El Rey con Santiago Muñoz Machado en la reunión anual del Patronato de la Fundación pro-RAE, celebrada el pasado enero
Casa Real ¿Por qué corresponde al Rey el alto patronazgo de la Real Academia Española, que el sanchismo quiere asaltar?
Don Felipe inaugura esta tarde el Congreso de la Lengua, tras los ataques del director del Instituto Cervantes al de la RAE
El Rey llegó la pasada medianoche a Arequipa para inaugurar este miércoles el Congreso Internacional de la Lengua Española, una reunión que se celebra tras los recientes ataques del director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, al director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado.
Montero afirmó que «la RAE está en manos de un experto en llevar negocios desde su despacho para empresas multimillonarias», en alusión a Muñoz Machado, que es catedrático de Derecho Administrativo.
Bajo el amparo de la Corona
La Real Academia Española es una de las pocas instituciones que conserva su independencia y el sanchismo no ha logrado controlar, y las descalificaciones de García Montero se interpretan como un intento de desprestigiar a Muñoz Machado para sustituirle por un afín al Gobierno.
La Real Academia Española está muy vinculada con la Corona desde hace siglos. De hecho, la creó Felipe V en 1737. Desde entonces, la Corona ha aportado su protección, amparo y libertad a la Academia y ambas instituciones han trabajado en conjunto por la defensa del español en todo el mundo.
La relación entre la Corona y las Reales Academias quedó plasmada en la Constitución de 1978: una de las funciones que atribuye al Rey es precisamente el alto patronazgo de las Reales Academias, entre ellas la de la lengua española. Aunque esta función no comporta poderes decisorios, sí implica funciones nominales y representativas.
El Rey preside numerosos actos de la Real Academia Española, incluso plenos, y es presidente de honor de la Fundación pro Real Academia Española, que canaliza las ayudas que recibe la Academia. Don Felipe preside todos los años la reunión del patronato.
Independencia política
El origen de las Reales Academias se remonta al siglo XVIII, cuando los Borbones las crearon, primero en Francia y luego en España, con el fin de promocionar las ciencias y las artes.
Las Reales Academias han sido y siguen siendo las entidades que representan la excelencia en los diversos campos de las ciencias, las artes y las humanidades. Sus valores esenciales son, por un lado, la categoría de sus miembros, en quienes concurren los más altos méritos intelectuales y científicos, y por otro, su estabilidad e independencia frente a intereses económicos o políticos.