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Conde-Pumpido

Conde-PumpidoPaula Argüelles

El Pleno del Tribunal, dividido

Conde-Pumpido evita pronunciarse sobre las causas de abstención que le obligan a apartarse de la amnistía

El Presidente del Constitucional no intervendrá, este martes, para resolver la petición con la que el Partido Popular busca expulsarle de la deliberación del primer recurso contra la polémica norma

A lo largo de esta mañana, el Constitucional tendrá que resolver la petición formulada por el Partido Popular para apartar al presidente del Tribunal, Cándido Conde-Pumpido, de la deliberación y votación del primer recurso presentado por la formación contra la polémica 'Ley de Amnistía'. Sin embargo, y pese a que es el propio Conde-Pumpido el que debería pronunciarse sobre las causas de abstención que pesan sobre él y le obligan a orillarse en el borrado penal del procés, el magistrado será el único que no intervenga para explicar al resto del Pleno los motivos de aceptar, o no, su situación.

Así las cosas, según ha podido saber El Debate en primicia, el veterano jurista gallego, determinado a aprobar la sentencia de la amnistía «antes de las vacaciones de verano», cueste lo que cueste, ha delegado la responsabilidad de su continuidad en los asuntos de la amnistía en su número dos, la ponente de la sentencia que dará luz verde a la norma y vicepresidenta de la Corte, la magistrada Inmaculada Montalbán. Será ella la encargada de defender, hoy, la providencia por la que se rechaza que Conde-Pumpido deba quedar fuera. Una maniobra que ha dividido a los miembros de la Corte de Garantías y que, como apuntan algunas fuentes a este diario, «algunos de ellos no están dispuestos a aceptar sin más».

Cándido ha decidido «esconderse» y obviar «las mismas razones por las que, en su día, sí admitió no estar presente en las discusiones y votaciones relativas a los recursos» presentados por los cabecillas políticos del separatismo catalán, contra las resoluciones del Supremo en la materia. De tal manera que está «obligando al TC a despejar su futuro sin haberle escuchado», apuntan las mismas fuentes, cuando es «el único que debería responder» a la petición personalísima que le ha trasladado el PP al Tribunal en relación con la amnistía.

Conde-Pumpido, que ya maniobró para salvar su recusación en los asuntos del borrado penal del procés, hace varios meses, alterando la propia doctrina consolidada de la Corte que preside, ha vuelto a las andadas. No en vano, la ausencia del presidente en el debate preliminar de la amnistía, que está decidido a avalar más pronto que tarde, le evitará el trago de tener que dar la cara tras su negativa a suspender el avance de la causa hasta que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) se pronuncie para resolver las cuestiones prejudiciales planteadas por cuatro tribunales españoles distintos, en relación al encaje del texto en el ordenamiento comunitario.

En esta nueva oportunidad, el cuestionado presidente del Pleno –en ocasiones, como la consulta de la Audiencia de Sevilla en la sentencia de los ERE de Andalucía a Europa, hasta por los miembros de su propio bloque ideológico– obviará para sí mismo algunas de las razones que le llevaron a apartar al magistrado José María Macías del conocimiento del mismo recurso de inconstitucionalidad de la Ley de Amnistía.

De hecho, al margen de su estado civil, ya que Conde-Pumpido está felizmente casado con una magistrada del Alto Tribunal, Clara Martínez de Careaga, cabe recordar que ésta junto con Macías, durante la etapa en la que ambos fueron vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), también participó en la emisión del mismo informe sobre la Ley de Amnistía que le ha valido el destierro a Macías. Si bien, es de justicia apuntar que el caso de Martínez de Careaga su voto, particular, fue para defender en el seno del bloque izquierdista del órgano la idoneidad constitucional de la norma.

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