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El exministro de Transportes José Luis Ábalos a su llegada al Tribunal Supremo

El exministro de Transportes José Luis Ábalos a su llegada al Tribunal SupremoEuropa Press

Tribunales

Una hora de 'omertá' de Ábalos en el Supremo: el exministro sortea la corrupción del PSOE en espera de Santos Cerdán

Aunque inicialmente se presentó ante el juez instructor para no declarar, finalmente, el ex secretario de organización de los socialistas contestó a las preguntas del magistrado y del Ministerio Fiscal

La declaración de José Luis Ábalos en el Supremo, en el marco del 'caso PSOE', tras conocerse el último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre la trama que salpica al Gobierno de corrupción podría definirse, salvo algunas pinceladas de información menor, con una palabra: 'omertá'. El que fuera secretario de organización de los socialistas comparecía como imputado ante el juez Leopoldo Puente, durante cerca de una hora, para acogerse a su derecho a no declarar, a la espera de saber cuál es la posición de otro de los principales imputados en la «organización criminal» por la que están siendo investigados, su sucesor en el cargo, Santos Cerdán.

Ambos, junto con el tercero en discordia, Koldo García Izaguirre, aparecen señalados por nuevos y numerosos indicios de su presunta implicación en la red conformada por la cúpula del PSOE para, entre otros negocios opacos, la asignación de obra pública ' a dedo' a cambio de pagos ilegales de constructoras y promotoras de todas España, distribuidas por «cupos» territoriales y, supuestamente, «gestionados» por Cerdán.

Pese a los intentos de Koldo y Ábalos por aplazar, por segunda vez, su comparecencia de este lunes hasta el próximo mes, para conocer antes de su comparecencia cuál será la posición de su ex compañero de filas, finalmente se sentaban ante el juez instructor Puente, apercibidos de que su incomparecencia podría conllevar su detención inmediata, tal y como, además, pedían varias de las siete acusaciones personadas en la causa, bajo la dirección letrada única del Partido Popular.

El ex ministro se limitó a negarlo todo, hasta ser el interlocutor en los audios analizados y ordeñados por los agentes judiciales, con algunas excepciones como, por ejemplo, apuntar que quien le recomendó designar a Isabel Pardo de Vera como presidenta de Adif fue el ex ministro de Zapatero José Blanco; que él fue quien le facilitó a la ex Miss Asturias+30, que acabó enchufada en Logirail, el contacto de Koldo para que le ayudase; o, que sí reconoce una transferencia de la empresa de Santos Cerdán, Servinabar, por importe de 4.500 euros.

Sin embargo, Ábalos se mostró incómodo, en todo momento, durante su interrogatorio. Una batería de preguntas que respondió de manera incoherente y, por momentos, desafiante porque a medida que avanzaba la cita su intención de no declarar se convirtió en una especie de híbrido entre cooperar con la Justicia, en la teoría, pero sin aportar datos consistentes, veraces o novedosos en la práctica con los que ayudar a la Fiscalía Anticorrupción o al magistrado a indagar.

Y es que, si bien horas antes la estrategia de defensa de Ábalos pasaba por la posibilidad de alcanzar un pacto con esta última, fuentes próximas a la causa apuntan que habría resultado frustrado tras la intervención de Víctor de Aldama, principal comisionista de la trama y colaborador con el Ministerio Público, de manos del fiscal Luis Pastor, en el esclarecimiento de los hechos. No en vano, cabe recordar que las aportaciones del empresario, que por el momento han servido para avanzar en las pesquisas, le valieron salir de prisión provisional en la causa de las licencias de los hidrocarburos que se sigue contra él en la Audiencia Nacional.

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