
Cada uva representa un deseo para cada uno de los meses del próximo año
Campanadas 2022
¿Por qué tomamos doce uvas en Nochevieja?
Te explicamos de dónde procede una tradición centenaria que nos trae buena suerte en el nuevo año
A pesar de que la tradición se ha extendido a otros lugares del mundo, la costumbre navideña de tomar 12 uvas al ritmo de las campanadas comenzó en España. Una forma de dar la bienvenida al año nuevo que se remonta al siglo XIX, cuando ya existía la costumbre entre los burgueses españoles de comer uvas y brindar con champán. Sin embargo, fue en la Nochevieja de 1909 cuando se popularizó de forma masiva.
¿El motivo? Un excedente de la cosecha de vid en Alicante hizo que buscasen una forma de aumentar las ventas. La mejor solución fue una innovadora campaña navideña que relacionaba este fruto con la buena suerte y la abundancia. Quisieron, además, que se comercializase en pequeños paquetes de doce ya preparados para consumir el último día del año.
Sin embargo, otras teorías apuntan que fue una tradición de origen pudiente. Existen registros de que tomarlas el 31 de diciembre ya era una costumbre que se practicaba en algunas zonas de España, por lo que el excedente de 1909 sirvió únicamente para extender la tradición, no para crearla.
Ya en un artículo del periódico El imparcial de 1898, en una nota de la sección de Sociedad, se hace mención al lunch con las uvas de la suerte en la fiesta de fin de año en el Hotel de los Condes de Romanones.Su verdadero origen, por tanto, podría remontarse a aquellas fiestas en las que alta burguesía copiaba la costumbre francesa de realizar encuentros privados en sus casas en las que se bebía champán y se tomaba uvas como acompañamiento. El hecho, además, de que el ayuntamiento prohibiese los festejos callejeros durante todo el periodo navideño motivó que las personas se reuniesen en sus casas a celebrarlo.
En señal de protesta a la medida tomada por José Abascal, parte de la sociedad madrileña perteneciente a las clases humildes que no podía acudir a esas selectas fiestas privadas decidió salir en la noche de Fin de Año y acudir a la Puerta del Sol para tomarse las uvas de la suerte con la intención de burlarse de esa costumbre practicada por la burguesía y aristocracia de la capital.
Numerosos periódicos de 1882 ya recogen las primeras menciones de esta tradición y en 1884 algunos la califican de «imperecedera costumbre». Aunque el consumo de las doce uvas mantuvo su carácter incorrecto y burlesco durante años, acabaría por normalizarse y extenderse al resto del país con el paso del tiempo.
Según la tradición, cada uva representa un deseo para cada uno de los meses del próximo año y cada uva comida con cada campanada supondrá buena suerte en el correspondiente mes. La uva es un fruto que se asocia con símbolos positivos como la hermandad, unión, alegría o placer (dios Baco) y quizá por ello la aristocracia francesa la comía en sus fiestas.