
Pedro Sánchez, este jueves en la Moncloa
Alerta roja
El Gobierno pierde el control por completo con Sánchez fuera de juego
En el PSOE preocupa esa sensación de noqueo que trasladan el presidente, el partido y el Ejecutivo. Sánchez lleva desde el lunes sin decir una palabra sobre el escándalo, callado y a la defensiva
El ingreso mínimo vital, santo y seña del Gobierno de Pedro Sánchez, cumplía este jueves cinco años desde su aprobación por el Consejo de Ministros. En otras circunstancias, la Moncloa habría organizado al presidente un acto conmemorativo con toda la pompa y todos los ministros del PSOE y de Sumar aplaudiendo en la primera fila. Es a lo que está acostumbrado Sánchez.
Sin embargo, en esta ocasión, el equipo del presidente se limitó a organizarle una discreta visita a las instalaciones del centro de atención telefónica y telemática del Instituto Nacional de Seguridad Social en Leganés. Las imágenes de recurso que distribuyó la Moncloa eran elocuentes. Demasiado. Sánchez dio su discurso a los trabajadores en una pequeña sala con la mitad de las sillas vacías.

La discreta conmemoración del quinto aniversario del IMV
La imagen resume el momento por el que atraviesan el presidente y su Gabinete. Encerrados en sí mismos, esperando acontecimientos y a la defensiva. Nadie, ni siquiera de entre los socialistas, recita estos días la leyenda del líder audaz, resiliente. El que siempre va un paso por delante y, cuando no, da un giro de guion que lo sitúa de nuevo en posición de ventaja. En el PSOE preocupa precisamente esa sensación de noqueo que trasladan el partido y el Ejecutivo.
Sánchez ni siquiera ha dicho una sola palabra desde que, el lunes, el audio de Leire Díez sacudió la política nacional. Ese día tuvo un acto en el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas y calló. El martes se encerró en la Moncloa. El miércoles se saltó la sesión de control al Gobierno en el Congreso para viajar a Bruselas a reunirse con Ursula von der Leyen, pero tampoco allí hizo declaraciones. Este jueves, después de su visita a la sede del Instituto Nacional de Seguridad Social volvió a sus cuarteles para recibir al primer ministro de Eslovenia. Su equipo decidió que tampoco era día de responder y le organizó una comparecencia sin preguntas que indignó a los periodistas, como relató El Debate.El Padrenuestro de la Moncloa
A pesar del audio en el que el fontanero Javier Pérez Dolset señala a Sánchez y a Santos Cerdán como responsables de la operación contra la UCO y contra el fiscal anticorrupción José Grinda, el Gobierno siguió ayer sin salirse de su versión: que no hay nada que pruebe que el presidente estaba al tanto, y menos aún que diera las órdenes; que ninguna de las «locuras» que Leire Díez prometió al empresario investigado Alejandro Hamlyn y al comandante de la Guardia Civil Rubén Villalba se han cumplido; que no hay «ninguna trama», sino una «película» que se está montando el PP; y que no rebaten todo lo que se está publicando porque hacerlo sería «darle credibilidad» y dañar aún más las instituciones del Estado, que dicen querer proteger. Todo ello, según fuentes gubernamentales. Pero el intento de controlar los daños no está funcionando y el incendio de los audios sigue extendiéndose.
El miércoles, el PP lanzó una batería de iniciativas parlamentarias ante el escándalo, incluyendo la solicitud de comparecencia de varios miembros del Ejecutivo. Este jueves, Alberto Núñez Feijóo dio un paso más y convocó una manifestación el 9 de junio en la Plaza de España de Madrid, con el lema «Mafia o democracia». En su comparecencia en la sede de Génova 13, el líder de la oposición apeló a los socios de Sánchez. «La moción de censura para sacar la corrupción de la Moncloa no depende de mi voluntad. Yo la tengo toda. Depende de quienes le han dado soporte parlamentario hasta ahora. Si quieren acabar con esto, el Partido Popular sigue a disposición. Si no quieren, no tengan duda de que les arrastrará y que la mayoría de los españoles decentes les hará cómplices de esta degradación y no la olvidarán», pronosticó.
Fuentes del PP aclaran que no han establecido contactos con el PNV ni Junts ni lo van a hacer motu proprio. «Ya saben dónde estamos», añaden. En realidad, nadie en el partido tiene la más mínima esperanza de que Aitor Esteban o Carles Puigdemont recojan el guante. Pero Feijóo quería visibilizar que de ellos depende.
«Estamos ante un señor Feijóo y un PP absolutamente desnortados», se mofó la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que el miércoles defendió a su socio en el Congreso como si fueran del mismo partido. Porque cada vez lo parecen más. Sin ir más lejos, ayer la vicepresidenta María Jesús Montero utilizó una expresión casi idéntica para referirse a Feijóo. «Ha perdido absolutamente el norte». Montero volvió a la cantinela diaria: son todo «bulos, mentiras, invenciones y realidades paralelas», enumeró.
A Santiago Abascal el movimiento del PP le supo a poco. «Señor Feijóo, no es la hora de asambleas ni de manifestaciones de partido, es la hora de romper todos los acuerdos con el PSOE en los ayuntamientos, en las autonomías, en las instituciones nacionales y sobre todo en Bruselas (…). Y es la hora de presentar una moción de censura», señaló a través de un vídeo en X.