Por qué tu familia es tan importante en tu éxito, según el autor del bestseller 'Hábitos atómicos'

El éxito en las diferentes facetas de la vida, y lo defina cada uno como lo defina, no se improvisa: se cultiva en la mesa, en el pasillo y en la habitación. Y tu entorno cercano es inmensamente más relevante para alcanzarlo de lo que la mayoría de las personas es consciente.

Ese es uno de los principales mensajes que transmite el escritor y conferenciante James Clear, autor del libro superventas Hábitos Atómicos, que lo resume con una idea mucho más relevante de lo que a simple vista podría parecer: rodearte de personas que viven lo que aspiras a vivir, o que al menos lo respetan e incentivan, multiplica tus probabilidades de lograrlo.

El entorno moldea tus hábitos

«Una de las cosas más efectivas que puedes hacer para desarrollar mejores hábitos en tu vida es unirte a un grupo en el que el comportamiento que deseas sea el comportamiento normal», explica Clear en su obra.

Y no es mera retórica. Como el autor explica en uno de los cientos de artículos que envía a millones de personas a través de su newsletter semanal, cuando aquellos con quienes compartimos nuestro hogar valoran hábitos como el estudio, el ejercicio físico, la templanza o la oración, esas conductas «se vuelven atractivas y, por tanto, repetibles». Pero si la familia normaliza, por ejemplo, el móvil en la mesa, la comida ultraprocesada o la queja constante, ese guion también se imita.

Los tres grupos que más nos influyen

En Hábitos Atómicos, Clear explica la fuerza del entorno social, y citando varios estudios científicos explica que, por resortes inscritos en la naturaleza humana casi desde sus orígenes, «las personas imitamos los hábitos de tres grupos en particular: las personas cercanas, el grupo mayoritario y los poderosos».

Traducido al día a día, las mayorías (clase, equipo, redes sociales...), los modelos con autoridad (famosos, influencers, políticos, profesores, entrenadores, referentes)y, sobre todo, los más cercanos a nosotros (padres, hermanos, cónyuge, hijos, amigos íntimos), tiran de nosotros... incluso aunque no nos demos cuenta.

Por eso es tan importante fijarse bien a quiénes damos nuestro tiempo, recursos y atención, y cómo pueden estar influyendo en nosotros.

Un golpe mortal y unos padres en vela

La anécdota personal con que arranca el libro del que ha vendido millones de copias en todo el mundo, revela cómo, aún en el instituto, Clear estuvo a punto de morir por el golpe de un bate de béisbol que le fracturó la cara y descompuso su cerebro.

Un momento en el que pudo comprobar la importancia de su familia para salir adelante.

Él mismo lo cuenta así: después de que los médicos lo indujeran al coma, «mis padres se acercaron al sacerdote, estuvieron hablando con él, y pasaron una de las peores noches de sus vidas, sin poder dormir y con un colchón pegajoso y de plástico».

El poder del hogar

Luego llegaron meses de terapia, rutinas minúsculas y la compañía y esfuerzo constante de sus padres: acostarse a la misma hora, hacer listas la noche anterior, una hora diaria de preparación... Pequeños actos, repetidos con constancia, que le devolvieron a la vida (y al campo de beisbol) y le enseñaron el poder del hogar.

Ese poder es el que, según desliza en el libro, le lleva a cuidar su propio hogar, con sus hijos «y mi maravillosa mujer».

Consejos concretos para la familia

Clear da una serie de pautas para que cada uno evalúe (y mejore) el impacto de su familia en la consecución de sus metas personales:

Normaliza lo deseable. Haz «normal» lo que quieres ver: lectura antes de dormir, bendición de la mesa, revisar mochila la tarde anterior.

Haz las cosas sencillas. Organiza el hogar de forma que se faciliten los buenos hábitos y se dificulten los malos. Por ejemplo, cajas para libros, cargadores fuera de dormitorios, meriendas preparada...

Elige referentes. Amigos, catequistas, entrenadores y buenos creadores de contenido pueden elevar nuestras metas... o hundirlas. De forma que cambiar de «tribu» puede ser el mejor atajo para buenos hábitos que nos conduzca a alcanzar el éxito que deseamos.

Refuerza la identidad. Clear propone enfatizar que los buenos hábitos en el hogar no son fruto del azar, sino de nuestra propia identidad, con frases como «En esta casa somos puntuales/agradecidos/constantes»... La pertenencia sostiene la conducta cuando falla la motivación, explica.

Los padres primero. «Tu ejemplo vale más que mil sermones», explica. Algo que aplica a cuestiones como el uso del móvil, el orden, los gritos, la oración...

Porque, como insiste Clear, la cultura del hogar es el fertilizante del carácter.