La batalla de los 'cowboys' indios para someter a los toros en el «Jallikattu»
La doma de reses suele cobrarse la vida de muchos jóvenes
Visto desde España podría recordar, o parecer, una versión india de los encierros de San Fermín en Pamplona, pero las diferencias entre ambos espectáculos son demasiadas. En Tamil Nadu, el Estado donde se celebra el «Jallikattu», la muchedumbre de jóvenes recibe a la manada de reses dispuestos a encaramarse a sus lomos para dominarlas, el gentío lucha por demostrar la superioridad del hombre sobre la bestia, pero también para llevarse alguno de los codiciados premios por lograrlo.
El balance final de la fiesta, como en Pamplona, suele dejar una lista de heridos y un número muy superior de muertos tendidos en el lodazal. La violencia ha desatado las críticas de las organizaciones de defensa de los animales y la polémica sobre el futuro del «Jallikattu», no cesa.
El término «Jallikattu», se refiere el sometimiento o amansamiento de los toros. El evento, desde hace décadas, moviliza a masas de jóvenes en el Estado de Tamil Nadu. Los muchachos combaten, cuerpo a cuerpo, con los animales, hasta que éstos quedan sometidos.
Las reses, a menudo engalanadas con caléndulas, son liberadas de sus encierros y los jóvenes intentan dominarlos agarrándolos por los afilados cuernos o por sus gibas. Los premios para los mejores «cowboys» son varios, y van desde vehículos hasta neveras, pasando por motocicletas, televisores o piezas de oro.
El «Jallikattu», pese a los riesgos que entraña cosecha adeptos un año tras otro. La noticia de víctimas fatales es repetitiva en cada espectáculo. El lunes, según informa la prensa local, un espectador adolescente fue embestido por un toro. Herido de muerte, cuando llegó al hospital, los médicos ya no podían hacer nada por su vida.
Las víctimas son demasiado numerosas en este evento. Aunque se intenta mejorar las condiciones para que los espectadores estén a salvo los incidentes son constantes. Hasta el año pasados los animales rompían las barricadas que separan al público de la arena donde se produce el espectáculo y el número de heridos aumentaba. En esta edición, al menos los mirones, parece que están más a salvo.
El festival, evento o espectáculo favorito de este Estado mantiene un pulso histórico con los defensores de los animales por el trato que se les inflige. Los activistas aseguran que antes del espectáculo se suele echar alcohol y pimienta en la faz de las reses para estimular su agresividad.
La Corte suprema de India declaró ilegal el «Jallikattu» en 2016 tras las alegaciones de estos grupos de defensa del animal, pero generó multitudinarias protestas en la capital del Estado, Chennai, y en otras ciudades, por lo que el Gobierno estatal emitió un decreto autorizado la celebración del festival a partir del año siguiente.
Debido a la COVID-19, y a la contagiosa variante ómicron, este año se ha exigido a los cowboys estar completamente vacunados, aunque, quizás, las cornadas sean más letales que el virus.