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29 de marzo de 2024

Aguada Fénix, la construcción monumental más antigua de la civilización maya

Aguada Fénix, la construcción monumental más antigua de la civilización maya

El descubrimiento de 500 sitios ceremoniales apunta que los mayas vienen de los olmecas, y no al revés

El yacimiento del sur de México modifica las teorías sobre el origen de las civilizaciones mesoamericanas

Uno de los elementos que define las civilizaciones mesoamericanas es el plano urbano, que simboliza siempre su cosmología; es decir, a través de la distribución de la vida de la ciudad se da a conocer una cosmovisión que es diferente en los incas, los mayas, los olmecas y los aztecas. Por ello, determinar el origen de los planos urbanos es fundamental para comprender las primeras civilizaciones de Centroamérica.
Gracias al nuevo hallazgo realizado por un grupo de investigadores internacionales capitaneado por Takashi Iomoto, profesor de la Universidad de Arizona y autor de un artículo en la revista Nature Human Behavior sobre este descubrimiento, se ha podido arrojar nueva luz sobre el origen de las civilizaciones mesoamericanas, y en concreto, sobre la influencia de unas sobre otras.
Este grupo de investigadores internacionales ha descubierto 500 sitios ceremoniales en el sur del Golfo de México, que incluye la región de la civilización olmeca y las tierras bajas de la civilización maya occidental. Entre los expertos existe el debate acerca del origen de los mayas: si hasta ahora se desconocía si su civilización se desarrolló independientemente de la olmeca o si fue de manera paralela, este descubrimiento aporta datos que establecen que los mayas forjaron en su cultura sobre bases olmecas.

Lenguaje, ideología y religión

De acuerdo con los cronistas Mayo Möller y Edwin Barnhart, la relación que existe entre mayas y olmecas es que una de las civilizaciones dio origen a la otra al fundar sobre el pueblo maya su lenguaje. Posteriormente, la cultura olmeca influiría de manera más ideológica en la maya al transmitirles sus preceptos sobre el universo, los dioses y el poder político. De esa manera, los mayas plasmaron en sus estelas las enseñanzas que los olmecas les heredaron.
Estos nuevos yacimientos, que probablemente datan de 1.050 a 400 a. C., presentan características similares a los hallazgos encontrados en San Lorenzo, la cuna de la civilización olmeca, durante las primeras investigaciones arqueológicas que se realizaron en 1945. El profesor Inomata explica en su artículo: «Nuestro análisis de los datos LiDAR (mapeo láser aerotransportado) también reveló que el centro olmeca anterior de San Lorenzo tenía un espacio rectangular central, que posiblemente proporcionó la plantilla espacial para sitios posteriores. Este formato probablemente se formalizó y se extendió después del declive de San Lorenzo a través de una interacción intensiva entre varias regiones. Estas observaciones destacan el legado de San Lorenzo y el papel fundamental de la interacción interregional».
Así, este hallazgo concluye que mayas y olmecas compartían técnicas arqueológicas similares. «Las formas rectangulares descubiertas medían hasta 1,4 kilómetros de longitud, y los ejes este-oeste de algunos complejos estaban orientados hacia las direcciones de la salida del sol en fechas específicas. Los centros fueron, probablemente, las primeras expresiones materiales de los conceptos básicos de los calendarios mesoamericanos», refiere la publicación de Nature Human Behavior.

El antecedente: Aguada Fénix

El año pasado, este mismo grupo de investigadores descubrió, bajo costras de árboles y el lodo del terreno, el yacimiento de la construcción monumental más antigua jamás encontrada de la civilización maya: Aguada Fénix, en el estado de Tabasco.
Las imágenes, obtenidas por la misma novedosa técnica, mostraban una meseta artificial de entre 10 y 15 metros de altura y de 1.400 metros de largo y 400 de ancho. Las pruebas de radiocarbono que se realizaron después indicaban que se construyó entre los años 1000 y 800 a. C., por lo que tendrían hasta tres mil años de antigüedad.
Según la reconstrucción, se trata de una plataforma coronada por una serie de estructuras —entre ellas, una pirámide de cuatro metros de alto, que habría sido más grande que las de Egipto— que respalda la idea de que algunas de las primeras estructuras construidas en la región maya eran mucho más grandes que las que se erigieron más de un milenio después durante el periodo Clásico maya (250-900 d.C.), cuando el imperio estaba en su apogeo.
Inomata calculó que para su construcción habrían hecho falta 5000 personas y más de seis años de trabajo a tiempo completo. «Creemos que es un centro ceremonial. Es un lugar de reunión y posiblemente se celebraran procesiones y otros rituales que solo podemos imaginarnos», afirma el investigador, que concluye que que los constructores de Aguada Fénix estaban abandonando poco a poco su estilo de vida de cazadores-recolectores, probablemente con la ayuda del cultivo de maíz, del que también se han hallado evidencias en el sitio..
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