Fundado en 1910
Templo de Debod, en Madrid

Templo de Debod, en Madrid

Cuando Egipto regaló a Madrid un templo milenario: la historia del Templo de Debod

La preocupación por su deterioro y conservación de este patrimonio vuelve a ser uno de los debates en la política madrileña

«Estas piedras resistirán cien o mil años», dijo el entonces alcalde de Madrid, Carlos Arias Navarro, cuando se inauguró el Templo de Debod, uno de los monumentos más emblemáticos de la capital actualmente.

Considerado Bien de Interés Cultural, han pasado más de cinco décadas desde que las piedras de este templo egipcio se instalaron en el Parque del Cuartel de la Montaña, cerca de la Plaza de España para convertirse en uno de los pocos testimonios arqueológicos del Antiguo Egipto que pueden verse completos fuera de su lugar de origen.

Sin embargo, la conservación de este patrimonio ha sido uno de los debates recurrentes en la política madrileña. Por ello, los empresarios de Madrid han puesto en marcha junto al Colegio Oficial de Arquitectos un concurso de ideas para proteger el Templo de Debod. Este nuevo proyecto cuenta, además, con la implicación y el asesoramiento de especialistas en egiptología, arqueología y conservación del patrimonio, garantizando el rigor técnico y la sensibilidad patrimonial en todas las fases del proceso.

Por su parte, la delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz, ha defendido que cubrir el templo supone «una alteración del paisaje urbano muy notable», además, aseguró el pasado 6 de noviembre que este monumento «se somete a exámenes periódicos para actuar en caso de necesidad». Asimismo, recordó que ya en 2022 se realizó un estudio que reveló que la obra «estaba en unas condiciones razonables y su cubrición ni siquiera se contemplaba».

Un templo dedicado a Amón e Isis

Esta polémica recalca la importancia de conservar una de las joyas históricas y de reclamo turístico de la capital. El Templo de Debod, con más de 2.000 años de antigüedad, fue donado al Gobierno de España en 1968 en agradecimiento por su colaboración en el rescate del templo de Abu Simbel.

Adijalamani, monarca del reino nubio de Meroe a principios del siglo II a.C., fue quien mandó construir este templo, donde dedicó una capilla a los dioses Amón e Isis. Se decoró con diversos relieves con escenas rituales en los que se puede leer inscripciones como «el rey Adijalamani ordena construir el monumento en honor a su padre Amón» y que «Amón habita en Debod».

Litografía del templo de Debod realizada por David Roberts, 2 de noviembre de 1838

Litografía del templo de Debod realizada por David Roberts, 2 de noviembre de 1838

Más tarde, reyes posteriores de la dinastía ptolemaica construyeron nuevas estancias alrededor del núcleo original y tras la anexión de Egipto al Imperio romano, los emperadores Augusto y Tiberio culminaron la construcción y decoración del edificio.

Tras la conversión de Nubia al cristianismo en el siglo VI, el templo fue cerrado y abandonado. El paso del tiempo fue haciendo estragos en el conjunto hasta que la erosión y un terremoto en la zona en el año 1868 lo dejase en un estado casi en ruinas.

Inundación de la región de Asuán

A mediados del siglo XX, una inundación asoló durante nueve meses la región de Asuán, lugar donde se encontraban numerosos tesoros históricos de gran importancia de Egipto. Además, a finales de la década de 1950, se dio a conocer los planes de la construcción de una presa que agravaría las condiciones de conservación de gran parte del patrimonio arqueológico de Nubia.

Entonces, la Unesco organizó un proyecto de colaboración internacional para salvar y estudiar los bienes culturales que quedarían sepultados por el agua. Aquí es cuando entra en escena España con un comité dirigido por el profesor Martín Almagro Basch, cuyo equipo de excavación se centró en diversos yacimientos de la Nubia sudanesa y egipcia a través de siete campañas.

