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07 de mayo de 2024

Galletas María

Galletas María

Picotazos de historia

La aristocrática historia de una galleta que arrasó en la España de la posguerra

La masa de la nueva galleta solo se diferenciaría por estar aromatizada con vainilla, siendo su característica principal el que sería redonda, con una compleja decoración en sus bordes y el nombre de la homenajeada en el centro: María

Es por todos conocido, y hay multitud de chistes al respecto, que los ingleses cuando no saben qué hacer preparan té. Este acto, por supuesto, se realiza con todo el ceremonial y solemnidad debida. La hora del té marca el momento del día en que se lleva a cabo esta transcendental ceremonia que emana de los posos más profundos del alma británica.
Por supuesto, el brebaje debe estar debidamente acompañado de alimentos que acompañen su ingesta y ayuden en la superación del trance. Estos alimentos se dividen, de una manera muy básica, en dulces y salados. En esta última categoría podemos encontrar cosas tan poco apetecibles como los sándwiches de pepinillos, afortunadamente el sector de los dulces mejora considerablemente.
Entre los alimentos dulces del Tea Party –no me refiero a una facción del partido republicano de EE.UU. si no al aquelarre de aficionados al chismorreo en torno al susodicho brebaje– destaca la galleta, en inglés biscuit que queda más fino. La galleta evolucionó de las tortas de pan, doblemente cocidas para su completa desecación y mejor preservación, de uso militar hasta la llamada «tea biscuit».
Esta última estaba hecha de harina de trigo, azúcar, aceite vegetal y extracto de malta y fue desarrollada en el siglo XVII –en el condado de Yorkshire– como aperitivo, entre comidas, de las clases altas. De estas galletas tomó modelo Keryn Knight, cocinero del primer conde de Stafford para crear lo que será considerada el modelo básico y más apto para degustar con el té: la «rich tea biscuit».
En el año de 1857 el magnate del té James Peek (1800 – 1879) creó una empresa de galletas para acompañar a su producto cuya gestión pasó a su sobrina Hanna Peek, casada con el empresario George Hender Frean especializado en la fabricación de galletas para la Royal Navy. Así surgió la Peek, Frean and Co de Bermondsey (un distrito del sur de Londres).
El negoció floreció ya que sus principales clientes pasaron a ser los consumidores del té que importaba el bueno del tío James. En 1874 tanto James Peek como el marido de su sobrina decidieron la creación de un tipo de «rich tea biscuit», con características propias, como homenaje a la Gran Duquesa María Alexandrovna de Rusia, hija del zar Alejandro II, que iba a contraer matrimonio con Alfredo, duque de Edimburgo.
Alfredo era el cuarto de los hijos, y segundo de los varones, del matrimonio formado por la Reina Victoria del Reino Unido y del Príncipe Alberto de Sajonia Coburgo Gotha. Alfredo fue creado Duque de Edimburgo, conde de Ulster y conde de Kent en 1866 y con el tiempo heredaría el ducado soberano de Sajonia Coburgo Gotha.
La masa de la nueva galleta solo se diferenciaría por estar aromatizada con vainilla, siendo su característica principal el que sería redonda, con una compleja decoración en sus bordes y el nombre de la homenajeada en el centro: MARÍA. La galleta fue un éxito instantáneo.
No solo la vainilla aportaba una mayor y nueva intensidad en el sabor, además su textura la hacía ideal para empapar en el té, algo mal visto pero que no se podía impedir que gentes de otra extracción practicaran como, por ejemplo, los españoles. Por otro lado, la forma de la galleta permitía combinaciones tan atrevidas como divertidas, pudiendo hacer sándwich con dos galletas y en medio mantequilla, mermelada o ambos productos.
Estamos en vísperas del 150 aniversario de la creación de la galleta María que nos ha acompañado a lo largo de nuestra vida y con la que estamos ligados por infinidad de recuerdos de nuestra infancia. ¡Muchas felicidades y gracias!
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