Los cuatro hijos de Joaquín de Dinamarca perderán el título de Príncipe
Revolución en las Casas Reales
La última en apuntarse al ajuste de plantilla monárquico, ha sido la Casa Real de Dinamarca
A falta de conocer la reducción y recolocación de títulos y distinciones de Carlos III de Inglaterra, tarea que empezó, a regañadientes, su augusta madre.
La Reina Margarita II de Dinamarca, en un hecho insólito, pero justificándolo porque se está llevando a cabo en otras monarquías, ha decidido sacar del listado de Altezas Reales a los nietos que aporta su hijo pequeño. Joaquín y su segunda esposa, Marie, seguirán siendo Altezas Reales y príncipes, pero los cuatro vástagos, los dos mayores son de un primer matrimonio con la ahora condesa Alexandra, pasarán a ser solo condes de Monpezat, el título nobiliario que tenía el difunto marido de la Reina Margarita.
Un hombre que siempre luchó por ser Rey y no Príncipe consorte y que, de vez en cuando, sacaba la patita del tiesto y le organizaba un cisma a su reina. Quizás Margarita, viendo lo que está sucediendo en Reino Unido o España, para ahorrarle disgustos futuros a su heredero, el Príncipe Federico, ha decidido despojar a cuatro de sus ocho nietos, de los títulos de príncipes con tratamiento de Altezas Reales. Así reza el comunicado oficial: «Desde el 1 de enero de 2023 los descendientes del príncipe Joaquín, solo podrán utilizar sus títulos de condes y condesas de Montpezar y ya no pueden utilizar el título de príncipes y princesas. Desde ese día serán Excelencias, pero no Altezas Reales, como hasta ahora».
No es porque los dos mayores apunten a carreras alejadas de lo que sería el buen proceder de un miembro regio, como el modelaje, es por prevenir. El mayor de los nietos de la Reina Margarita, Nicolás es modelo de profesión. El Príncipe Félix también se apunta a rentabilizar su regia figura para la publicidad y aún Enrique y Atenea son pequeños.
Y es que la Reina, que también es abuela y madre, piensa en lo mejor para los nietos que están en segunda línea y está convencida que con esa liberación de la carga de ser príncipes y Altezas, podrán «ser más libres de diseñar sus vidas sin estar limitados a los deberes que ser miembro de una Casa Real implica».
La Reina, que tiene buena salud, pero suma 82 años, sabe que Netflix, las redes sociales, las compañías y etc., que tantos estragos les ha causado a sus colegas ingleses, puede perturbar su reino y de ahí que lo quiera apuntalar y más, viendo desde la atalaya de su palacio danés lo que le rodea. En 2016 el Príncipe Christian, heredero del heredero, comenzó a recibir una pensión del estado y también su hoja de ruta. Tenía 11 años. Así le evitan al joven tentaciones y aseguran el eslabón dinástico.
En España aún está por conocerse el futuro de la heredera, su asignación, su formación, sus gustos, sus deberes y los que formarán su equipo, esa secretaría de la Princesa de Asturias que ya se está gestando.
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