Fundado en 1910

25 de abril de 2024

Casa Gerardo

Casa Gerardo

Casa Gerardo, exaltación de la materia prima en Gijón

Un desfile de sensaciones únicas, que van desde lo que les hizo famosos, la fabada, la crema de andaricas (nécoras) hasta el arroz con leche (que siguen destacando en su carta actual)

Hace algunos meses, con motivo de la presentación de mi libro de vivencias Hasta que se me acaben las palabras, me desplacé a Gijón con un grupo de amigos. Como objetivo del viaje, asistir a la Feria del Libro, una de las más prestigiosas de España, y aprovechar el viaje para disfrutar de la belleza de mi querida tierra asturiana y volver a visitar alguno de sus templos gastronómicos.
De todas las cocinas españolas, la de Asturias tiene bien ganada fama por aunar sabor, potencia y calidad. Aparte de la ya clásica fabada asturiana, uno de esos platos que te reconcilian con una tierra, hay una gran cantidad de recetas autóctonas que elevan la cocina asturiana hasta niveles muy altos de valoración. Siempre me apetece regresar a Asturias, contemplar ese paisaje enorme de verdes profundos, de montañas valientes, de valles fecundos y de tradiciones eternas.
Con motivo de algunas Vueltas Ciclistas a España, he tenido oportunidad de conocer con bastante profundidad la geografía de esta tierra y me he quedado prendado de lugares míticos como Los Lagos de Covadonga, el Angliru, el Acebo y los parajes agrestes de Corias, a la vera de Cangas de Narcea, donde pasé mis primeros años de estudiante en el Convento de dominicos, convertido hoy en un Parador de Turismo de categoría especial. Me gusta Asturias por ser como es, bella, sencilla, directa, distinta y auténtica. Y Gijón es una de esas ciudades a la que uno siempre está deseando volver.
Pepe Domingo Castaño en El Debate

Pepe Domingo Castaño en El Debate

Muy cerca de Gijón, en Prendes, de camino a Avilés, está Casa Gerardo, uno de esos lugares míticos por los que vale la pena inventarse un viaje. Lo conozco desde hace muchos años, en aquellos tiempos en los que Pedro Pablo Parrado entregaba unos premios musicales, que servían de motivo perfecto para cultivar nuestra pasión gastronómica. Y Casa Gerardo era uno de esos lugares de culto que nunca desaparecieron de nuestra agenda. Allá nos fuimos Mandredo Álvarez, su mujer Estherina, Miguel Ángel Rodríguez, Marián Cogollos, Cristina Huete, Amalia Toro, Juan Carlos Montero, David Lecanda, Teresa Cuevas, mi eterna Tere y yo, dispuestos a todo.
Lo mejor de este restaurante es que han logrado reunir, sin perder su esencia y su tradición, la cocina de siempre, la de su tierra, con la cocina de hoy. Comer allí es asistir a un desfile de sensaciones únicas, que van desde lo que les hizo famosos, la fabada, la crema de andaricas (nécoras) y el arroz con leche (que siguen destacando en su carta actual) hasta las croquetas de compango, las untuosas fabes con almejas, los callos asturianos (hay que probarlos sí a sí), el pitu de Caleya, la conjunción increíble de puerros y algas, la ensaladilla de bogavante, la merluza con vinagreta…
Toda la carta tiene sabor y categoría, a caballo siempre entre el ayer y el hoy de una cocina en la que premia la materia prima y el cariño que le ponen a sus platos Pedro Morán. Y su hijo Marcos, herederos de la casa de comidas fundada en 1882 por su bisabuelo y que de casa de postas de entonces se ha convertido en la actual Casa Gerardo. Puede ser una buena idea pedir el menú degustación y de esa manera tendréis una muestra perfecta de lo que son capaces de inventar Pedro y Marcos para haceros la vida más sabrosa y más feliz. Si vais de nuestra parte, seguro que se llevan una gran alegría.
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