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27 de abril de 2024

Unos adolescentes bebiendo alcohol en un parque

Unos adolescentes bebiendo alcohol en un parqueGtres

¿Qué pasa en el cerebro de un niño cuando bebe alcohol?

Los jóvenes españoles empiezan a beber alcohol de media a los 13 años

Los últimos datos del Ministerio de Sanidad desvelan que el 76,9 % de los jóvenes españoles de entre 14 y 18 años ha bebido alcohol alguna vez en su vida. Solo un 1,6 % confesaba hacerlo diariamente en el último mes, previo a la encuesta realizada por Sanidad.
En España, la edad media a la que los jóvenes empiezan a beber es a los 13 años, de manera ocasional al principio, pero se va haciendo más habitual con el tiempo. Desde entonces hasta que cumplen la mayoría de edad, cinco años de consumo de bebidas alcohólicas, no son comunes en los adolescentes enfermedades del hígado que en cambio sí que son habituales cuando un adulto consume de la misma manera alcohol, como cirrosis hepática.
Los jóvenes empiezan a beber por la presión social de sentirse incluidos en su grupo, entre sus iguales, por el sentimiento de riesgo y pese a su mayor tolerancia a las bebidas alcohólicas, los adolescentes tienen un mayor riesgo de coma etílico. Por su propio metabolismo, estas bebidas tardan más en hacerles efecto, en absorberlo, si bien son mucho más vulnerables a las consecuencias perniciosas.

En pleno desarrollo cerebral

Un cerebro no termina de desarrollarse completamente por lo menos hasta los 20 o 25 años. En un adolescente, consumir alcohol tiene unos efectos nocivos, sobre todo en la corteza prefrontal, que no es que mate las neuronas, sino que impide las conexiones que refuerzan funciones tan importantes como la memoria y el razonamiento lógico.
El córtex prefrontal presenta un menor volumen como consecuencia de la ingesta abusiva de alcohol, al igual que el hipocampo, estructura que ayuda a la formación de la memoria, tampoco podría funcionar al 100 %. Esto se pudo saber gracias a estudios realizados con ratas en un laboratorio, cuyos ejemplares más jóvenes tuvieron daños considerables en el cerebro.
Esto provocaría en la práctica que su aprendizaje se puede ralentizar. La desinhibición provocada por estas sustancias provoca también una hiperactividad en el cerebro, que acaba por saturarlo y altera el proceso de recibir información, procesarla y guardarla.

Consecuencias dwl botellón

Otro estudio elaborado por un grupo de estudio de la Escuela Universitaria Gimbernat Cantabria, cuyo objetivo era analizar los efectos del consumo de alcohol en jóvenes que van de botellón, concluyó que quienes tenían este hábito realizaban significativamente peor algunas pruebas relacionadas con la función de los lóbulos frontales –relacionados con la toma de decisiones, motivación, resolución de problemas o la atención–.
En concreto, los que habían comenzado antes con este patrón de consumo de alcohol, fueron los que más años habían estado yendo de botellón y quienes peores resultados tuvieron en las pruebas. Por los daños cerebrales en un momento de desarrollo, los investigadores concluyendo que tomar bebidas alcohólicas a los 15 años puede ser tan dañino para las conexiones neuronales como hacerlo a los cuatro.

Regulación emocional

La última evidencia en España sobre jóvenes y alcohol ha sido publicada por la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad Francisco de Vitoria, la de Oviedo y la de Málaga, y ha demostrado que el alcohol actúa en el cerebro como una droga depresora del sistema nervioso central, que altera funciones cognitivas y de regulación emocional.
A través del estudio de roedores adolescentes tras cinco semanas de consumo de alcohol comprobaron que este hace aumentar las conductas compulsivas y ansiosas, y provoca cambios irreversibles en las estructuras cerebrales relacionadas con la respuesta al estrés, la regulación emocional y la cognición, que permanecen en el largo plazo.
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