El inesperado movimiento de la duquesa de Huéscar

Hasta hace muy poco, Sofía Palazuelo era sinónimo de discreción, elegancia silente y perfil bajo. Casada con Fernando Fitz-James Stuart, heredero de la Casa de Alba, la duquesa de Huéscar se mantenía alejada de la vida mediática. Sin embargo, en las últimas semanas, su nombre ha cobrado protagonismo en un escenario poco habitual: Instagram.

Sin previo aviso ni anuncio oficial, la futura duquesa de Alba decidió hacer público su perfil personal, abriendo por primera vez una ventana a su esfera más privada. Un gesto aparentemente sutil, pero cargado de significado. Desde entonces, su cuenta se ha transformado en una galería de momentos íntimos y cuidadosamente seleccionados: viajes con amigas a lugares como Marrakech —donde se la ve montando un camello o paseando por los jardines del exclusivo Hotel by Beldi—, escapadas románticas con su marido a Kálimnos, en las islas griegas, estancias relajadas en Sotogrande y escenas familiares que rebosan ternura.

Entre las publicaciones más recientes, destaca una imagen especialmente significativa: por primera vez, Sofía ha compartido una fotografía de sus hijas, Rosario y Sofía. Captada en plena naturaleza, la imagen muestra a las niñas de espaldas, vestidas con estilismos coordinados, en una escena de serenidad y dulzura. Rosario —que cumplirá cinco años en septiembre— aparece abrazando a su hermana menor, de apenas dos años. Una estampa cargada de simbolismo, justo cuando la familia se prepara para recibir a su tercer hijo: un varón que llevará el nombre de su padre y su abuelo, Fernando, cuyo nacimiento está previsto también para el mes de septiembre.

En entrevistas recientes, la pareja ha expresado lo especial que ha sido para ellos esta etapa familiar. Se consideran afortunados por haber logrado equilibrar sus responsabilidades profesionales con la vida doméstica, algo que describen como un auténtico lujo. Siempre quisieron formar una familia grande, y aunque aseguran que tres hijos es un número ideal en el contexto actual, no cierran del todo la puerta a ampliar la familia más adelante.

Otra de las imágenes destacadas en su perfil es la de su boda, celebrada el 6 de octubre de 2018 en el Palacio de Liria, corazón del legado de los Alba. Fue una ceremonia sobria y elegante en la que, con 26 y 28 años respectivamente, Sofía y Fernando formalizaron una relación que ya llevaba más de siete años. Se conocieron en la adolescencia, cuando él estudiaba con el hermano de ella, y la relación se consolidó durante sus años de formación en Estados Unidos. Según han contado, su historia ha estado marcada por la complicidad y la estabilidad: «Hasta ahora, desde luego, hemos formado un buen equipo», confesaron en su primera gran entrevista conjunta.

La llegada de sus hijas en 2020 y 2023 marcó el comienzo de una nueva etapa que ahora se amplía con la próxima incorporación del pequeño Fernando. Paralelamente, los duques de Huéscar han dado un paso más en su proyección pública con el lanzamiento de su propia marca de perfumes: Fitz-James Stuart (F-JS). Lejos de ser una simple línea de fragancias, esta firma rinde homenaje al linaje familiar a través de una experiencia sensorial. Inspirada en los rincones más íntimos del Palacio de Liria y representada por las icónicas esfinges de su entrada, la marca busca evocar el legado oculto de una de las casas nobiliarias más emblemáticas de Europa.