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27 de abril de 2024

Elena Espinosa, experta en naprotecnología

Elena Espinosa, experta en naprotecnologíaClínica Espinosa

Elena Espinosa, experta en naprotecnología: «Se destrozan muchas parejas por problemas de fertilidad»

El VI Congreso Nacional de Bioética, que se celebra esta semana en la Universidad CEU San Pablo, abordó en su segunda jornada diversos aspectos biomédicos, antropológicos y éticos de la reproducción humana

«Los sanitarios no somos dioses», aseguraba este martes la ginecóloga Elena Espinosa en el VI Congreso Nacional de Bioética, que se celebra esta semana en la Universidad CEU San Pablo. Espinosa forma parte de la red de expertos en naprotecnología Fertilitas, y en su intervención dio a conocer las ventajas de esta técnica médica, que busca resolver problemas de infertilidad «colaborando con el cuerpo humano».
«Los hijos no son un derecho; los naprotecnólogos no buscamos generar vida, sino ayudar a restaurar la salud y recuperar la capacidad procreativa, para que la vida llegue a través de Dios», elaboró la doctora, que trabaja en el Hospital Vithas Valencia y en la Clínica Espinosa. «La naprotecnología es medicina restaurativa, siempre tratamos de volver al origen», añadió.

Hay dos formas de ser imagen de Dios: la masculina y la femeninaCarmen ÁlvarezTeóloga

Espinosa, que señaló que «se destrozan muchas parejas por problemas de fertilidad», explicó que los naprotecnólogos ven los problemas en este campo como un síntoma, como la punta del iceberg de otros muchos problemas de salud, como anovulaciones, endometriosis u ovario poliquístico. La ginecóloga destacó que en el 95 % de los casos se descubre la causa de la infertilidad, y que en cerca de la mitad de consultas se logra el embarazo en menos de un año.

Un recorrido teológico

Por su parte, la teóloga Carmen Álvarez, profesora de la Universidad de San Dámaso y la Universidad a Distancia de Madrid, trazó un recorrido antropológico en torno al origen de la persona, desde una cosmovisión cristiana y comenzando por el Génesis. «El hombre es imagen y semejanza de Dios, y hay dos formas de serlo: la masculina y la femenina», reflexionaba Álvarez.

El aborto es una de las expresiones más claras y radicales del ateísmoCarmen ÁlvarezTeóloga

La ponente apuntó que el relato bíblico tiene un valor «arquetípico y universal, porque describe al hombre de todo tiempo y cultura», y que pone de manifiesto que la Creación de Dios es un acto amoroso. «En el momento cero de mi existencia está el amor, y es el amor quien explica el por qué y el para qué del origen de todo cuanto existe», reflexionó, y lo ligó con la paternidad y maternidad, que encierran –dijo– «la bella misión de custodiar, dar continuidad y manifestar el misterio del Amor primero».
Álvarez reflexionó que, debido a ello, un «efecto secundario» de la falta de fe sea «la pérdida del valor sagrado» de la procreación, la paternidad y la maternidad. «El aborto es una de las expresiones más claras y radicales del ateísmo del mundo moderno, porque supone negar a Dios y a la persona en su mismo origen», insistió.
La profesora se refirió también a las ideologías posthumanistas, que plantean una superación del cuerpo, y dijo que «aceptar nuestro cuerpo significa aceptar nuestro nacimiento y nuestra condición de hijos; ser hijo consiste en recibirlo todo de otro». El hombre de hoy –continuó– quiere hacerse «un diosecillo» negando a Dios, pero este acto tiene como consecuencias «que el hombre y el cuerpo se convierten también en material de laboratorio, en un objeto manipulable y que se puede vender», concluyó.
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