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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una sesión plenaria en el Senado

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una sesión plenaria en el SenadoEuropa Press

Doble rasero

Cuando el Gobierno aplaudía que se filtrasen mensajes del PP

El pasado martes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el titular de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, expresó –en relación a los mensajes entre Pedro Sánchez y el exministro José Luis Ábalos publicados por El Mundo– que «queremos conocer todo de la filtración: quién ha sido, por qué ha sido y qué otros mensajes privados, que nada tienen que ver con una causa judicial, están en poder de personas capaces de cometer delitos».

El día anterior, diferentes miembros del Ejecutivo hicieron declaraciones similares respecto a estas informaciones. La vicepresidenta María Jesús Montero indicó que «me parece muy grave, gravísimo que se haya violado de esta manera la intimidad, los derechos de las personas, en este caso del presidente», mientras que la ministra de Igualdad, Ana Redondo, destacó que «me parece preocupante es que se estén filtrando conversaciones privadas, y eso supone, nada más y nada menos, la vulneración del derecho del presidente del Gobierno al secreto de las comunicaciones y a su intimidad».

Además, el ministro de Industria, Jordi Hereu, resaltó que es «preocupante» y «denunciable» que los «mensajes privados» sean difundidos; a la vez que Luis Planas –que encabeza el Ministerio de Agricultura– aseveró que «la revelación de conversaciones privadas es un delito, y, por tanto, evidentemente, constituye un delito esta revelación».

La renovación del CGPJ

Sin embargo, desde el Gobierno de Pedro Sánchez han aplaudido en diferentes ocasiones que se hayan publicado mensajes de Whatsapp cuando estos afectaban a políticos del PP. En noviembre de 2018 y pocos días después de que los 'populares' y el PSOE llegaran a un acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), El Español difundió un texto que el entonces portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, había enviado a sus compañeros y en el que celebrara el pacto porque iban a «controlar la sala segunda (del Tribunal Supremo) desde detrás».

Tras ello, las dos formaciones rompieron las negociaciones, y desde entonces los socialistas, lejos de criticar la filtración, han arremetido contra el PP por la frase expresada por Cosidó. En septiembre del año pasado, Bolaños dijo en un Pleno del Senado que se han «conjurado» dos «riesgos» importantes para la Justicia: «que en España hubiera un partido político que dijera que iba a controlar la Sala Segunda (del TS) por detrás» y «que en España hubiera un partido político que durante más de cinco años ha bloqueado, ha secuestrado, el órgano de gobierno del Poder Judicial, que es el CGPJ».

El ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, en la sesión de control del Senado

El ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, en una sesión de control del SenadoEFE

Igualmente, a finales de 2022 El Socialista, el periódico del PSOE, subrayó que «el acuerdo (de 2018) saltó por los aires al conocerse el impúdico y revelador mensaje de WhatsApp del por entonces senador del PP Ignacio Cosidó en el que se jactaba de poder controlar 'desde detrás' la Sala Segunda del Tribunal Supremo».

Los mensajes del PP a Casado

En febrero de 2023 –casi un año después de que Pablo Casado dejara de ser el líder de los 'populares'– el progubernamental periódico El País publicó una noticia titulada «Mensajes de los fieles a Casado antes de la traición: 'Enhorabuena, seriedad y verdad. Ese es el camino'». La información recogía algunos de los wasaps que enviaron dirigentes del PP en un grupo en el que estaba Casado los días en los que se gestó su salida de la formación.

Así las cosas, en la primera sesión de control al Gobierno que se produjo tras la filtración divulgada por el rotativo del Grupo Prisa, Pedro Sánchez aprovechó pare reprochar a Cuca Gamarra sus constantes «cambios de chaqueta», acusándola de rendir pleitesía y «venerar» al líder que le toca en cada momento.

El caso del novio de Ayuso

A pesar de que el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, está imputado en el Tribunal Supremo por un delito de revelación de secretos –tras presuntamente haber filtrado datos personales del Alberto González Amador, el novio de Isabel Díaz Ayuso– el Gobierno ha asegurado que lo que ha hecho el principal responsable del Ministerio Público es «contar la verdad» y «desmentir un bulo».

«¿De verdad puede ser delito en nuestro país contar la verdad?», se llegó a preguntar Bolaños sobre García Ortiz mientras que la ministra portavoz, Pilar Alegría, afirmó que «la Fiscalía cumple con su trabajo y con su estatuto cuando traslada en una nota informativa la verdad y desmiente un bulo».

Óscar López y los mensajes de Bárcenas

Por su parte, el actual ministro de Transformación Digital, Óscar López, cuando en 2013 se filtraron los SMS privados del por entonces presidente del Gobierno Mariano Rajoy dirigidos al extesorero del PP José Luis Bárcenas, en los que le animaba a ser «fuerte» ante la investigación judicial, afirmó: «No sé si Luis (Bárcenas) va a ser fuerte y aguantar, pero los que ya no le aguantan a usted ni a sus mentiras son los españoles». En aquella ocasión, se centró en el ataque político para obtener rédito, sin mostrar preocupación alguna por la filtración de los mensajes de su adversario. De hecho, tal y como publicó El Debate, la hemeroteca digital del PSOE lo recoge en su web.

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