Al regresar de la campaña militar en Egipto y tras la derrota de Cleopatra y Marco Antonio, el emperador Augusto inició la construcción de su mausoleo en la zona norte del Campo de Marte, «aún por urbanizar en esa época», detalla la página de turismo de Italia. Con 87 metros de diámetro, el monumento es considerado el sepulcro circular más grande del mundo. Inspirado en las tumbas helenísticas, el mausoleo no solo refleja la grandeza del primer emperador, sino que simboliza el comienzo de una nueva etapa imperial. En él descansaron las cenizas de Augusto y los principales miembros de la dinastía Julio-Claudia, aunque las urnas fueron saqueadas, y se presume que las cenizas se perdieron o fueron dispersadas durante el saqueo de Roma por los visigodos en 410 d.C.