace tirar la toalla, pero me impacta. No cambian mis posiciones políticas, estoy en lo mismo, incluso con más convicción.