Cruz del Valle de los Caídos
El peculiar diseño de la cruz del Valle de los Caídos que evita que se acumule agua y derribe sus brazos
La idea de la cruz consistía en crear un símbolo de irreprochable pureza, de líneas sobrias y escuetas, sin que ninguna exigencia arquitectónica pudiera desvirtuarlo
La colosal cruz del Valle de los Caídos es el elemento más sobresaliente del conjunto monumental al ser la mayor del mundo estero, certificado por el mismo libro Guinness de los Records, con una altura de 152,4 metros, y a mucha distancia de la siguiente. Este espacio es accesible desde el interior hasta la parte superior de los brazos mediante un ascensor. Sin embargo, desde hace años, el acceso a la cruz y al funicular están restringidos porque llevan sin arreglarse años debido a la falta de atención de Patrimonio Nacional.
El basamento se divide en un zócalo de piedra, y a continuación aparecen las estatuas majestuosas de Juan de Ávalos representando a los Cuatro Evangelistas. Un fuste de 119 metros y unos brazos de 41,70 metros cuadrados dar forma a la imponente cruz del Valle de los Caídos.
La cruz fue diseñada por el arquitecto director, Diego Méndez, pese a que se convocó un concurso donde participaron los mejores arquitectos del momento y que fue ganado por Luis Moya, Manuel Thomas y Enrique Huidobro.
La situación en que se implanta a 300 metros sobre la autopista del noroeste, y con una altura sobre la explanada de 300 m, hace que sea visible desde al menos 18 kilómetros, y su presencia forme parte del paisaje de la Sierra Norte.
Este enclave de la región hace que los brazos de la cruz tengan que soportar las nevadas que caen en San Lorenzo de El Escorial. Para evitar este sobrepeso y que el agua quede acumulada cuando se deshiela, se diseñaron sendas partes de la cruz con cierta inclinación hacía abajo.
Cruz del Valle de los Caídos
De tal manera que todas las precipitaciones que caigan sobre la cruz del Valle de los Caídos 'resbalen' y no sobrecarguen la estructura de los brazos. Como dato curioso, el peso de la cruz es de 200 millones de kilos, y los 20 metros de cada brazo de 400.000 kilos
La idea de la cruz consistía en crear un símbolo de irreprochable pureza, de líneas sobrias y escuetas, sin que ninguna exigencia arquitectónica pudiera desvirtuarlo. La Cruz es el elemento más sobresaliente, verdadero faro entre las cumbres del Guadarrama.
Las mayores dificultades surgieron al construirla debido que había que anclarla a la montaña para que resistiese la fuerza de los vientos, además del peso de la cruz. La base de esta es de forma griega que es como mejor se ancla a la montaña.
Aprovechando la grieta de la montaña se insertó en ella una plataforma de 50 por 40 metros y un espesor 8,5 metros de hormigón con anclajes de hierro que iría creciendo para formar el esqueleto de la cruz, rellena de hormigón y revestida de granito.
Cruz del Valle de los Caídos
Así el peso de la cruz recaería no solamente sobre los puntos de apoyo de la pared, sino que así el peso de la Cruz se repartía por toda la plataforma y el riesgo de hundirse sería menor.
Otro problema que se presentaba era el de subir los materiales hasta la cima de la montaña y después hasta la cruz. Se optó por una idea original. Perforar el Risco de la Nava 40 metros más abajo de la cima y hacer un pozo de 60 m de profundidad, de 7 metros de largo por 3,5 m de ancho y se unía con un túnel hasta la base de la montaña por la parte posterior, donde ahora está el monasterio.
Al subir los materiales por el pozo, el riesgo de accidentes era pequeño, porque las piedras subían 60 metros por dentro de la montaña y 40 m dentro de los andamos metálicos. Además quedó para que los turistas pudiesen subir a los tres miradores.
Cruz del Valle de los Caídos
Una obra colosal
Para subir los materiales se necesitaba una estación de hormigonado para 15 toneladas a la hora, con los almacenes, molinos, machacadoras, trómeles, trenes, excavadoras, etc. Ascensores y montacargas con las tolvas y trenes para transportar los materiales por los diversos puntos.
Así todos los materiales entraban desde los camiones a las tolvas que las llevaban por los raíles del túnel hasta el montacargas y subían 60 metros dentro de la montaña y 40 m por los andamios metálicos y llegaban a la base de la cruz y por los raíles llegaban las tolvas al montacargas de la cruz, que los elevaba hasta donde estaban trabajando y con las grúas de torre, las piedras las depositaban y las engarzaban.
La cruz tiene 3 ascensores, aunque hicieron cinco. Estudios que hicieron aconsejaron tapar solamente dos. El del medio tiene 3 metros de diámetro para las personas y escalera adosada en caracol. Los otros dos, uno para la piedra y otro para el hormigón.
Vistazo de la gran cruz del Valle de los Caídos
La velocidad del viento ha llegado a alcanzar los 100 km/h. Tenían que tener en cuenta la fuerza del viento, el peso de los materiales, del agua, de la nieve, la dilatación y contracción de las rocas, la influencia del hielo sobre el hormigón, el hierro, las descargas eléctricas, que en el período de pruebas se recogieron más de 500.
Al llegar a los brazos de la cruz el andamiaje era especial, sin apoyos en tierra que fuesen volando cada vez más retirados del fuste.
La cruz se montaba en el suelo, donde están ahora los estanques a la puerta de la Hospedería, y aquí se montaba y desmontaba para verificar todos los datos, entre ellos los triángulos metálicos, donde se colgaban los andamios, para trabajar a 300 metros de altura.
En la cruz se emplearon 24.650 metros cúbicos de hormigón en masa; 24.850 m³ de hormigón armado; 44.750 m³ de arena; 14.860 toneladas de cemento; 548 toneladas de hierro; 227 toneladas de hierro laminado; 4.230 metros cúbicos de cantería labrada, y 3.700 m³ de mampostería de berrugo.
