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18 de mayo de 2024

Un alumno haciendo sus deberes

Un alumno haciendo sus deberesUnsplash

Las tres claves de Harvard para que niños y adolescentes revolucionen su método de estudio

No son necesarios grandes cambios, sino pequeñas modificaciones o correcciones sobre las formas de afrontar la materia

A cada cual le funciona un método de estudio distinto mejor que otro: escribir, decir la lección en voz alta, leer y releer... No obstante, en ocasiones las técnicas de aprendizaje van dejando de ser efectivas cuando se van dando pasos en las etapas educativas.
Desde el Academic Resource Center de la Universidad de Harvard advierten de que «a veces las estrategias que utilizamos para estudiar en la escuela secundaria deben modificarse para que sean efectivas en un entorno universitario». Para ello, ofrecen cinco consejos que harán evolucionar el estudio y orientarlo hacia el nivel de exigencia que se requiere a cada estudiante.
No son necesarios grandes cambios, sino que los expertos de Harvard han introducido pequeñas modificaciones o correcciones sobre las formas de afrontar la materia. La primera a la que hacen referencia es a los apuntes y las notas y aconsejan dar prioridad a la retención de lo dado en clase.
«Las investigaciones muestran que la capacidad de los estudiantes para aprender información cae significativamente entre un 25 % y un 50 % de compresión», indican. «Quien mucho abarca poco aprieta», dice el dicho popular. A esto mismo se refieren los de Harvard, al recomendar no plasmar todo en los apuntes o resúmenes, sino trabajar la comprensión de una base que ronde el 25 % de la materia.
Relacionado con esto, surge la segunda estrategia: la cantidad de información a estudiar. «Puede resultar abrumador intentar estudiar todo el material de un curso determinado», afirman los expertos del ARC. Por ello, ponen el foco sobre la importancia de prestar atención a las pistas que dan los profesores «sobre lo que es probable que aparezca en un examen».
La tercera y última clave tiene que ver con los tiempos de aprendizaje y certifican que «estudiar la noche anterior a un examen no es una estrategia eficaz». En cambio, el estudio ha de comenzar mucho antes, «con una revisión constante a medida que se expone por primera vez el material nuevo», añaden.
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