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27 de abril de 2024

Writer Mario Vargas Llosa, 2010 Nobel Prize Winner for Literature, poses with his Academician sword in the library of the French Academy in Paris, France on February 9, 2023.

El escritor Mario Vargas Llosa en la biblioteca de la Academia FrancesaGTRES

Este es el pasaje sobre «el franquismo del siglo XXI» de Vargas Llosa en su cuento 'Los Vientos'

Más allá de las supuestas referencias a su expareja Isabel Presyler, el escritor desgrana un futuro controlado por Internet y la Inteligencia Artificial

En octubre de 2021, se publicó en la revista Letras Libres el cuento Los vientos, de Mario Vargas Llosa. En aquel momento pasó completamente desapercibido. Poco más de un año después, el relato ha cobrado una notoriedad impensable, simplemente por la ruptura del escritor con Isabel Preysler.
Un cuento con tintes autobiográficos, sobre un hombre en el crespúsculo de su vida, que cada noche se lamenta de haber abandonado a su esposa de toda la vida por una mujer frívola, obsesionada con las cremas. En la mezcla entre ficción y realidad, los mensajes hacia su expareja parecen constantes, aunque él ha negado en todo momento que se refiriese a ella y quisiera ridiculizarla. Tampoco sería la primera vez que el escritor nutre su obra con su vida personal. Una de sus grandes novelas La tía Julia y el escribidor se basa en su primer matrimonio, a los 19 años, con su tía Julia Urquidi.
Más allá de las referencias que pueda haber hacia Isabel Preysler, el Premio Nobel desgrana un futuro distópico controlado por las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial. «El único novelista que queda vivo y pataleando es el ordenador», afirma. «Desde que se generalizó la costumbre de leer novelas encargadas al ordenador renuncié a leer las que se producen –sería ridículo decir 'escriben'- en nuestros días.(...) Quién iba a tomar en serio una novela fabricada por un ordenador de acuerdo a las instrucciones del cliente».

Dominio de las imágenes

En esa misma línea equipara el franquismo a la dictadura de las pantallas. «El franquismo actual es de otra índole: sin caudillos ni partidos extremistas, sin fusilamientos ni torturas, todo muy científico, apoyado en la física y las matemáticas, y, sobre todo, en el dominio absoluto de las pantallas y las imágenes sobre la razón y las ideas».
Respecto al arte contemporáneo afirma: «Las llamadas galerías de arte, en cambio, me parecen unos cirquitos fracasados en la gran mayoría de los casos. O teatros de unas mojigangas ridículas. En la última que visité, hace unos meses (¿o años?), la Malborough, de Madrid, exhibía bajo el título «Arte para la fantasía y la imaginación» unas pinturas inmateriales del famoso Emil Boshinsky. Por lo pronto, no sé por qué es tan famoso ese estafador», dice.
Se pronuncia, además, sobre guerras enquistadas y la capacidad autodestructiva del hombre. «Las matanzas entre israelíes y palestinos siguen allí como demostración cotidiana de nuestra vocación autodestructiva», escribe. «Sigue siendo imposible un acuerdo internacional para desactivar los polvorines atómicos».
Considera, además, que vivimos en «un mundo de esclavos contentos y sometidos». «En cuanto a la libertad, creo, hoy día –mañana puedo haber cambiado de opinión- que ha desaparecido enteramente de nuestras vidas».
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