Fundado en 1910
Los restos del que sería un gran lagar medieval que se encontraba en el interior del Castillo de Montilla y que Fernando el Católico ordenó destruir en 1508 por lo que consideró una traición de su señor, el primer marqués de Priego, han aparecido en las excavaciones arqueológicas que se llevan a cabo en el recinto de la fortaleza

Los restos del que sería un gran lagar medieval que se encontraba en el interior del Castillo de MontillaEFE

Aparece en Montilla el gran lagar medieval que Fernando el Católico ordenó destruir

Habría sido demolido junto al castillo y la fortaleza de este pueblo de Córdoba en 1508

El el subsuelo del Castillo de Montilla se ha encontrado un complejo industrial vinculado a la elaboración del vino, que según las primeras hipótesis de los arqueólogos correspondería al gran lagar medieval que Fernando el Católico ordenó destruir, junto al resto de la fortaleza a principios del siglo XVI.

Al pisadero, donde se extrae el mosto de la uva, y a la poza de decantación que se descubrieron a finales de la primavera pasada se han unido ahora dos nuevas estructuras de estas mismas características que «seguramente» estaban colocadas en batería. Esta es la conjetura preliminar del director de la excavación, el arqueólogo José Miguel Bascón, de BM Arqueología y Patrimonio, la empresa encargada de las excavaciones del Castillo de Montilla.

Según su criterio, con estos hallazgos se habría descubierto el origen del vino que se almacenaba en la bodega ya datada en la población por María Concepción Quintanilla Raso, que en su tesis doctoral ubicó una instalación de este tipo para 4.000 arrobas que rendían 40.000 maravedíes.

Destrucción del castillo en 1508

Bascón ha señalado que en el caso de las primeras dos estructuras localizadas, el pisadero y la poza de decantación se puede asegurar que fueron demolidas cuando Fernando el Católico ordenó en 1508 destruir el Castillo de Montilla. Dicha decisión fue el resultado de la desobediencia del señor de la Casa de Aguilar y primer marqués de Priego, Pedro Fernández de Córdoba, al encarcelar a un enviado del Rey.

La demolición fue confirmada a través de una moneda localizada en la colmatación de estas dos estructuras, que establece que la fecha de la destrucción del complejo «no trasciende de la primera mitad del siglo XVI». De cualquier manera, el arqueólogo ha considerado que es muy probable que las dos estructuras halladas posteriormente, en las que no hay esa constancia arqueológica, corriesen la misma suerte.

Por otra parte, Bascón ha indicado que hay que tener en cuenta que los hallazgos se han encontrado «entre la muralla de la fortaleza y el propio castillo, es decir, estaban al resguardo de esa muralla y del castillo». Por esta razón se ubicaron en la adaptación de un recinto previo. Con el primer pisadero y poza de decantación aparecieron restos de tinajas. Por ello es probable que su creación se deba a Alonso de Aguilar, hermano mayor del Gran Capitán.

Un yacimiento de estas características únicamente tiene paragón en España en Cuéllar (Segovia), donde en el verano de 2010 se localizaron un pisadero y una poza de decantación, también de la época medieval.

Un yacimiento lleno de sorpresas

Estos descubrimientos han sido «una de las sorpresas que nos tenía guardada esta intervención», ya que la misma actuación ha sacado a la luz «un espacio funerario vinculado al oppidum (ciudad) ibérico, que seguramente tuvo bastante importancia a tenor de la superficie que vienen ocupando estos restos».

Los hallazgos arqueológicos ibéricos hasta ahora «estaban diseminados y ahora hemos podido concretar un poco más tras descender sobre los niveles de ocupación medieval». Gracias a ello se ha podido localizar el espacio funerario organizado en «una serie de estructuras que se adaptan al cerro». En este caso «'aterrazaban' el terreno (convertir el terreno en terrazas) o colocan bancadas para hacerlo habitable».

Bascón ha explicado que hay que retrotraerse «muchísimo en el tiempo, en torno al siglo V o III a.n.e, y nos encontramos un asentamiento bastante importante de época ibérica». Esto «quedó manifestado en anteriores intervenciones, pero de una manera muy diseminada en algunas estructuras de algunas zonas del cerro» donde se ubica la fortaleza.

Asimismo, se han identificado unas «estructuras relacionadas con la funcionalidad militar, una serie de pasos bastante monumentales, una rampa que serviría de acceso al adarve o al paseo de ronda, que circundaría la muralla».

El arqueólogo ha remarcado la suerte que se tiene al contar con «un yacimiento en pleno corazón del núcleo de Montilla» pues es algo «poco habitual», y a través del cual se puede contemplar toda la historia de este municipio. Para finalizar, ha subrayado, que el complejo arqueológico es «un sitio que ha tenido vida desde el siglo X antes de Cristo, lo cual le confiere una importancia, digamos, histórica».

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