
Un grupo de amigos
Cinco juegos de mesa para pasar una divertida sobremesa navideña
La larga tarde de Navidad se disfruta de otra manera en compañía de los seres queridos, entre risas y disfrutando todos juntos
Tras la larga comida en la que celebramos que el hijo de Dios ha nacido, las familias españolas se encuentran con una larga tarde por delante. Habrá quien intente dormir la siesta en un salón colmado de gente que prefiere hablar y disfrutar del tiempo en compañía de sus seres queridos. Siempre habrá temas que tornen las agradables conversaciones de sobremesa en acaloradas discusiones, algunas más serias y otras nimias. Y siempre habrá también quien, conociendo a su familia, quiera evitar esta situación.
Hay en el mercado miles de juegos de mesa para todos los gustos, para todas las edades, pero aquí dejamos una pequeña recopilación de cinco clásicas opciones con las que pasar una tarde entretenida, entre risas y en compañía de nuestros seres queridos.
Furor
Las familias más cantantes pueden disfrutar de un buen rato poniendo un karaoke en YouTube o en alguna videoconsola, aunque la primera opción suele ser más económica ya que en la plataforma casi todas las canciones que busquemos añadiendo «karaoke» o «instrumental con letra» detrás aparecerán en versión para ser cantadas.
Otra opción es el clásico Furor, un juego que consiste en que un arbitro escoge una palabra al azar y la familia, dividida en dos grupos, deberá por turnos cantar una canción con dicha palabra. Vale cualquier término y por supuesto cualquier tonada, pero lo que no está permitido es repetir. El equipo que se quede sin ideas para cantar es el que pierde. Y vuelta a empezar con otra palabra.Alto el lápiz
Nada más que hace falta papel y algo para escribir. En un folio en blanco, hay que dividir la hoja en filas y columnas, dejando una pequeña columna, la primera, donde van las letras elegidas para cada ronda –que se van colocando en cada fila– que puede elegir un árbitro o de manera aleatoria. En el resto de columnas, van todas las categorías que habrá que completar escribiendo una palabra que comience con la letra elegida.
Las que más se suelen usar son nombre, ciudad, animal, color, comida, y una última columna donde se colocan los puntos que cada jugador va consiguiendo. Si dos o más jugadores se repiten, tiene menos puntos, pero si es original suma 5 puntos.
Monopoly
Ser el dueño de una ciudad completa es posible gracias a este juego de mesa que nació en el año 1903. Su inventora, en realidad, lo diseñó como crítica al capitalismo. Con un par de dados, billetes, cartas y figuras metálicas, toda la familia puede reunirse en torno al tablero cuadrado.
En la actualidad hay ediciones de este juego de temáticas muy variadas, de Los Simpson, Harry Potter, La casa de papel o incluso de la Selección Española; u otro con datáfono y tarjetas de crédito.
¿Quién es quién?
Mediante preguntas de sí o no, en cada turno un jugador ha de adivinar el personaje que le ha tocado colocarse en la frente. El resto de participantes van respondiendo las cuestiones, para que al final solo quede un rostro levantado en el tablero. Otra opción es jugar en línea en su página web.
Otra versión de este juego puede ser escribir el nombre de personas famosas, objetos, lugares o cualquier idea que se ocurre en papelitos que se doblan y se meten en una caja, donde aleatoriamente se van sacando e intentando adivinar. La primera ronda se juega con definiciones, la segunda con una sola palabra y la última con mímica. Una ronda extra de desempate, si se juega en dos equipos –con un portavoz e cada uno y el resto adivina– sería intentar descubrir qué se esconde mediante onomatopeyas.
Pictionary
Si pintar es la pasión de alguno de los miembros de la familia (aunque uno se ríe más cuanto peor dibuja), el Pictionary será le juego perfecto para resistir a la sobremesa del día de Navidad. Consiste en adivinar una palabra a través de un dibujo hecho en papel por un jugador en cada turno.
Existe una moderna versión con un lápiz que pinta en el aire con su luz, lo que aumenta la dificultad, pero posiblemente también la diversión. En caso de no tener el juego, siempre se puede hacer como con el anterior, meter papeles doblados en una caja e irlos sacando de manera aleatoria en cada turno.