Las historias de amor prohibido de Lola Flores
La Faraona vivió una vida llena de escándalos y rupturas amorosas hasta que conoció a Antonio González, el padre de sus tres hijos
Lola Flores fue y sigue siendo un icono folclórico de España. Muchas generaciones la recuerdan como la Faraona, una grande que cambió la historia de la copla y el flamenco. Fue un tsunami de talento que arrasaba por donde pasaba con su carisma y su arte. Nació en Jerez de la Frontera y las calles de esa localidad gaditana fueron testigo de sus inicios. Con 13 años ya pisaba escenarios y llenaba teatros enteros con su espectáculo.
Su primera relación conocida la tuvo con el guitarrista Manolo Caracol, su descubridor y el primero que confió en su talento. Formaron pareja artística desde 1944 y regalaron al público pura complicidad en su espectáculo sobre las tablas. Fue un romance prohibido por su evidente diferencia de edad y porque él ya estaba casado. Su historia duró unos ocho años, con idas y venidas. Las peleas entre ellos eran habituales y llegó a correrse el rumor de que el guitarrista había llegado a las manos en alguna ocasión.
Durante su gran gira por América, que duró 19 meses, vivió por primera vez su gran tour como una verdadera estrella. En esta temporada, México le regaló un romance fugaz con Ricardo Montalbán. Por su parte, cuando llegó a Buenos Aires, tuvo un affaire con uno de los actores del momento, Carlos Thomson.
A la vuelta de su gira, tuvo una relación furtiva con el futbolista Gustavo Bioca, quien estaba prometido. Mantenían encuentros a escondidas en hoteles, pero finalmente, y tras muchos intentos por parte de Lola para que esto no pasara, Gustavo acabó contrayendo matrimonio con su pareja.
Después de recomponer su corazón en múltiples ocasiones, parece que llegó el definitivo, aunque no el más sencillo. Durante una de sus actuaciones en Barcelona, Lola se fijó en un gitano que cantaba rumba catalana y tocaba la guitarra. Este encuentro con Antonio González, el Pescaílla, lo definió años después como un claro flechazo que no pudo dejar escapar. La Faraona luchó por lo que más quería y, aunque tuviera al clan Amaya en contra, acabó dando el sí quiero con el músico el 27 de octubre de 1957. La pareja contrajo matrimonio de forma clandestina, debido a las grandes disputas que había con la familia del cantaor.
Semanas antes de dar el «sí quiero», la cantante se enteró de que estaba embarazada. Meses después de la celebración nació Lolita, la primera hija del matrimonio. Posteriormente, llegaron Antonio y Rosario, formando así una familia numerosa y feliz. Lola y Antonio venían del mundo del espectáculo y sus tres hijos se criaron con la música por bandera, por lo que también salieron artistas, como sus progenitores.