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04 de mayo de 2024

El último viaje del «Temerario»

El temerario remolcado a dique seco obra de Turner

Picotazos de historia

El triste final del HMS Implacable: «Un barco derrotado no tiene derecho a volver a su país»

El gobierno británico estaba recortando gastos, había mucho que reconstruir y necesidades de la población que atender y el viejo Implacable no era imprescindible

Pocos cuadros, a mi parecer, son tan admirables y melancólicos como el de J. M. W. Turner titulado El temerario remolcado a dique seco. Ese hermoso navío, vencedor en Trafalgar y ejemplo del alto grado de eficacia y sofisticación alcanzado por la marina a vela, es remolcado por un vapor para ser desguazado en el dique seco. El sol está camino a desaparecer, así el ocaso es doble: el del día y el de una era. Algo parecido a lo que nos muestra la obra de Turner ocurrió con el HMS Implacable. Permítanme que se lo cuente.

Un cambio de bandera y nombre

El barco fue puesto en grada y botado en el puerto de Rochefort el 29 de marzo del año 1800. Era un navío de línea de tercera clase, armado con 74 cañones y fue bautizado como Duguay–Trouin en honor de un marino bretón. El Duguay–Trouin fue uno de los cuatro navíos de línea franceses que sobrevivió a la jornada de Trafalgar (1805) pero en noviembre de ese año, desarbolado de todos sus palos y con su capitán muerto, fue capturado por los ingleses en la batalla de Cabo Ortegal. Los ingleses remolcaron la presa hasta el puerto de Plymouth donde lo repararon, sustituyendo la figura del mascaron de proa –de la figura del marino francés por un busto al personaje mitológico de Medusa– y lo incorporaron al listado de navíos de la Royal Nnavy con el nombre de HMS Implacable.
La toma del Duguay-Trouin en la batalla de Cabo Ortegal en 1805, después de Trafalgar, pintado por Charles Dixon

La toma del Duguay-Trouin en la batalla de Cabo Ortegal en 1805, después de Trafalgar, pintado por Charles DixonCharles Dixon

El barco, ya con otra bandera y nombre, combatió apoyando a Suecia en 1808 y en la campaña de Finlandia de 1809. Terminada las guerras napoleónicas tuvo una existencia pacífica. En 1841 fue proclamado la embarcación más bella del Mediterráneo, pudiendo llevar como distintivo la figura de un gallo dorado sobre el tope del palo mayor. Eso sí, su tecnología había quedado obsoleta. Pasó a reserva y lo convirtieron en buque escuela.
En 1908 engrosó en el listado de embarcaciones de la Royal Navy destinados a la venta o al desguace. Enterado de este hecho intervino personalmente el rey Eduardo VII con el fin de salvar la existencia del hermoso veterano. Merced a la intercesión real fue entregado –en 1912– al filántropo Geoffrey Wheatley Cobb quien lo restauró y lo transformó en una escuela náutica para jóvenes. Pasada la Primera Guerra Mundial, y fallecido el señor Cobb, se hicieron colectas para el mantenimiento básico del anciano veterano.
Vista del Implacable durante la Segunda Guerra Mundial volando la primera parte de la histórica señal "Inglaterra espera..." el Día de Trafalgar en 1943.

Vista del Implacable durante la Segunda Guerra Mundial

El HMS Implacable sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial, no así su compañero el HMS Wellesley ( 74 cañones y botado en 1815) que se fue a pique después de un ataque de la Luftwaffe. Terminada la guerra, el Implacable estaba en muy mal estado debido a la falta de cuidados. El gobierno británico estaba recortando gastos, había mucho que reconstruir y necesidades de la población que atender y el viejo Implacable no era imprescindible.
En 1947 se ofreció al gobierno de la República Francesa, proponiendo su regreso a Rochefort para hacer de él un museo. El director del Museo de Marine, Luc Marie Bayle, trató de convencer a los altos mandos de la marina de la importancia de preservar esa reliquia que había sobrevivido casi un siglo y medio. «Escuche Bayle, un barco derrotado no tiene derecho a volver a su país», fue la contundente respuesta que recibió.
La galería de popa del HMS Implacable, antiguo Duguay-Trouin, expuesta en el Museo Marítimo Nacional.

La galería de popa del HMS Implacable, antiguo Duguay-Trouin, expuesta en el Museo Marítimo Nacional.

El 2 de diciembre de 1949, a las 10:00 horas, el Implacable fue remolcado fuera del puerto de Plymouth y, en alta mar, se hizo detonar las cargas de explosivos que desgarraron su casco. Todos los marinos que contemplaron la escena eran conscientes de la desaparición de un superviviente de la más bella época de la navegación y en muchos curtidos rostros brillaron lágrimas que a nadie avergonzaron.
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