De todos los motes que surgieron al hilo de la aparición pública de Yolanda Díaz, el de Fashionaria quizás sea el que más arraigo ha tenido. Lejos de ofenderse, lo ha convertido en símbolo de merchandising a golpe de pegatinas como las que repartió en la puesta de largo de su proyecto Sumar en Madrid.
EFE
De blanco inmaculado, asistía a una de las citas más importantes de su carrera política. Para anunciar su candidatura a las elecciones generales, escogió un pantalón recto de lino con una blusa de estilo romántico de mangas abullonadas y detalles de encaje.
EFE
Los total looks en blanco se han convertido en una de sus señas de identidad. Para los plenos en el Congreso es habitual que deje de lado las zapatillas que suele lucir fuera de él y se suba a los tacones –aunque no siempre es así–. En esta ocasión, opta por unos clásicos salones beige de tacón bajo que pasan desapercibidos con una chaqueta de lazada de raso a la cintura, mangas de murciélago y tejido con plumas.
EFE
La vicepresidenta segunda del Gobierno se inclina por el uso de camisas y blusas de color blanco, uno de los básicos más populares entre las prendas codificadas para la oficina. Suele combinarlas con pantalones tipo sastre, ya sean lisos o estampados, como estos de tartán de cuadros en tonos verdes.
EFE
Uno de los grandes contrapuntos de su cambio de estilo ha sido su pelo. Más largo y rubio, menos estructurado y sin capas... hace que los rasgos de su cara se dulcifiquen y suavicen. Suele llevar su melena ondulada, con volumen y con ligeros semirrecogidos o trenzas que dan un aspecto más relajado y casi siempre estilizado. ¿El toque final? Ciertos mechones sueltos y estudiadamente deshechos. Nada ver con aquel corte de pelo noventero poco favorecedor que solo le sumaba años.
EFE
Con el tiempo ha apartado las formas masculinas o marcadas para dejarse llevar por tonos neutros y motivos decorativos de estilo romántico que dulcifican su estilo como volantes cortados al bies, vestidos vaporosos, o camisas con lazadas al cuello.
EFE
La elegancia clásica de un dos piezas suele ser uno de sus aliados en cada cita pública. Para la moción de censura escogió este traje monocolor que guardaba un mensaje político: el blanco era el color que durante años utilizaron las sufragistas para reivindicar sus derechos y pedir el voto femenino.
EFE
Lejos del Congreso aún se vislumbran ecos de su estilo anterior, mucho más casual con camisetas básicas sin forma y pantalones gastados que poco o nada tienen que ver con los vestidos tipo cóctel que lleva a sus actos más importantes.
EFE
En su preferencia por el blanco, se decanta por prendas con patronajes originales como esta camisa de cuello bateau y estos pantalones de perchera ancha y botones metálicos laterales.
EFE
Difícil defender un atuendo en tono albaricoque. Un dos piezas formado por una chaqueta cruzada y lazada lateral y pantalones de pinzas con pata de elefante no siempre es sinónimo de elegancia.
EFE
Para el festival de cine de Málaga escogió un sobre vestido con tintes de trench de grandes solapas envolventes y ajustado al talle. En sus pies apostó por salones clásicos negros y joyas en tonos dorados.
EFE
Yolanda Díaz abraza, en general, el estilo lady con prendas que, además, nunca repite. En la imagen, con una abrigo rosa de escote cruzado, abotonadura delantera y largo midi que no hemos vuelto a verle puesto. ¿A dónde irá a parar su ropa?
EFE
Más que por las formas amplias y oversize, suele optar siempre por prendas que marquen cintura en la medida de lo posible. Las ya camisas habituales suelen ir por dentro de pantalones de tiro alto que acentúan su cuerpo, pero sin exagerarlo. Poco común, en cambio, es que utilice tejidos como el raso y el satén, así como tonos oscuros como el excepcional gris de la imagen.
EFE
Más allá de su política, gana detractores por una cuestión estilística: ir en zapatillas. Algo tan básico en nuestros tiempos como el traje de chaqueta con deportivas –que, con el tiempo, se ha democratizado en las oficinas– es visto por los rangos más conservadores como una falta de respeto en sus eventos más formales.
EFE
Cómodo, casual, versátil... Habría muchos adjetivos para definir un look afrancesado formado por camiseta de rayas, vaqueros rectos y Converse blancas. Sin embargo, para un acto o mitin político, el único atributo que le conviene es el de inapropiado.