Ana García Obregón, en una imagen de archivo, durante sus vacaciones
El inesperado invitado en la mansión de Ana Obregón en Mallorca que no logra vender
El histórico inmueble sigue sin visitas ni compradores, pero recibe a viejos amigos de la familia como Nicolás Vallejo-Nágera
En un verano marcado por rumores, desmentidos y gestos que no pasan desapercibidos, la emblemática casa de los García Obregón en Costa de los Pinos, Mallorca, vuelve al foco mediático. El Manantial, como se llama la imponente propiedad, ha sido escenario de recuerdos familiares, historias personales y ahora también, epicentro de una polémica que mezcla el pasado con el presente. Ana Obregón, conocida tanto por su trayectoria artística como por su vida personal expuesta en los medios, ha salido al paso de las informaciones que aseguran que la venta de la casa familiar se ha convertido en un quebradero de cabeza.
«No es cierto, es todo falso. Es que la gente es tan inculta que confunde antigüedad con viejo decrépito», respondía con evidente enfado la bióloga y presentadora al ser consultada sobre la supuesta dificultad para encontrar comprador para la propiedad. Su tono, firme y molesto, refleja que el tema no le resulta indiferente. Lo cierto, sin embargo, es que el inmueble sigue sin venderse, a pesar de llevar un tiempo considerable en el mercado. Según fuentes del portal Informalia, ni siquiera se han producido visitas para ver la casa, algo que, inevitablemente, alimenta las dudas sobre su atractivo actual en el competitivo mercado inmobiliario mallorquín.
En medio de esta situación, ha sido Nicolás Vallejo-Nágera, conocido como Colate, quien ha vuelto a poner la casa en el centro de la conversación, aunque desde una perspectiva distinta. A través de su cuenta de Instagram, Colate ha compartido una serie de imágenes tomadas durante una reciente estancia en El Manantial. Entre ellas, se le ve junto a Javier García Obregón, uno de los cinco hermanos y actual copropietario de la mansión, así como varias fotografías que muestran rincones de la casa y sus jardines, presentándola casi como una joya que desafía el paso del tiempo.
«Donde todo empezó, en el paraíso», ha escrito Colate, haciendo referencia no solo al lugar físico, sino también a una conexión emocional profunda con ese espacio. Su mensaje lo completa con un agradecimiento a Javier y a su esposa María, dejando entrever la cercanía que mantiene con la familia desde hace años. Esta relación de amistad no es nueva. Colate ha sido una figura recurrente en el entorno de los García Obregón, y su vínculo con Ana, en particular, ha sido objeto de especulación desde hace más de una década. Cuando Ana se trasladó a Miami para estar cerca de su hijo Aless, entonces estudiante en Carolina del Norte, Colate fue uno de los pilares de apoyo durante su estancia en Estados Unidos.
Aunque algunos llegaron a insinuar que entre ambos había más que una amistad, ni Ana ni Colate han confirmado nunca una relación sentimental. Lo que sí ha quedado claro es el aprecio mutuo y la conexión que comparten. La visita de Colate a Mallorca podría ser simplemente un gesto nostálgico o tal vez una forma de apoyar discretamente a sus amigos en un momento en que la casa ha sido objeto de controversias.
Lo que no ha quedado claro en esta escapada es si Colate ha estado acompañado por su actual pareja, Alejandra Conde, hija del ex banquero Mario Conde. La pareja fue vista recientemente en Pedraza, localidad segoviana con la que tienen lazos familiares. Todo esto sucedía tras una decisión judicial en Florida que afectó directamente al hijo de Colate, Andrea Nicolás, fruto de su relación con Paulina Rubio. El menor fue enviado a un campamento en España, lejos del entorno de ambos progenitores, en un intento judicial por proteger su bienestar emocional.