Pedro Sánchez, este lunes en Melilla
El presidente, mudo
Sánchez evita a la prensa por octavo día y se acerca a las 200 horas de silencio ante el escándalo
El presidente del Gobierno reapareció este lunes en Melilla después de tres días sin agenda, pero tampoco allí habló de la supuesta cloaca del PSOE
La segunda semana del escándalo sobre la presunta cloaca del PSOE empieza igual que terminó la primera: sin noticias de Pedro Sánchez. Por octavo día consecutivo, el presidente del Gobierno esquivó las preguntas de los periodistas y toda alusión a tan turbio asunto. Que, sin embargo, de momento solo ha motivado la apertura de un expediente informativo por parte del partido a la militante Leire Díez. Y sin la adoptación de medidas cautelares.
Sánchez viajó este lunes a Melilla para presidir la inauguración del Hospital Universitario de Melilla. Un acto rodeado de polémica, puesto tanto el Colegio de Médicos la ciudad autónoma como el Sindicato Médico han criticado una apertura que consideran meramente «política», puesto que el centro hospitalario ha abierto sin tener operativas todas las especialidades. En Melilla y Ceuta, la Sanidad es competencia del Gobierno central.
El presidente visitó las instalaciones, dio un discurso y se marchó sin atender a la prensa. De nuevo, silencio sepulcral. En su intervención, Sánchez rememoró la moción de censura de 2018, de la que el domingo se cumplieron siete años. El presidente presumió de que aquel 1 de junio de 2018 marcó «un antes y un después». También deslizó que no piensa adelantar las elecciones, al anunciar que está tomando impulso «pensando en lo que queda por hacer desde el Gobierno durante los próximos años».
Sánchez se jactó de que, con él en la Presidencia, España se ha convertido en «un país que lidera y es motor de crecimiento económico», además de «un país que inspira como referente en derechos y libertades». «España no ha dejado de avanzar», añadió.
Han pasado ocho días desde que, a primera hora del lunes 26 de mayo, El Confidencial publicó el primer audio de Leire Díez. En él, la militante del PSOE ofrecía a Alejandro Hamlyn, empresario investigado en la trama de hidrocarburos, un acuerdo con la fiscalía a cambio de información para hundir al teniente coronel Antonio Balas, responsable del Departamento de Delincuencia Económica de la UCO. Desde entonces, el presidente del Gobierno no ha dicho una sola palabra al respecto. Ni siquiera después de que, el miércoles por la noche, el diario publicara otro audio del también fontanero Javier Pérez Dolset en el que señalaba directamente a Sánchez y al secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán.
El lunes de la semana pasada tuvo un acto en el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas y calló. El martes se encerró en la Moncloa. El miércoles se saltó la sesión de control al Gobierno en el Congreso para viajar a Bruselas a reunirse con Ursula von der Leyen, pero tampoco allí hizo declaraciones. El jueves visitó la sede del Instituto Nacional de Seguridad Social y después volvió a la Moncloa para recibir al primer ministro de Eslovenia. Su equipo decidió que tampoco era día de responder y le organizó una comparecencia sin preguntas que indignó a los periodistas.
El viernes, el sábado y el domingo estuvo desaparecido: no tuvo ningún acto en la agenda, ni en la del Gobierno ni en la del partido. El presidente permaneció mudo mientras tres de sus ministros candidatos, María Jesús Montero, Óscar López y Pilar Alegría, difundían un bulo de Elplural.com (periódico que hasta hace poco dirigía la actual consejera de RTVE Angélica Rubio) acusando a un exagente de la UCO que ahora trabaja para la Comunidad de Madrid, Juan Vicente Bonilla, de un intento de magnicidio contra el presidente con una bomba lapa en los bajos de su coche.
Por suerte para el presidente, además esta semana no hay Pleno en el Congreso ni, por tanto, sesión de control al Gobierno (habitualmente no hay pleno la primera semana de cada mes). De manera que no tendrá que responder a las preguntas de la oposición.