Lola Flores, en 1960
Cinco estilismos de Lola Flores que siguen vigentes un siglo después
Más allá de la bata de cola, La Faraona marcó tendencia y su forma de vestir continúa siendo única y reconocible
El potente legado estético de Lola Flores sigue vigente cuando se cumplen los 100 años de su nacimiento en Jerez. Mujer libre y liberada, independiente, valiente, arrojada y españolísima, marcó tendencia y sus estilismos siguen siendo hoy actuales. Sus rasgos, su forma de vestir y su modo de maquillarse continúan siendo únicas y reconocibles actualmente.
1. Más allá de la bata de cola. Parte esencial del baile flamenco, la bata de cola es una prenda con embrujo que bailaoras utilizaban para recoger su falda por la calle y soltarla en el tablao. Aunque son muchas las folclóricas y bailaoras que la han utilizado, fue Lola Flores la primera que la hizo su santo y seña, desde los platós de Televisión Española al escenario del Corral de la Morería. Se trata de una prenda eminentemente española que conforma una especie de estilismo de nuestra alta costura local. Se necesitan unos 40 metros de tela para llevar a cabo una prenda con la que La Faraona hizo reír a todos los participantes de un coloquio de Balbín en su programa «La Clave», cuando explicando lo mucho que ella usaba la bata de cola comentó: A mí, cuando yo me muera, que me la metan en la caja... La bata de cola".
Lola Flores, artífice de la bata de cola
2. Las piernas de «caballo árabe». Fuertes y recortadas, como las de los caballos árabes, describía la propia Lola sus piernas. Unas fabulosas piernas que destacaban en un momento en el que aún estaban de moda los palillos lánguidos en lugar de las musculosas pantorrillas en una fémina. Fue en realidad la antecesora de todas las mujeres que ahora lucen piernas sólidas, ya sean fruto de la genética o del deporte.
Lola Flores concedió gran importancia a los pendientes
3. El eyeliner negro. Ahora de máxima actualidad y llenando Youtube de tutoriales explicativos, la primera española que abanderó el eyeliner negro extremo y exagerado fue La Faraona, que quizás por ese mismo detalle adoptó el mote referente a Cleopatra. Lola Flores lo probó casi todo en cuanto a tendencias, igual que las uñas extra largas, tan actualmente en boga. Su eyeliner marcadísimo definía dos ojos vivos e intensos, como lo era ella.
4. Pendientes «de los buenos». Lola puso de moda las joyas «de verdad», los anillos y brazaletes destacados y por supuesto, los pendientes de gran tamaño. Paró una actuación en el Florida Park de Madrid diciéndole al presentador: «Se me ha caído un pendiente. Pero, Iñigo no lo quiero perder, así que no empiezo a cantar de nuevo hasta que no se encuentre». Ahora que las joyas grandes y exageradas están de moda, recordamos que también se lleva recuperar las piezas de abuelas y bisabuelas, las joyas antiguas y los estilismos de otras épocas.
Lola Flores y Antonio, en 1986
5. El escotazo. Católica y de derechas, Lola no obstante no escatimaba en detalles de diva faraónica, como los grandes escotes delanteros y en la espalda. Con un tipo compacto y dinámico, lucía explosiva y descarada con escotes como los que ahora escogen algunos diseñadores atrevidos, minifaldas yeyé o faldas con grandes aberturas en las piernas. La faraona, increíble, intensa e incomparable, sigue siendo, sin haberlo pretendido, un punto de referencia estética inimitable y carismática.
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