Armada española  La gigantesca «ITV» del portaaeronaves Juan Carlos I para cambiar su propulsión

El portaaeronaves LHD Juan Carlos I afronta una larga temporada en el «taller». El buque insignia español deberá afrontar en dique seco el complejo cambio de su sistema de propulsión. La obra se llevará a cabo en el astillero de Navantia en Puerto Real y se estima que su varada será de entre tres y seis meses. La Dirección de Gestión Económica de la Jefatura de Apoyo Logístico de la Armada aprobó en 2022 la adjudicación a Navantia de un contrato de 30 millones para cambiar los propulsores de fabricación alemana (del consorcio Schottel-Siemens), que vienen generando numerosos problemas en la navegación desde hace tiempo. El Consejo de Ministros autorizó entonces la sustitución del sistema de propulsión del buque. Esta obra no se ha llevado a cabo antes debido a los compromisos de la Armada en operaciones internacionales.

¿Por qué se tiene que cambiar el sistema de propulsión de un buque de las características y dimensiones del Juan Carlos I?

El problema viene de lejos, con la detección de continuas averías y fallos en el sistema de propulsión, generando numerosos problemas en la navegación. La principal consecuencia son las vibraciones, que distorsionan el trabajo del día a día. Como informó El Debate, el Juan Carlos I dispone de propulsión eléctrica y cuenta con una turbina de gas y dos generadores diésel. El buque cuenta con dos propulsores denominados POD (de 11,0 MW cada uno). Hace tiempo que se detectaron problemas técnicos en dichos POD, generando vibraciones y ruidos. Estas vibraciones interfieren con las frecuencias propias de otros elementos del buque. Incluso se ha llegado a detectar pérdida de la propulsión en ocasiones. La Armada encargó en 2020 un análisis en profundidad para intentar buscar una alternativa, que llegó con la contratación de la empresa española tras la aprobación del proyecto por parte del Consejo de Ministros.

La propia Armada reconoció que «estos fallos se han dado por causas muy dispares, tanto eléctricas como mecánicas, internas y externas, que han dejado en varias ocasiones al buque sin propulsión, al menos en una de sus dos líneas».

El Juan Carlos I ha tenido un ajetreado «fin de curso». La Armada finalizó con éxito el ejercicio avanzado de lanzamiento de armas Sinkex 25, llevado a cabo los pasados días 15 y 16 de junio, un ejercicio clave para fortalecer la capacidad operativa de las unidades navales, aéreas y submarinas, al tiempo que permitió el adiestramiento en el empleo de sistemas de armas en un entorno realista y de alta intensidad.

En Sinkex 25 participaron diversas unidades navales como el L-61 Juan Carlos I, pero también la fragata Blas de Lezo, la Álvaro de Bazán, el Isaac Peral, el Castilla y la fragata Santa María, así como unidades del Ejército del Aire y del Espacio, lo que permitió un entrenamiento integral en el uso de sistemas de armas simulando escenarios de combate reales.

En paralelo, la Armada inició el despliegue el Grupo de Combate Expedicionario (GCE) Dédalo 25-2 en aguas del Atlántico y del Mediterráneo occidental y central, con ejercicios tácticos que duraron hasta el 7 de julio y en el que participó la Princesa Leonor. Dicho grupo de combate estuvo liderado por el Juan Carlos I.

El Juan Carlos I es un buque de asalto anfibio botado el 10 de marzo de 2008 por Navantia. Se dio de alta en la Lista Oficial de Buques de la Armada el día 30 de septiembre de 2010, con la numeral de costado L-61. Su base de estacionamiento es la Base Naval de Rota.