Mar Flores paseando en bicicleta por las calles de Madrid
El barrio obrero de Madrid en el que creció Mar Flores: «Voy mucho, de hecho»
La modelo y actriz está volcada en la promoción de sus memorias Mar en Calma
Mar Flores asegura que ya no está dispuesta a morderse la lengua. Tras años de silencio para protegerse a sí misma, por fin cuenta su versión. Este 10 de septiembre, lanza sus memorias Mar en Calma en las que relata sus «historias, vivencias y aprendizajes». La modelo y actriz está volcada en la promoción de su libro y este lunes se sentó en el plató de El Hormiguero, junto a Pablo Motos. Previamente, ya ha hablado para otros medios como la revista Vanity Fair, donde le dedican una doble portada.
El periodista Juan Sanguino conversa con Mar Flores sobre su vida y los motivos que la llevan a publicar sus memorias. «Yo ya estoy fuerte como para aceptar, entender y no tener miedo. ¿Por qué no contarlo yo misma? Necesitaba que mis hijos leyeran, escucharan y entendieran lo que ha pasado en mi vida, cosas que nunca me han preguntado y que yo nunca les he contado», asegura.
Abordan, una vez más, el tema de sus orígenes. Siempre se han referido a ella como una chica de Usera, un barrio proletario de Madrid. «Se ha vendido mucho la idea de que a mí me horrorizan mis orígenes, porque Coto [Matamoros] sacó este libro... [La flor de Usera]», reflexiona. «Yo crecí en la calle Antonio López, 150. ¿Que es Usera? Pues será Usera. Que yo sepa era Legazpi». Basta con mirar el callejero para comprobar que sí se trata del distrito de Usera. «Y voy mucho, de hecho. Tengo todavía familia que vive allí y hace poco fui al funeral de mi madrina».
Mar Flores, en la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid
Entre los episodios oscuros, rememora cómo la noche del estreno de Resultado final, su debut en el cine, se bajó del coche del brazo de su entonces novio Cayetano Martínez de Irujo y vio que sobre el cartel de la promoción habían hecho una pintada enorme: «Puta». «Me ha dado vergüenza que mi madre se avergonzara de mí. Me ha dado vergüenza que mi familia sufriera por mí. Me ha dado pena, tristeza, que mi hijo pasara lo que pasó. Realmente yo no sentí vergüenza, pero lo que sentí es tristeza. Toda la vida soñando con ser actriz... ¿por qué estaba pasando esto?», reconoce.
Mar Flores, en la revista Vanity Fair
Sobre las situaciones de maltrato que vivió con Carlo Constanzia, asegura que le encantaría que el juez que no la creyó leyese esta entrevista. En El Hormiguero contó cómo era esa España de los 90 y los prejuicios de la época. «Me sentí muy mal con 20 años», ha recordado sobre el momento en el que fue a denunciar a la comisaría junto con su hermana.
Y explica cómo vivió el día en el que Carlo sustrajo a su hijo del colegio y el niño desaparece. «Complicado», así ha definido aquella mala experiencia, cuando fue a buscar al niño a la guardería y no estaba porque se lo había llevado su padre. «Mi hijo desapareció muchas semanas y yo tenía que ir a ponerme la minifalda y a presentar como si nada pasase», ha recordado sobre «el personaje Mar Flores de la época». «Eso fue uno de los momentos más duros que he vivido en mi vida».
Reniega del estereotipo de «mujer mantenida» que le han atribuido. Asegura que ella lleva muchos años trabajando y ha ganado su dinero. «Mi primer coche me lo compré yo; mi primer abrigo de visón me lo compré yo; mi primera joya, que la tiene ahora Alejandra porque que se la he regalado, me la compré yo; mi primera casa me la compré yo; mi segunda casa me la compré yo; mi tercera casa me la compré yo; mi primer negocio grande lo hice yo... Y mis hijos los he hecho yo. Entonces, las cosas más importantes de mi vida las he hecho yo».