El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni
Cataluña
Collboni pierde la cuestión de confianza y deja entrever que incorporará a ERC al gobierno municipal
El Presupuesto se aprobará automáticamente en 30 días si no hay un candidato alternativo
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha perdido este miércoles la cuestión de confianza a la que se ha sometido en un pleno extraordinario para aprobar los Presupuestos de 2024, y ha retado a la oposición a acordar un alcalde alternativo.
Pero además, ha anunciado que cuando los presupuestos entren en vigor, que será el 2 de mayo si no prospera una moción de censura de la oposición, vendrá la ampliación del gobierno municipal. Collboni, eso sí, no ha fijado una fecha concreta, ni tampoco ha dicho nada sobre los que serán sus nuevos socios en el ejecutivo.
Aunque no hay que perder de vista que ha llegado a un acuerdo con ERC sobre las cuentas. De hecho, el alcalde ha precisado que su máxima ha sido hablar primero de políticas, y después de gobierno. «Esto se ha hecho con ERC. Pero no ha sido posible con otros grupos, porque el orden que se nos ponía en la negociación era otro, legítimo», explicaba Collboni en referencia a los comunes.
En cualquier caso, el alcalde de Barcelona asegura que una vez los presupuestos estén en vigor, y con esa ampliación, se podrá continuar con la acción de gobierno «con la voluntad de seguir haciendo acuerdos» y también de avanzar en los temas prioritarios para la ciudad, y que Collboni marca como vivienda, seguridad y descarbonización.
Todo ello será a partir del 2 de mayo, que es cuando se aprobarán los presupuestos automáticamente si no se presenta una moción de censura. Ahora se abre un plazo de treinta días, en los que la oposición puede tratar de acordar un alcalde alternativo, algo que no parece posible.
No es la primera vez que un alcalde utiliza este mecanismo para que las cuentas salgan adelante. Ya lo han hecho anteriormente el líder de Junts, Xavier Trias y también Ada Colau, que lo hizo durante dos años consecutivos durante su primer mandato.
En la votación de esta mañana de la cuestión de confianza, que se ha hecho de manera nominal (cada concejal ha votado en voz alta), han votado afirmativamente los 10 ediles del PSC y los cinco de ERC, y la han rechazado los concejales de BComú, Junts, PP y Vox, que han sumado 24 (han faltado dos concejales) frente a los 15 que el PSC alcanza con los republicanos.
Cruce de reproches
Unos presupuestos que ha defendido la teniente de alcalde Laia Bonet, porque son los más sociales y expansivos de su historia. Y ha reprochado a otros grupos, especialmente a Junts y a Barcelona en Comú, la actitud que han mantenido: «Barcelona no se para y no dejamos ni queremos dejar que la bloqueen con la actitud de algunos grupos», ha sentenciado.
Por otro lado, Xavier Trias ha acusado al gobierno municipal de jugar «a la confrontación», y de ahí que no haya conseguido el apoyo de los grupos que permitieron su investidura, comunes y PP, lo que considera un «fracaso».Y ha acusado a los socialistas de estar a las órdenes del PSOE y del PSC y de no tomar decisiones, por este motivo, pensando en Barcelona.
La exalcaldesa Ada Colau ha reprochado al ejecutivo municipal las acusaciones «graves» que, a juicio, tanto PSC como ERC le lanzaron al rechazar los presupuestos. La acusaron de anteponer el interés personal y los cargos a los intereses de la ciudad. La líder de los comunes ha insistido que su grupo ha hecho gestos de confianza hacia el gobierno municipal, pero ha sido el PSC el que no ha querido ir más allá en la negociación.
Por otro lado, el popular Daniel Sirera ha lamentado que Barcelona «no se merece aprobar los Presupuestos por la puerta de atrás». Y el líder de Vox, Gonzalo De Oro, considera que su formación representa «la única oposición en este consistorio porque somos los únicos que nunca nos hemos rendido al PSC».
Pese a tramitarse en la Comisión de Economía extraordinaria en febrero con los votos de ERC y BComú, los Presupuestos no superaron el último trámite en el pleno del 22 de marzo, y Collboni anunció que se sometería a una cuestión de confianza para poderlos aprobar.
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