¿Qué nos dieron los romanos?Luis J. Pérez-Bustamante

Estamos todos equivocados, bro

Estamos ante la gallina de los huevos de oro de Córdoba, ciudad que aspira a convertirse en nodo logístico y vivir un renacer industrial, pero que sin lugar a dudas no puede renunciar a su esencia patrimonial

«Bienvenidos al año 785». Con estas palabras escuché recibir el otro día a un grupo de viajeros internacionales a la entrada de la Mezquita Catedral. Uno más de los muchos que cada día acuden a visitar un monumento que es orgullo de la Humanidad desde mucho antes de que lo decidiera la Unesco. Me pareció una explicación soberbia, porque en el momento en el que se cruza la puerta de entrada y se da uno de bruces con el bosque de columnas, la sensación de sobrecogimiento es la misma hoy que hace 1.200 años.

Ese rostro de admiración del que hablamos no es invento ni quimera, tal y como se ha podido comprobar esta misma semana cuando el Cabildo Catedral ha dado a conocer los resultados del segundo tracking de la encuesta de satisfacción de visitantes al templo. Grosso modo podemos decir que la visita a la Mezquita Catedral merece un sobresaliente para quienes la realizan, lo mismo que reciben la subida a la Torre Campanario, el espectáculo nocturno El alma de Córdoba o la Ruta de las Iglesias Fernandinas. Es decir, toda la oferta turística que el Cabildo Catedral ha puesto a disposición de la ciudad en los últimos años.

Las cifras del sondeo realizado hablan por sí solas, tanto por la magnitud de las respuestas analizadas, 360.000, como por la fiabilidad analítica del trabajo realizado por la empresa Concepto y que se sitúa en un nada despreciable 97%. Asomarse a los resultados ofrece unas conclusiones que hablan muy bien de lo acertado de la gestión que se lleva a cabo en el monumento. Y hay que decirlo así, bien alto y bien fuerte. Porque esa valoración la hacen los que se gastan su dinerito en entrar y consideran que la conservación, el mantenimiento y limpieza del principal monumento de la ciudad están por encima del 4,6 sobre 5. O que más del 97% de los encuestados recomiendan visitar la Mezquita sin ningún tipo de dudas. Unas cifras aún mejores en la Ruta de las Iglesias Fernandinas, esa oportunidad turística y económica de la que muchos en Córdoba aún no se han enterado.

Estamos ante la gallina de los huevos de oro de Córdoba, ciudad que aspira a convertirse en nodo logístico y vivir un renacer industrial, pero que sin lugar a dudas no puede renunciar a su esencia patrimonial. Los resultados del sondeo, como decíamos, ofrecen perspectivas a las que habría que atender. Nos hablan del eje del AVE como vía de crecimiento natural, con Madrid como comunidad enamorada de este lugar. Pero también, de que si miramos al norte -Galicia, País Vasco, Cantabria…-, a Extremadura o a Portugal tenemos un potencial de crecimiento exponencial que permanece aún casi inexplorado. Nos hablan del peso de los visitantes de Italia, Francia, Estados Unidos o Alemania, pero también del influjo y atracción que el principal monumento de la ciudad causa en Oriente Próximo o Latinoamérica.

Turistas, todos, que se gastan lo que tienen, que generan empleo, negocio y crecimiento. Que nos dan oportunidades y futuro, no sólo en noches de hotel y comidas, sino en opciones de seducir emprendimiento y desarrollo de la mano de nuestro principal emblema.

O quizás, como dicen los agoreros y los profetas del acabose, esto sea una milonga y estemos todos equivocados. ¿Tú qué dices, bro?

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