
Los pediatras alertan del incremento de patologías asociadas al uso de las tecnologías
Un informe con pediatras del Hospital Niño Jesús
El 80 % de los niños va a tener problemas de salud por culpa de las pantallas
Aunque los padres dan dispositivos a sus hijos pequeños o adolescentes para entretenerlos o evitar conflictos, el 96 % reconoce que hacerlo les genera problemas de salud y de comportamiento
El dato estremece por sí solo, y más cuando se constata paseando la mirada entre la cantidad de menores que van por la calle, en el metro o incluso por el parque, absortos en la pantalla de un dispositivo: según un reciente estudio de la Fundación Crecer Jugando, más del 80 % de los niños de entre 4 y 12 años sufren o van a sufrir patologías asociadas al uso excesivo de las pantallas. Y, lo que es peor, más del 90 % de los menores ya sobrepasa con creces el tiempo máximo que los especialistas recomiendan delante de un dispositivo electrónico, con los consiguientes problemas para el desarrollo infantil.
En el estudio, realizado por el Instituto Tecnológico del Producto Infantil y del Ocio, AIJU, y la Fundación Crecer Jugando, han participado pediatras, psicólogos, psiquiatras, oftalmólogos, otorrinos, neurólogos, nutricionistas, fisioterapeutas, y familias con hijos de 0 a 17 años.
El 98 % pasa más tiempo del saludable
Entre las conclusiones que presenta la muestra destaca que más del 95% de los médicos consultados coinciden en que los menores no deberían consumir ningún tipo de pantallas antes de los 4 años.
Y, a partir de esa edad, el incremento debe ser muy gradual: de 4 a 6 años, el tiempo no debería exceder de los 20 minutos diarios; de 7 a 9 años, un máximo de 40 minutos; y en la franja de 10 a 12 años, una hora al día entre todas las pantallas (móvil, ordenador, tablet, televisión...) como máximo. Un tiempo, dicen los especialistas, superado por el 98 % de los niños de España.
Trastornos muy severos en los niños
Este uso indiscriminado de las pantallas tiene un impacto tan negativo en los niños que no parece compensar, en modo alguno, los instantes de «tranquilidad» o «distracción» que los padres dicen buscar al dejar a los niños ante una pantalla.
Para los pediatras consultados en el estudio, el trastorno del sueño y los problemas relacionados con salud mental y el sobrepeso, guardan una evidente asociación con el uso excesivo de pantallas. Y con ese «uso excesivo» se refieren a aquel que supera las franjas prescritas.
En el caso de los psicólogos infantiles, los facultativos están detectando un incremento de comportamientos relacionados con la irritabilidad, dificultades en la socialización, ansiedad y estrés. Además, el equipo de neurólogos señala la hiperactividad, el incremento de cefaleas y el déficit de atención en menores como patologías pediátricas asociadas a las pantallas.
Algo que no sólo la afecta a las capacidades cognitivas, sino también a la actividad física y sensorial: mientras los oftalmólogos que han participado en el estudio coinciden en su impacto en el aumento y anticipación de la miopía, los nutricionistas señalan su vínculo con el sobrepeso, la obesidad y los malos hábitos alimenticios.
Pantallas para calmar... que no calman
Como era de esperar, todas estas alteraciones tiene un enorme impacto en la vida diaria de los hogares españoles. Así, aunque en principio son muchas las familias que dejan a los adolescentes y niños, incluso muy pequeños, acceder a las pantallas para «mantenerlos entretenidos» y evitar otros posibles conflictos, el resultado que obtienen es justo el contrario: aunque el 96% de las familias dice establecer normas en el uso de las pantallas, un 71 % reconoce conflictos y dificultades para mantener la disciplina y el control en los tiempos.
Los propios padres perciben que la sobreexposición a las pantallas provoca en sus hijos problemas de visión, de atención y de concentración. También que los móviles o tablets afectan a su comportamiento y a sus relaciones sociales; y que el uso de dispositivos electrónicos incide de forma negativa en el sueño y en la salud emocional de sus hijos, con síntomas como la ansiedad.
A pesar de detectar estos problemas, el 86 % de las familias nunca ha llevado a sus hijos a un especialista por el uso de pantallas, lo que quiere decir que todas estas patologías se diagnostican con posterioridad.
Devolver a los niños al mundo real
Como señala la doctora Beatriz Martínez Núñez, médico psiquiatra infantil y de la adolescencia en el Hospital Niño Jesús de Madrid, que participó en la presentación del estudio, «hay que preguntarse para qué utilizamos la tecnología, porque tenemos muchos niños consumiendo pantallas, incluso en soledad, y eso es muy peligroso».
Y pidió que, aunque sea algo más trabajoso, los padres brinden la oportunidad a los niños de llevar a cabo actividades «en el mundo terrenal, 1.0, con otras personas».