Estar en silencio facilita el crecimiento interior y reduce el estrés de los adolescentes
Cómo aprovechar el Sábado Santo para enseñar a los adolescentes la importancia del silencio
Varios estudios constatan la importancia de que los adolescentes se acostumbren a estar tiempo en silencio para su desarrollo emocional, cognitivo y espiritual
Dice un adagio clásico que «quien tiene miedo a estar en silencio es porque no tiene nada que decirse». Pero en la era de la hiperconectividad, los airpods y el neuromarketing, el silencio se ha convertido en un bien escaso. Tanto para los adultos, como para los niños y los adolescentes. Por eso, el mensaje tradicional que, más allá de la fe, venía asociado al Sábado Santo –silencio, quietud, introspección– podría parecer abocado al olvido.
Sin embargo, varios estudios destacan la importancia de transmitir a los más jóvenes la importancia de aprovechar los momentos de silencio exterior e interior para fomentar su desarrollo emocional, reducir el estrés y estimular su creatividad y su espiritualidad.
Silencio y autoconocimiento
Como señalan los expertos, la adolescencia es una etapa crucial para el desarrollo de la identidad. Y, por ese motivo, crear o aprovechar los espacios de silencio permite a los jóvenes reflexionar sobre sus experiencias y emociones, y facilita un mayor autoconocimiento.
De hecho, según explica la doctora Marilyn Price-Mitchell en un artículo de Psychology Today, «los adolescentes necesitan momentos de silencio para reflexionar sobre sus experiencias y descubrir quiénes son como individuos, qué tipo de relaciones desean, qué valoran y creen sobre la vida; y desconectarse del ruido del mundo ayuda a los jóvenes a desarrollar la capacidad de reflexionar y crecer».
Silencio, oración y mindfulness
Una indicación similar a la que trasladó Estela María D'Amico, miembro de la Academia Nacional de Educación de Argentina, al Consejo Superior de la Educación Católica de su país, al recordar a padres y educadores la importancia de brindar momentos de silencio, animando a los adolescentes a aprovecharlos a través de «ejercicios de respiración» o momentos de oración mental. Algo, esto último, muy diferente del mindfulness, tan de moda, puesto que la oración implica una apertura a Dios y se aleja del mero ejercicio de meditación centrado en el yo.
Así, esta rutina silenciosa les ayuda a «que tengan claridad mental y espiritual», porque «el silencio es una actitud interior, un estado espiritual, y no sólo estar callados, como normalmente se interpreta».
Beneficios cognitivos y emocionales
Pero, además, el silencio –que la tradición católica recomienda con frecuencia, y de un modo especial el día del Sábado Santo– no sólo favorece la introspección, sino que también tiene efectos positivos en la salud mental y en el desarrollo cognitivo de los adolescentes.
Varias investigaciones, como un estudio publicado en Frontiers in Psuchology, han demostrado que periodos de silencio pueden reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y promover la neurogénesis en el hipocampo, es decir, el surgimiento de nuevas neuronas y conexiones neuronales en la región del cerebro que está asociada a acciones como la memoria y el aprendizaje
Además, el estudio encontró que breves momentos de silencio pueden ser incluso más relajantes que escuchar música tranquila, así como que mejorar la concentración y la capacidad de procesamiento de información.
Consejos para el silencio adolescente
Y como lograr que los adolescentes renuncien a rellenar su día a día viendo videos de Tiktok, jugando a videojuegos o escuchando música puede ser una tarea de lo más compleja que, incluso, genere tensiones en el propio hogar, los expertos apuntan algunas tácticas para lograrlo.
Algunas de esas indicaciones que aporta el estudio de Frontiers para lograr esos espacios de silencio son incluir momentos sin dispositivos electrónicos, contemplar la naturaleza incluso desde la ventana, o destinar un tiempo concreto, sin música ni lectura, para la reflexión personal. Que, eso sí, puede ser guiada con preguntas que el adolescente responda por escrito, como, por ejemplo, qué clase de persona quiero llegar a ser, y qué debería cambiar de mi vida actual para llegar a ser ese tipo de persona.
Una breve guía de consejos que, más allá del fruto concreto que logren, permite acostumbrar a los adolescentes a algo tan contracultural, necesario y positivo como saber estar en silencio consigo mismos.