
Pedro Sánchez y Carlos Cuerpo, este jueves entrando al hemiciclo
Historia de un teatro
Sánchez enseña a Cuerpo que con el PP no se negocia y el ministro aprende la lección
Los socialistas tenían el deseo inconfesable de que el PP votara como Vox en contra del decreto de los aranceles. Sobre todo, para romper la dinámica de las dos últimas semanas y coger aire
Es habitual que Pedro Sánchez se ausente de las votaciones semanales en el Congreso. A veces vota telemáticamente si está de viaje, pero otras muchas veces ni siquiera eso. Sin embargo, este jueves no faltó al Pleno de la convalidación del real decreto ley de medidas contra los aranceles de Donald Trump. No porque el Gobierno necesitara hasta el último voto, puesto que con el apoyo de Junts y la abstención de Podemos los números le salían de sobra al ministro Carlos Cuerpo; sino porque quería participar de la puesta en escena socialista.
El PSOE se dedicó ayer a amplificar el voto del PP en contra del decreto ley para situarlo junto a Vox en el bando del presidente norteamericano. Como también para tratar de poner un punto y aparte después de dos semanas funestas; marcadas por el apagón general, el auto de procesamiento del hermano de Sánchez, el caos ferroviario del domingo, el avance del caso Begoña y el revoltijo de comparecencia parlamentaria que protagonizó presidente el miércoles.
En cuanto el panel de votaciones situó al PP en el «no» junto a Vox, desde el Gobierno y desde el PSOE dieron rienda suelta a la campaña contra los de Alberto Núñez Feijóo, como El Debate adelantó el domingo que harían los socialistas si finalmente los populares votaban en contra, que era el deseo inconfesable en la Moncloa.
María Jesús Montero: «Es vergonzoso, aunque ya no sorprende, que el PP vote en contra de los intereses de España y se alinee con la extrema derecha». Félix Bolaños: «Pues ya estaría, cero sorpresas. El Gobierno, con la gente. El PP, los ultras y sus amos, con los aranceles». Óscar López: «Una vez más, el Gobierno de Pedro Sánchez protege a las empresas y los trabajadores españoles con el voto en contra del PP y de VOX. España funciona y sigue avanzando a pesar de la derecha y la ultraderecha». Óscar Puente: «Que el PP no apoyaría las medidas contra los aranceles de Trump, que quería aprobar el Gobierno, ya se sabía. Es lo mismo que en las anteriores ocasiones en las que su apoyo era necesario y no lo dio. Lo único que quedaba por saber es qué excusa buscaría en esta ocasión».
Pilar Alegría: «Cada vez que el PP debe estar con España, siempre opta por darle la espalda. Una vez más votan NO a ayudar a nuestras empresas y trabajadores, en este caso, frente a los aranceles». Patxi López: «El PP tendrá que explicar muy bien su voto en contra. Una vez más, defienden a los privilegiados de este país y abandonan a los trabajadores y a las empresas». Juan Espadas: «A Vox le va a costar hacer campaña en el campo en las próximas elecciones en el campo español».
Habían pasado menos de cinco minutos desde la votación cuando el PSOE colgó en su cuenta oficial de X un hilo de cuatro mensajes que tenía preparado y que empezaba: «Debes saber, que aquellos que se hacen llamar patriotas han votado NO. Sí, Feijóo ha dicho NO a ayudar a nuestras empresas y trabajadores». Por la tarde, Ferraz también difundió en sus redes sociales un vídeo con mensajes similares.
A los populares, la campaña del PSOE no les pilló por sorpresa, porque sabían de antemano que se produciría. «Tenemos que hacernos respetar», según fuentes de la dirección. En el PP están convencidos de que Sánchez nunca tuvo intención de sumarles a este decreto ley, a pesar de la buena disposición del ministro Cuerpo. A él se dirigió Feijóo el miércoles desde la tribuna: «Señor Cuerpo, parece que el señor presidente está boicoteando cualquier posibilidad de dialogar, allá usted, allá usted. Si no le dejan dialogar, si lo que hemos pedido en primer lugar fue un alivio fiscal para las empresas, la bajada de las cotizaciones de la Seguridad Social. No enrede, señor Cuerpo, si usted no tiene autoridad consígala o si no, por lo menos, cállese».
El ministro de Economía buscó un acuerdo con el PP a primeros de abril. Durante días, él y el vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo intercambiaron llamadas y papeles. Había sintonía entre ambos, pero en un momento del camino Sánchez dio orden de meter a Junts en la ecuación, para diluir la incómoda presencia del PP, por si a éste se le ocurría votar a favor. El ministro pactó con los independentistas una disposición adicional segunda en el decreto ley lo suficientemente ambigua como para que estos vendieran que Cataluña recibirá la cuarta parte de todas las ayudas. Y los populares dieron un paso atrás.
Aun así, ambos volvieron a reunirse el miércoles de la semana pasada, sin que el ministro aceptara ninguna de las propuestas del PP. Y menos aún la revisión del calendario de cierre de las centrales nucleares, que empieza en 2027. El ministro trasladó al interlocutor del PP que el mix energético era innegociable y el PP anunció la suspensión de las negociaciones, que se tradujo finalmente en el voto en contra del PP.
Los socialistas celebran haber situado al PP junto a Vox en las arenas movedizas de los aranceles de Trump. Sobre todo, para romper la dinámica de las dos últimas semanas y coger aire. Por el contrario, los populares creen haber sabido explicar bien su postura: «Negociar no es un contrato de adhesión. Si usted no quiere aceptar nuestras propuestas, no somos nosotros los que rompemos las negociaciones, son ustedes los que no quieren que estemos en las negociaciones», le dijo Bravo a Cuerpo durante el debate.