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27 de abril de 2024

Los dolores de crecimiento son comunes entre los 3 y los 12 años

Los dolores de crecimiento son comunes entre los 3 y los 12 añosPexels

Los dolores del crecimiento, un misterio sin causa médica

Entre el 10 y el 30 % de los niños y los adolescentes sufren dolores del crecimiento en algún momento entre los 3 y los 12 años

¿Duele crecer? A priori, la respuesta no tendría por qué ser afirmativa, pero cuando llega la noche, después de un largo día corriendo y jugando en el colegio, y el niño comienza a quejarse insistentemente del daño que siente, sin ubicación exacta, en las piernas, ese primer no, se convierte para esos padres y ese hijo en un sí rotundo.
Entre el 10 y el 30 % de los niños y los adolescentes sufren dolores del crecimiento en algún momento entre los 3 y los 12 años, la etapa en la que suelen aparecer; aunque son más intensos entre los 4 y los 8. Por la mañana y a lo largo del día no suelen manifestarse, sino que es por la noche cuando se vuelven comunes. Se aplique o no un tratamiento, por suerte para los niños, se pasan solos con el tiempo, pero un masaje de papá o mamá es lo único que parece aliviarlos.

Sin causa ni consenso

Pero, ¿por qué ocurren? ¿De dónde vienen? En realidad, no hay consenso médico sobre su causa y, aunque se les llama `de crecimiento´ nada apunta de que crecer sea lo que provoque el daño. Se les denomina de esta manera más en referencia al grupo de población que lo sufre.
Esta es una de las conclusiones de un estudio publicado sobre el tema en cuestión el pasado julio en la revista Pediatrics. Definiendo los dolores del crecimiento es su título y los autores afirman que ni hay claridad ni unanimidad en lo que a los dolores del crecimiento se refiere.
Como no sabe muy bien de dónde vienen, tampoco hay ninguna prueba que los diagnostique. Se caracterizan por ser un dolor que no es fácil ubicar, que el niño no puede señalar con el dedo. Suele afectar a ambas piernas y no se sufre en las articulaciones.

Cómo aliviarlo

Al no saber muy bien dónde le duele, el niño señalará confusamente sus pantorrillas, sus espinillas o muslos. Según afirma la Asociación Española de Pediatría, los niños más mayores los describen como calambres o un «dolor interno».
No es algo que afecte a la vida diaria de los menores y para aliviarlo, aparte del masaje, otras formas son aplicar calor en la zona o realizar una serie de estiramientos. Pueden durar minutos u horas incluso, pero al día siguiente habrán desaparecido sin dejar rastro.
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