Fundado en 1910
Carlos III por Mengs

Carlos III por Mengs

250 aniversario

Cuando en 1775 comenzó en Madrid una revolución sin sangre y con escuelas

La Real Sociedad Económica Matritense estuvo favorecida por la Corona y su objetivo era transformar la ciudad con educación, industria y asistencia. Aquel impulso ilustrado sigue vivo más de dos siglos después

Con la ilusión de contribuir al bien público, al interés de la nación y a su prosperidad, tres ilustrados elevaron al rey el 30 de mayo de 1775 una solicitud para que se pudiera fundar una Sociedad Económica en la capital.

Fueron Vicente Rodríguez de Rivas, director de la Compañía de Caracas; José Faustino Medina, contador general del Consejo de Inquisición y José Almarza, gobernador del Real Sitio de San Fernando. Por esos objetivos, decidieron titularse Amigos del País.

Carlos III autorizó la creación y aprobó sus estatutos el 9 de noviembre del mismo año. Además el monarca proporcionó dinero para crear premios y ordenó al príncipe de Asturias y a los infantes Gabriel y Antonio que ingresaran como socios.

A partir de entonces, comenzó a crecer el número de socios que se distribuyeron en secciones internas –Industria, Agricultura, Artes y Oficios, etc– para trabajar por los objetivos de la Sociedad. En 1787 se produjo un hecho crucial: la entrada de mujeres como socias a través de la Junta de Damas de Honor y Mérito, como había defendido uno de sus socios más famosos, Jovellanos, con el apoyo de Floridablanca. Esta sección femenina se centró en tareas benéficas y docentes, cuidando por la mejora de la Inclusa, el Colegio de Niñas de la Paz y las Escuelas Patrióticas para impulsar la educación profesional.

En el siglo XIX fomentaron y tutorizaron el Colegio Nacional de Huérfanas de la Unión, el Colegio de Niños Desamparados y la Casa de Maternidad. En 1851, las damas fueron nombradas delegadas del gobierno en centros de asistencia y educación femenina, siendo dos años después encargadas de la creación y gestión de asilos para párvulas.

A lo largo de su historia, la Matritense impulsó el debate de ideas, elevando memoriales e informes al gobierno, tanto por iniciativa propia como por orden de algún Consejo o Ministerio. Entre ellos destacó el famoso Informe sobre el expediente de la Ley Agraria, obra esencial de su sexto director, Gaspar Melchor de Jovellanos; o la reedición del tratado Agricultura General de Gabriel Alonso de Herrera en 1818. En numerosas ocasiones, la Sociedad fue invitada a participar en el examen de privilegios de patente, la reforma de los gremios, la mejora industrial y la inspección de fábricas-escuela.

La Torre de los Lujanes alberga la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, institución creada por Carlos III en 1775

La Torre de los Lujanes alberga la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País

Los Amigos del País participaron en la creación del Ateneo de Madrid en 1835 así como en la constitución de la Caja de Ahorros, tres años más tarde, que se fundiría con el Monte de Piedad. La Económica Matritense fue la cantera de donde salieron numerosos socios de esta institución social como el marqués de Pontejos, Mesonero Romanos, los marqueses de Someruelos y del Socorro, etc. interesados en impulsar el ahorro y el crédito a las clases populares.

Entre sus objetivos destacó la exaltación de premios para la mejora de las Artes y Oficios, con la idea de mejorar la calidad y la tecnología en el artesanado; premios a la virtud y a la modernización de sectores económicos clave; y, a finales del siglo XX, premios a la investigación histórica. Sus socios distribuyeron recompensa en metálico y galardones para estimular a los aprendices y maestros de oficios.

«Socorre enseñando»

Para mejorar la situación de los más humildes, la Económica Matritense impulsó la creación de Juntas de Caridad, propuso normas para la extinción de la mendicidad, distribuyó sopas económicas por el hambre surgido por las crisis de 1803 y 1804, que ya se había puesto en práctica en otros países. Y es que sus socios siempre intentaron expandir las mejoras tecnológicas, educativas y económicas europeas en España.

Su lema es «Socorre enseñando», por lo que impulsaron el Colegio de Sordomudos, la Escuela de Ciegos, la Escuela de Dibujo, Adorno y Disecado de animales, etc. Crearon cátedras para expandir la modernidad a través de la educación como las de Economía Política, Agricultura, Fisiología y Patología de los vegetales con aplicación a la medicina y la agricultura, Paleografía diplomática española, Estadística, Enseñanza del Sistema Métrico Decimal, etc., muchas de las cuales fueron incorporadas a la Universidad en el siglo XIX.

Emblema de la Real Sociedad Económica de Madrid, 1794

Emblema de la Real Sociedad Económica de Madrid, 1794

Además trató de impulsar un Gabinete de Máquinas y Herramientas, un Museo agronómico y una Escuela de Administración Pública, manteniendo –durante toda la Edad Contemporánea– escuelas y cátedras de Taquigrafía, siendo alumnos suyos numerosos taquígrafos de las Cortes.

La Matritense tuvo sus épocas de decadencia, marcadas por la falta de dinero y de apoyo institucional, pero lograron recuperarse en 1814 –tras la guerra de la Independencia–, en 1834 gracias al apoyo de la regente María Cristina de Borbón y en 1875 con Alfonso XII, cuyos gobiernos otorgaron a los Amigos del París la posibilidad de elegir un senador. La Sociedad logró sobrevivir a la Guerra Civil de 1936 y a la dura posguerra, llegando a nuestros días con una llamada abierta al ingreso de socios para seguir ayudando a la mejora de Madrid y de España.

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