Prada y Fendi recuperan modas del pasado

Desde Kim Kardashian hasta Kendall Jenner o Kaia Gerber, Chiara Ferragni, Arizona Muse, Erin O' Connor o Hunter Schafer son algunas de las asistentes y modelos del desfile de Prada de esta semana. Raro en una marca que ha privilegiado siempre la selección de modelos desconocidas y de asistentes de corte intelectual. Veamos por qué.

Si Prada se ha distinguido por algo desde hace décadas es por iniciar una estela de feísmo femenino y sofisticado, pero de cierta sobriedad, una combinación intemporal y exitosa que al triunfar especialmente entre 2008 y 2013, en plena crisis para su competencia, sirvió de ejemplo para las demás marcas. Su estilo fue emulado, entonces, por las grandes marcas de la moda, hasta el punto de comerle el terreno, las ventas y difuminar su imagen.

Es por ello que Miuccia Prada intenta ahora reposicionar la marca en un cierto minimalismo masculino y perfeccionista, en el que fue su estilo durante los años 90 y 2000. Para ello, y porque tiene mucho trabajo también con MiuMiu, su otra marca, ha escogido a un «valido» como los reyes españoles antiguos. Se trata de Raf Simmons, un soso pero eficaz diseñador que ha pasado sin pena ni gloria por diversas marcas. Raf le da minimalismo, se convierte en un posible sucesor y además no hace sombra ni de lejos a Miuccia Prada.

Ha extrañado encontrar a Kim Kardashian en primera fila, algo impensable para los Prada hace tiempo. Los reyes de la moda intelectual y poliédrica jamás hubieran contado con Kim –a su vez princesa del exceso y la falta de sobriedad– de no ser porque la confusión de su imagen y posicionamiento, tan copiado, se ha visto tan afectada como sus ventas. A Kim Kardashian le quedaba el look de maxi chaqueta masculina extra grande como a un cura dos pistolas. Y eso que ella suele llevar atuendos imposibles.

No quedó ahí la cosa, sino que en Prada contaron con modelos como Kaia Gerber, que abrió el desfile o Kendall Jenner, algunas de las modelos más conocidas y mediáticas del momento, cuando se caracterizaban por contratar modelos de rostros desconocidos y físicos anodinos.

Entre sus relanzamientos, han recuperado del pasado la camiseta interior de tirantes (con chapa de Prada, eso sí), el traje de chaqueta masculino con hombreras para ellas, las maxi chaquetas tamaño mamut en cuero, las faldas con tejidos transparentes y los vestidos en total black.

En Fendi, más perdidos que un pulpo en un garaje, dieron palos de ciego, ya que desde que Lagerfeld desapareció, no atinan con el prêt-à-porter. Incluyeron botines de plástico con punta de botas de película del Oeste, vestidos transparentes y pieles, pero esta vez de peluche y en rosa: ellos que tanto defendieron el uso del pelaje natural han entrado en el redil, aunque han sido los últimos. Y por supuesto, las joyas corrieron a cargo de Delfina Delettrez, hija de Silvia Venturini Fendi. Todo queda en casa. Mañana más.