
Pedro Sánchez y Félix Bolaños
Dispuesto a agotar la legislatura
Sánchez reúne a su núcleo duro en la Moncloa para trasladarles que aguantará hasta 2027
El presidente ha querido tranquilizar a su equipo después de un mes de infarto para los socialistas, que empezó con los whatsapps de El Mundo y termina con el procesamiento del fiscal general
Pedro Sánchez lleva semanas sin hablar en público sobre su situación y la de su Gobierno, pero en privado sí lo está haciendo. El presidente ha trasladado a su núcleo duro en las últimas horas calma en mitad de la tormenta. Y, sobre todo: que no piensa precipitar el final de la legislatura convocando elecciones anticipadas, sino que estará hasta 2027. Como poco.
Según ha podido saber El Debate de fuentes de su entorno, Sánchez ha hablado con su equipo en la Moncloa tras la multitudinaria manifestación que convocó el PP el domingo en Madrid para pedirle que disuelva las Cortes y llame a los españoles a las urnas -manifestación que el Gobierno y el PSOE despreciaron y ridiculizaron- y tras el auto de procesamiento contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. El encuentro estaba encabezado por el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, y auténtico factótum de Sánchez, Félix Bolaños.
El mensaje es que quedan dos años de legislatura y que dos años serán, no menos. Ello coincide con lo que el presidente afirmó el viernes a puerta cerrada en la Conferencia de Presidentes de Barcelona. «La intención del Gobierno es respetar los tiempos de la democracia y celebrar las próximas elecciones en el año 2027, cuando tocan», sostuvo durante el encuentro. Después se despidió de cada presidente autonómico del PP con esta frase: «Aquí me vais a tener hasta 2027», como contó este periódico el sábado.
Sería la primera vez que agotaría la legislatura. En 2019 convocó elecciones anticipadas cuando el independentismo catalán tumbó sus Presupuestos en el Congreso (entonces los presentó, ahora no lo hace para no arriesgarse a perder). Y en 2023 las adelantó en respuesta al batacazo que sufrieron los socialistas en las elecciones municipales y autonómicas de mayo, al día siguiente de aquel severo correctivo.Este periódico ha podido saber que Sánchez también ha hablado con el líder fáctico de Podemos, Pablo Iglesias, para contarle lo mismo. Podemos es una pieza clave de la legislatura desde que, recién iniciada, los morados decidieron abandonar el grupo parlamentario de Sumar y pasarse al Mixto. En realidad, el partido que dirige Ione Belarra es uno de los elementos más potencialmente desestabilizadores de la mayoría de investidura, junto con Junts. Y está de campaña, utilizando el rearme como espoleta.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias
Desde mediados de mayo, los socialistas están viviendo un vía crucis por estaciones. Primero fueron los whatsapps entre Sánchez y José Luis Ábalos publicados por El Mundo, en una filtración que autorizó el propio exministro. Después llegó el auto de procesamiento de la jueza Beatriz Biedma contra el hermano del presidente y el escándalo del aforamiento exprés del líder del PSOE de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo.
En medio se cruzaron las especulaciones en torno al próximo informe que la UCO va a entregar al juez instructor del caso Ábalos en el Tribunal Supremo, Leopoldo López, y en el que supuestamente el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, aparece vinculado a la adjudicación de las obras del túnel de Belate, bajo sospecha de los investigadores.

Leire Díez, en un momento tenso con Víctor de Aldama.
El 26 de mayo estalló el caso Leire Díez, la fontanera de Cerdán -ella lo niega- que, entre otras cosas, ofreció a un empresario investigado en la trama de hidrocarburos un pacto con la Fiscalía a cambio de información comprometedora sobre un mando de la UCO. El encontronazo que el empresario Víctor de Aldama tuvo el miércoles de la semana pasada en un hotel con Díez y con el también empresario Javier Pérez Dolset, todos ellos vinculados al PSOE, terminó de destapar la cloaca socialista.
Y, por si fuera poco, este lunes el juez Hurtado dejó a García Ortiz con un pie y medio en el banquillo de los acusados en un auto en el que el instructor apunta directamente a la Presidencia del Gobierno. Porque el fiscal general seguía sus «indicaciones», según Hurtado. Aunque en el Ejecutivo lo niegan rotundamente.
Y Sánchez, callado
Mientras todo esto ocurría, el presidente ha ido encadenando días y semanas de silencio. La última vez que se sometió a las preguntas de la prensa fue el 29 de abril, hace seis semanas, un día después del apagón. Y la última sesión de control al Gobierno en el Congreso a la que se enfrentó fue hace tres, el 21 de mayo. Este miércoles estará en la Cámara Baja para responder a tres preguntas de Alberto Núñez Feijóo, de Ione Belarra y de la nueva portavoz del PNV, Maribel Vaquero. Pero solo el líder del PP le preguntará por la corrupción.
Después dará por concluidos sus compromisos parlamentarios hasta mediados de julio, cuando se espera que comparezca en el Congreso antes de las vacaciones. Entre medias se saltará las dos últimas sesiones de control al Gobierno del curso, los miércoles 18 y 25 de junio. El primero estará de viaje en Nueva York en la conferencia de la ONU sobre la situación en Palestina y el segundo en La Haya, con motivo de la cumbre de la OTAN.