El Templo de Debod hacia 1862, con la fachada principal derrumbada

El Templo de Debod hacia 1862, con la fachada principal derrumbada

Como resultado de su trabajo, se publicaron ocho volúmenes de memorias. Además de los éxitos arqueológicos, España facilitó medio millón de dólares para salvar los templos de Abu Simbel y de Filé.

Como agradecimiento a esta colaboración internacional, el Gobierno egipcio donó cuatro templos de la zona a los países que participaron en el programa de salvamento: Taffa, que acabaría en un museo de Países Bajos; Dendur viajaría hasta Estados Unidos, Ellesiya a Italia y Debod, el más grande y codiciado, se trasladaría a España.

1.350 cajas con las piedras de Debod

Así, en 1970 cerca de 90 camiones trasladaron las 1.350 cajas que contenían las piedras de Debod a Madrid desde el puerto de Valencia después de haber viajado por el Mediterráneo desde Alejandría y recorrer también el Nilo.

De esta manera, poco a poco y pieza por pieza fueron llegando a su destino final, aunque otras ciudades como Elche, Almería y Barcelona fueron propuestas para ser paisaje del templo egipcio. Al final, los gastos de transporte –alrededor de unos diez millones de pesetas– fueron abonados íntegramente por el Ayuntamiento de la capital.

El espacio escogido para el nuevo hogar del santuario fue el Parque del Cuartel de la Montaña, importante escenario del golpe de Estado del 18 de julio de 1936. Los responsables de armar aquel rompecabezas solo contaron como guías un plano y un croquis de los alzados del templo con una numeración de la ubicación de cada uno de los bloques, pero unos cien habían perdido su numeración durante el traslado y otros cuatrocientos tenían una marca incorrecta. Esto hizo que la reconstrucción del templo egipcio finalizase casi dos años más tarde.

Reconstrucción del Templo de Debod

Reconstrucción del Templo de DebodMartín Santos Yubero / Comunidad de Madrid

«Nosotros pacientemente tuvimos que ir interpretando las signaturas y subsanando algunos errores pues había bloques que tenían la misma referencia topográfica y fue preciso averiguar pacientemente cuál era su verdadero sitio», explicaba Martín Almagro.

Polémica en la conservación del templo

Una de las condiciones que se establecieron para la donación del monumento fue que «bajo ninguna circunstancia» debería estar «expuesto al aire libre», sino que debería «ser alojado en un edificio especialmente construido o reformado para ese propósito».

Ahora, los empresarios de Madrid señalan que «a diferencia de los otros templos entregados a países como Estados Unidos, Italia o los Países Bajos, que se conservan en museos, el de Madrid permanece al aire libre, expuesto a condiciones ambientales extremas que están provocando un deterioro progresivo».

Asimismo, subrayan que «desde hace décadas, diferentes informes técnicos y voces del ámbito cultural vienen alertando del riesgo real de pérdida patrimonial si no se adoptan medidas de conservación estables».

Ya en 2002, el Ayuntamiento de Madrid tanteó la hipótesis de enterrar el templo dentro de un museo subterráneo para frenar el deterioro que causa la climatología y que afecta sobre todo a los relieves.

En 2007, el centro de la Unesco en la Comunidad de Madrid propuso que se cubriera con una cúpula para evitar ese deterioro. No obstante, el templo continuó a la intemperie, lo que provocó que su estado empeorase de forma crítica, obligando al Ayuntamiento de la capital a decretar su cierre hasta su reapertura en 2017.

Más recientemente, en 2020, el arqueólogo y exministro de Antigüedades de Egipto, Zahi Hawass, demandó una mayor protección recordando que Egipto donó el edifico con la condición de que estuviese cubierto.

Aunque el Ayuntamiento descarta cubrir el templo, han aprobado cofinanciar, junto al Foro de Empresas por Madrid, los estudios y obras necesarias para devolver al templo su esplendor y mejorar su microclima.

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas