Obras de cristal hecha por los artesanos de Murano (Venecia)
El cristal de Murano, en peligro de extinción por el aumento del precio del gas
Los fabricantes han visto aumentar su factura un 600 % y ocho fábricas ya han cerrado
La actual volatilidad en los precios del gas está haciendo mella. Y es que la historia centenaria del cristal de Murano, tarjeta de presentación de Venecia ante el mundo, se está viendo amenaza por la subida en los precios del metano.
Los fabricantes han visto cómo su factura ha aumentado un 600% desde septiembre de 2021. Esto es, actualmente pagan 6 veces más por el combustible que emplean para la creación y fabricación de estas obras de arte internacionalmente conocidas y únicas en el mundo.
Con los hornos a gas encendidos las 24 horas del día los 365 días del año, los empresarios advierten que así no podrán mantener la producción. De hecho ya hay ocho fábricas de la isla de la Laguna de Murano que han echado el cierre. «En los años dorados, nuestra fábrica de vidrio tenía 80 empleados. Ahora tenemos ocho, tres de los cuales están despedidos», explica un afectado en declaraciones al medio italiano La Stampa. Y es que para que el vidrio permanezca flexible para su posterior moldeo necesita entrar continuamente en el horno. Además, una vez moldeado se queda también toda la noche para que alcance la temperatura ambiente sin romperse. Así, para estas empresas el principal gasto mensual que deben de asumir es el gas y la petición por ayudas no se ha hecho esperar.
Isla de Murano en Venecia (Italia)
Fruto de las quejas, el Gobierno regional del Veneto puso a disposición de los artesanos en noviembre tres millones de euros. Un dinero que les ha ayudado a amortiguar las pérdidas económicas de los pasados meses por la diferencia desde la subida en el precio que pagaban de gas anteriormente y el actual pero que no supone una solución a largo plazo. «A partir de marzo volveremos a quedarnos sin liquidez», advierten los artesanos.
El Gobierno central de Mario Draghi, por su parte, también ha prometido una ayuda de 5 millones de euros a repartir entre ceramistas y vidrieros pero todavía no se ha hecho efectiva.
No obstante, los empresarios de Murano piden que sea la Unión Europea la que tome cartas en el asunto, se alíe con ellos y conceda a la isla un estatus de zona especial, que suponga algunos beneficios económicos y una reducción de la burocracia. Todo, con tal de evitar que desaparezca esta tradición italiana que factura 170 millones de euros al año y que supone una de las atracciones turísticas de la zona.