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28 de abril de 2024

Tamara Falcó and Iñigo Onieva in Madrid, 10 february 2023

Tamara Falcó e Íñigo OnievaGTRES

Cómo Tamara Falcó descubrió a Dios

La marquesa de Griñón y su novio Íñigo Onieva han seguido su curso prematrimonial con una inédita devoción

Iñigo Onieva dispone de hasta setenta veces siete oportunidades de perdón, gracias a la fe que ambos sienten. Tamara Falcó y su novio han seguido su curso prematrimonial con una inédita devoción. A Tamara nadie le condicionó su decisión de hacerse católica, apostólica, romana y devota practicante. A su futuro marido las circunstancias le llevaron a ello, si quería reconquistar a la que pronto será madre de sus hijos. Ahora acuden felices y juntos a misa.
Tamara Falcó no tuvo confesor como se estilaba en la nobleza, ni tampoco un tío párroco, aunque sí una tía monja en el Vaticano, pero lo que seguro no pudo imaginar, hasta que Dios la iluminó, es la fe con la que se casa dentro de unos días.
Hace diez años se topó inesperadamente con un libro sagrado que le cambió la vida. La historia de cómo llegó Dios a la vida de Tamara Falcó fue tan casual como la forma en la que tuve de enterarme y hacerla pública a todo el mundo. Ambas competíamos juntas en un rally. Era tarde, regresábamos en coche al hotel y de pronto saca su teléfono y se pone a buscar iglesias en una aplicación que llevaba. Me chocó y mucho más cuando en voz alta me comparte una confesión. «¿Sabes que estoy feliz por qué sé cómo es la paz? Me fui tres días al campo completamente sola y allí estuve yendo a misa, leyendo la Biblia y concentrada exclusivamente en la oración y de repente me pasó algo que nunca había sentido: sentí la paz. Fue una experiencia maravillosa de bienestar. Es la sensación más maravillosa que se puede llegar a tener. Aun no me puedo creer que haya tardado tanto tiempo en descubrirla. Es una mezcla de calma y alegría... una sensación de plenitud con Dios... no sé es muy difícil de explicar».
Tamara Falcó en Madrid

Tamara Falcó, en MadridGTRES

Criándose en un entorno con un pop star, como denomina Tamara al primer marido de su madre, Julio Iglesias, con un padre aristócrata de rancio abolengo con viñedos y palacio, en el que ahora se casa Tamara, y un exministro todo poderoso como fue Miguel Boyer, «tío Miguel». Con tal miscelánea, Tamara llevaba una vida muy divertida pero algo fallaba. «Llegaba un momento en el que estaba en sitios maravillosos pero no los disfrutaba, algo me faltaba. No sabía qué era pero no estaba feliz. Tenía una visión mundana de la vida y era algo que no me llenaba. Daba igual cuantos amigos tenía, cuántos libros leía, los viajes que hacía, tenía un vacío que no podía llenar con más cosas materiales».

Su contacto con la Biblia

Tamara no buscaba, lo encontró. El destino quiso que entrara en la Casa del Libro y allí se topara, entre cientos de libros, con un ejemplar de la Biblia «es el único libro que me llamó la atención». Lo compró, sin saber muy bien por qué y en cuanto abrió la primera página, no pudo soltarlo «en realidad la religión me encuentra a mí: Yo no tenía ninguna inclinación, ni tampoco un entorno afín y mucho menos vocación. Descubro todo gradualmente. Primero, leyendo la Biblia, después rezando el rosario y tras un retiro espiritual empecé a ir a misa».
A medida que leía la Biblia sentía cosas que tomaba como suyas. Aquella Biblia la hacía su Biblia. Al marqués de Griñón le fascinó la noticia porque en su familia, especialmente la abuela «Granny» había sido muy creyente. Sin embargo, a Preysler hubo un momento en el que tanto fervor le llegó a preocupar porque su hija no descartaba meterse a monja.
«Amo a Dios, recibo evangelis.net, voy a adoración, viajo con mi Biblia siempre conmigo en el iPhone y he llevado en mi dedo un rosario que me dieron en una peregrinación a Medugorje donde se aparece la virgen». Tamara me hizo partícipe de esta confesión religiosa y lo publiqué urbe et orbi porque ella quiso hacerlo público.

Casarse por amor

Pero una cosa es la religión y otra, los votos de castidad. De ahí mi pregunta: ¿Casarse por amor o por conveniencia social como solía hacer la nobleza? «A mí desde luego me gustaría casarme por amor».
Y así parece que se casará el próximo 8 de julio y además, con un Íñigo Onieva transformado, de no pisar una iglesia a ir a un Santuario voluntariamente. Como dijo la propia Tamara «hay que dar otra oportunidad» o poner la otra mejilla. Ella ha puesto en práctica sus creencias religiosas y sus lecturas; «Perdona al que te ha hecho mal, y olvida ese pasado. Comienza a vivir en paz con esa persona para que puedas sentirte libre de cualquier pesar». Y ante la duda de la reincidencia, porque cada uno es como es y puede que en un futuro a Íñigo Onieva le salga su verdadero yo, Tamara tiene presente que Jesús le dijo a Pedro sobre el perdón; «Se acercó Pedro y le dijo a Jesús: Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces? Jesús le respondió: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete». Por tanto, Íñigo Onieva dispone de 490 oportunidades.
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