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28 de marzo de 2024

Jacob Rees-Mogg, ministro de las Oportunidades del Brexit

Jacob Rees-Mogg, ministro de las Oportunidades del BrexitAFP

Jacob Rees-Mogg, el 'dandy' inglés por excelencia

El nuevo ministro del Brexit de Boris Johnson es, según los medios británicos, «tan pijo que parece transportado de otro siglo»

En 1997, a dos años de cumplir los treinta, Jacob Rees-Mogg hizo su primer intento de meter un pie en la Cámara de los Comunes: se presentó como candidato del Partido Conservador en Fife, Escocia, escaño típicamente laborista en una región humilde. ¡Que lejos quedaba Fife del mundo de Rees-Mogg, el Londres aristocrático, Eton College y la Universidad de Oxford!
La diferencia se notó enseguida: el Conservador se presentó en su Bentley, y recorrió la zona junto a su nanny de toda la vida. El episodio le granjeó el rechazo de los locales, en su mayoría de clase trabajadora. Aquel año supuso la peor derrota electoral para los tories desde 1906, pero Rees-Mogg le quitó hierro: «¡No conduje el Bentley, era un Mercedes!», explicaría más adelante.
Jacob Rees-Mogg es el político inglés por excelencia, la caricatura del dandy de Wilde al que se acostumbró Europa en el siglo veinte. Viste de tweed y habla al estilo Shakespeare, y es considerado por el público británico como «el diputado del siglo XVIII del Partido Conservador».
«No pretendo ser un hombre moderno», defendió el propio Rees-Mogg cuando, en 2010, entró por fin en el Parlamento como representante de la región de North Somerset.

Es tan pijo que parece que lo han transportado aquí desde un siglo anteriorRevista Platinum, «El primer ministro del siglo XVIII»

«Es tan pijo que parece que lo han transportado aquí desde un siglo anterior», describió la revista Platinum. Pero Rees-Mogg nació en mayo de 1969, en Londres, el cuarto de cinco hijos. Su infancia estuvo marcada por un hobby excepcional: a los diez años, recibió 50 libras de un primo lejano. El padre, William Rees-Mogg, entonces editor del periódico The Times, los invirtió en nombre del pequeño Jacob. Momento decisivo: el niño desarrolló una pasión por el mercado de inversión, y se convirtió en prodigio del stock market. A los 12, se presentaba en las reuniones de la General Electric Company (de la que poseía 175 acciones), y cantaba las cuarenta a su presidente por su «patética» gestión de los dividendos.
Estudió en el prestigioso Eton College, donde un profesor lo tildó de «thatcherita particularmente dogmático», y después, Historia en Oxford. Allí presidía la Asociación Conservadora de la Universidad. Nada más graduarse, entró en el mundo de la inversión y se hizo de oro.
Para el año 2007, había fundado su propio fondo de inversión, Somerset Capital Management, y manejaba tales cantidades de dinero que el público inglés dudaba de su valía política. La crítica general es que es tan pijo, y tan rico, que no puede entender al inglés medio ni tomar decisiones en su nombre.

Polémica extravagancia

Pero como diputado de North Somerset, Jacob Rees-Mogg comparece regularmente en la Cámara de los Comunes, donde tiene reputación de estrambótico. Destaca por ejemplo su discurso de 2010 respecto a una nueva ley de Ganadería Sostenible: en él, recitó poesía, alabó la calidad superior de los huevos de Somerset, y mencionó a la «emperatriz de Baldings», cerda ficticia y leyenda popular de la zona.
También ostenta el récord de haber pronunciado la palabra más larga jamás dicha en la cámara: «floccinaucinihilipilification», término que señala la costumbre de restarle valor a las cosas.
Su extravagancia provoca polémica en los británicos, que se preguntan si algunas de las propuestas valen realmente la pena: en 2011, durante un debate sobre las autoridades locales de Londres, Rees-Mogg propuso que los oficiales encargados de poner multas debían llevar siempre bombín. En otra instancia, intentó meter al condado de Somerset en su propia zona horaria, quince minutos por detrás de Londres.
Tampoco deja de ser un personaje en el ámbito personal. Es, junto a la arístocratiquísima Helena de Chair, padre de seis hijos, y para honrar la cifra, bautizó al más joven «Sixtus». Con todo, como él mismo admite, no ha cambiado un pañal en su vida. De eso se encarga su nanny, que lleva más de 56 años trabajando para la familia Rees-Mogg; cuidó primero a Jacob y a sus hermanos, y ahora se ocupa de los hijos de este.
Rees-Mogg siempre se ha destacado como un firme defensor del derecho a la vida: «La vida es sacrosanta, y empieza en el momento de la concepción», declaró ante el programa Good Morning Britain. Rees-Mogg celebra en abierto la fe católica y la influencia de esta sobre su ideología.
El Conservador lleva más de una década llenando titulares con su extravagancia y comportamiento. Sin embargo, ahora empieza una nueva era; en la vorágine de escándalos y críticas por la fiestas del Número 10 de Downing Street, el primer ministro Boris Johnson nombró a Jacob Rees-Mogg «ministro de las oportunidades del Brexit», encargado de gestionar los nuevos pasos de Reino Unido y la Unión Europea.
Es quizás el personaje más apropiado para el cargo; de célebre mentalidad euroescéptica, fue un gran abogado del «hard Brexit», maniobra a través de la cual Reino Unido se distanciaría lo máximo posible del resto de Europa.
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