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25 de abril de 2024

Reunión virtual entre el presidente Joe Biden y el presidente de China, Xi Jinping

Reunión virtual entre el presidente Joe Biden y el presidente de China, Xi JinpingMandel Ngan / AFP

Taiwán, el tema infaltable e insalvable de la 'cumbre virtual' entre Joe Biden y Xi Jinping

La cortesía, la diplomacia y el acto civilizado de conversar no impidieron el atrincheramiento en las posturas más antagónicas de ambas potencias

Tras la 'cumbre virtual' del lunes entre el presidente estadounidense Joe Biden y el presidente chino Xi Jimping el resultado del importante encuentro, se retrató mediante comunicados separados, emitidos a lo largo de este martes.
Ambos comunicados, exaltaron el 'éxito y la productividad' de la reunión, aunque entre líneas queda claro que la cortesía no ha cerrado el abismo entre ambas potencias en competencia y hasta cierto punto en 'guerra'. Ya se advertía desde las vísperas, que lo único novedoso sería la modalidad virtual, pues en lo que respecta al fondo del debate no había mayores expectativas que la práctica civilizada de conversar.
La Casa Blanca emitió un breve comunicado en el que resaltan que «como en discusiones anteriores, los dos líderes cubrieron áreas donde nuestros intereses se alinean y áreas donde nuestros intereses, valores y perspectivas divergen. El presidente Biden agradeció la oportunidad de hablar con franqueza y sinceridad con el presidente Xi sobre nuestras intenciones y prioridades en una variedad de temas».
En el mismo documento se dice que «el presidente Biden subrayó que Estados Unidos continuará defendiendo sus intereses y valores y, junto con nuestros aliados y socios, garantizará que las reglas del camino para el siglo XXI impulsen un sistema internacional que sea libre, abierto y justo».
La cancillería china por su lado, señaló que «fue un encuentro sincero, profundo, constructivo y fructífero. La reunión ha marcado el rumbo y ha proporcionado un impulso para que las relaciones entre China y Estados Unidos se desarrollen en el futuro».
En tono tolerante –a diferencia de como ven y tratan las disidencias internas– la cancillería china indicó que «es natural que nuestros dos países tengan diferencias. Lo que importa es gestionar las diferencias de manera constructiva y evitar que se magnifiquen o escalen. China se mantiene firme en la defensa de sus intereses de soberanía, seguridad y desarrollo» y advirtió sin ambages que «es importante que Estados Unidos maneje los asuntos relevantes con prudencia».

Democracia y Derechos Humanos

Estados Unidos y China son antagónicos en sus sistemas políticos y aunque los chinos con más sorna que los norteamericanos, pretenden que sus sistemas políticos e ideología sean replicados. El modelo de democracia liberal estadounidense claramente choca con el modelo autocrático y de partido único del régimen comunista, algo que ambos pretenden minimizar discretamente sin lograrlo.
Según la Casa Blanca, «el presidente Biden expresó su preocupación por las prácticas de la República Popular China en Xinjiang, Tíbet y Hong Kong, así como por los derechos humanos en general. Fue claro sobre la necesidad de proteger a los trabajadores y las industrias estadounidenses de las prácticas económicas y comerciales injustas de la República Popular China y comunicó la determinación continua de los Estados Unidos de mantener nuestros compromisos en la región»
China, en respuesta, no perdió oportunidad a plantar cara con su argumento del relativismo. Según la cancillería china, el presidente Xi Jinping dijo en la reunión que «la democracia no es un producto único para todos, ni tiene un solo modelo o configuración para todo el mundo. Si un país es democrático o no, debe ser juzgado por su propia gente. Descartar formas de democracia diferentes a la propia es en sí mismo antidemocrático».
Según la fuente diplomática, Xi dejó abierta la puerta a «dialogar sobre derechos humanos sobre la base del respeto mutuo, pero nos oponemos al uso de los derechos humanos para interferir en los asuntos internos de otros países. Hong Kong, Xinjiang, Tíbet y las cuestiones marítimas conciernen a la soberanía, la integridad territorial y los intereses fundamentales de China y están cerca del corazón del pueblo chino. En estas cuestiones, China no tiene margen para retroceder. Estados Unidos debe respetar los intereses y preocupaciones de China y manejar las cuestiones relevantes de manera prudente y adecuada».

Taiwán el tema infaltable e insalvable

La Casa Blanca dijo con respecto a Taiwán que «Estados Unidos sigue comprometido con la política de 'una sola China', guiada por la Ley de Relaciones con Taiwán (…) y que Estados Unidos se opone firmemente a los esfuerzos unilaterales para cambiar el estatus quo o socavar la paz y la estabilidad a través del Estrecho de Taiwán».
China sin embargo, replicó que «promover la reunificación nacional y salvaguardar la integridad territorial es la voluntad compartida y la firme resolución de todo el pueblo chino. La cuestión de Taiwán siempre ha sido el tema más importante y sensible en las relaciones entre China y Estados Unidos y un tema fijo para cada discusión entre nuestros presidentes».
Según la cancillería china, en la reunión virtual el presidente Xi Jinping señaló que «el principio de una sola China y los tres comunicados conjuntos China-Estados Unidos son la base política de la relación China-Estados Unidos. Las sucesivas administraciones estadounidenses han asumido compromisos claros sobre esta cuestión».
La versión china del encuentro, afirma que «el presidente Biden reiteró en la reunión que Estados Unidos cumple con la política de Una China y no apoya la 'independencia de Taiwán».
De esta manera, ambas potencias parecen estar de acuerdo con respecto a Taiwán, sin en realidad estarlo. La interpretación china de la política de la una sola China, implica la anexión de Taiwán al régimen de Pekín, mientras que los norteamericanos pretender proteger la democracia liberal de Taiwán abogando por el status quo actual, en el que la isla mantiene independencia con respecto al régimen comunista. 
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