Un cayuco llega a las costas de Canarias
La peligrosa ruta migratoria ignorada por Sánchez en la que los mauritanos se juegan la vida
Pese al descenso registrado este año, África Occidental sigue siendo el punto de partida mayoritario en la inmigración irregular
El presidente Sánchez se llevó a siete ministros hasta Mauritania para firmar cuatro acuerdos sobre transporte, ciberseguridad, parques nacionales y una declaración de intenciones de proteger a los inmigrantes que trabajan en España. Ni una mención a los cientos de mauritanos que día tras día se lanzan en unos cayucos precarios para recorrer la ruta migratoria europea más peligrosa.
Sólo desde Nuadibú, la segunda ciudad del país y la más cercana al archipiélago canarios por su situación al norte del país, hay 760 kilómetros de travesía. Si el cayuco sale de la capital, Nuakchot, la distancia se acerca a los 1.000 kilómetros de travesía de un océano que, precisamente por ser un océano, por sus dimensiones, sufre los mayores oleajes y los más peligrosos temporales.
La ruta hacia El Hierro desde África es de las más peligrosas
De ahí que, según la ONG Caminando Fronteras, sólo durante el año pasado murieron 9.757 inmigrantes tratando de llegar a las costas canarias, el 93 % del total de personas fallecidas en las rutas migratorias españolas.
Aunque en los primeros meses de este año el número de inmigrantes, la mayoría desde Senegal y desde Mauritania, se ha reducido en un 41,7 %, la Ruta Atlántica a Canarias continúa acaparando el mayor movimiento migratorio de España. De los 19.114 inmigrantes que han llegado a España desde el día 1 de enero de este año, 11.454 lo hicieron a través de las Islas Canarias.
Y es que, a las condiciones marítimas del siempre peligroso océano Atlántico, hay que sumar la precariedad de los cayucos en los que navegan. Estas embarcaciones de grandes dimensiones son utilizadas por las mafias para el transporte de inmigrantes después de que hayan sido ya desechadas para su uso en la pesca de Mauritania.
Además, las mafias no tienen escrúpulos para amontonar en ellos a cientos de personas, como se pudo comprobar en el vuelco de un cayuco en el mismo muelle de La Restinga (El Hierro) el pasado 28 de mayo que causó la muerte de siete inmigrantes.
Por eso es fundamental la lucha contra las mafias de la inmigración. Y en los acuerdos firmados este miércoles por el presidente Sánchez y el presidente de Mauritania, Mohamed Ould Ghazouani, no hay mención alguna a la lucha contra las mafias. Ni tan siquiera a pesar de que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, también acompañó al presidente del Gobierno hasta el país africano.
La distancia existente entre Mauritania y las Islas Canarias de cientos de kilómetros y en un mar con unas condiciones como las del océano Atlántico hace casi imposible creer que el trayecto se realice a bordo de raquíticos cayucos. Pero el documento firmado entre España y Mauritania tampoco menciona la investigación y lucha contra los grandes barqueros en los que las mafias supuestamente llevan a los cayucos en algunos casos hasta las cercanías de las Islas Canarias.